7 y 8 de Agosto de 2013
Barcelona – Livorno – Florencia
Partimos el 7 de agosto a las 12 de la noche.
Desde la popa del ferry nos despedimos de nuestra Barcelona por unos días a la vez que divisamos una tormenta que nos acompañaría prácticamente todo el viaje. A media noche, el oleaje se hizo tan intenso que el barco que cambiar el rumbo, lo que generó un retraso de 2hh, dichoso barquito!!… vaya comienzo!!
Llegamos a Livorno a las 10:15 y desembarcamos sin perder tiempo rumbo a Florencia. La tormenta que nos torturó en el Ferry quiso deleitarnos con una suave llovizna mientras circulábamos por la estrecha y mal iluminada “autoestrada” A11, mientras nos preguntábamos, ¿En Italia no hacía buen tiempo y una calor sofocante?
Finalmente llegamos a las 11:45 al B&B: Le Stanze del Duomo, a pocos metros de la Piazza del Duomo, un excelente alojamiento en un edificio rehabilitado.
9 de agosto de 2013
Florencia
Después del desayuno recorrimos la primera ruta del viaje, a pie…. La primera etapa fue subir a la cúpula del Duomo y deleitarnos con las maravillosas vistas de esta ciudad renacentista. A pesar de ir a primera hora la cola ya era muy considerable, pero valió la pena.
Después nos dirigimos a la Piazza de la Signora, un lugar mucho más conmovedor de noche gracias a la sutil iluminación de sus grandes esculturas, réplicas de las originales de Miguel Ángel. Después de pasear y recorriendo las calles de la ciudad y contemplar sus palacios, llegó la hora de comer pizza! “¡la mejor que he comido en mi vida!” dijo Noe, pero yo no puedo decir lo mismo aunque no estaba mal el chianti, he de reconocer.
Después de reponer fuerzas cruzamos Il Ponte Vecchio, ese extraño puente con tejado, bullicioso, comercial, y abarrotado de gente, un lugar más apacible al atardecer. Nuestra ruta nos llevó a través de una dura ascensión hasta la Iglesia de San Miniato al Monte que nos regaló unas espectaculares vistas de la ciudad.
Al atardecer, volvimos al Ponte Vecchio a disfrutar de un increíble atardecer, tomamos una Vernaccia (vino blanco) en Santa Croce, cenamos perdidos en las enigmáticas calles de la ciudad y disfrutamos de un ambiente animado en la Piazza de la Signora, pasear por Florencia en una noche de verano puede llegar a ser embriagador.
10 de agosto de 2013
Florencia - San Pellegrino In Alpe – Pisa – San Gimignano
Primera ruta en moto. Nuestro hotel nos esperaba en San Gimignano, pero antes quisimos conocer un poco la región de la Garfagnana, al norte de Lucca. La ruta nos llevó a través de una estrecha carretera recorriendo tranquilos pueblos y colinas cubiertas de castaños hasta que el paisaje se volvió más alpino hasta llegar a Pellegrini in Alpe. Después el descenso por sinuosas carreteras, muy moteras llegamos hasta Bagni di Lucca, poco después admiramos Il Ponte del Diablo en Borgo a Mozzano.
Comimos en Lucca, una ciudad con un intrincado entramado de calles circundada por una singular muralla arbolada.
Después soportando un calor agobiante salimos hacia Pisa. Es impresionante llegar al campo de los milagros y admirar ese conjunto formado por tres edificios medievales que a luz del sol parecen construidos con piedra blanca. La torre es famosa por estar inclinada pero si no lo estuviera también sería una admirable obra de la arquitectura medieval. Pero lo mejor de esta parada fue ese rato de relax a la sombra del Duomo tumbados en el césped haciéndonos las fotos más chorras del mundo, pequeños momentos de placer que te regala la vida.
Una vez en ruta hacia San Gimignano comenzamos a descubrir la Toscana, con paisajes nunca vistos, colinas verdes salpicadas de cipreses, campos de cultivo, viñedos, girasoles… y detrás de mí Noe que no paraba de exclamar ¡qué bonito oh, oh!.
Llegamos al hotel (Relais Santa Chiara Hotel en San Gimignano) sobre las 7:30, nuestra habitación tenía una terraza con unas vistas espectaculares. Dormiríamos aquí el resto del viaje, lo que me pareció genial porque tenía una refrescante piscina y el desayuno era variado y de calidad.
11 de agosto
Siena
Nos sentíamos privilegiados por el entorno que cada mañana nos regalaba vistas llenas de matices y un aire limpio. Salir así a rutear hasta Siena fue un placer, además, cualquier carretera desde San Gimignano era un regalo para la conducción, curvas en lazadas, buen asfalto y un paisaje exuberante.
Para llegar a Siena hay que seguir la antigua via Cassia que discurre a través del Val d’Elsa y pasar por la Monteriggioni, una ciudad amurallada que permanece inalterada prácticamente desde su construcción en el S XIII.
Cuando pienso en Siena, recuerdo el calor extenuante pero también sus calles medievales llenas de arte y la impresionante plaza de Il Campo donde se celebra la famosa carrera de caballos entre los barrios de la ciudad. Sobrecoge descubrir esta plaza en forma de concha dominada por la torre del Palazzo.
En Siena puedes perderte tranquilamente por sus calles, nosotros nos perdimos y llegamos la Piazza del Mercato donde comimos un rico plato de pasta para reponer fuerzas para la vuelta.
Aquel día cenamos en Il Trobatore, pizza al horno de leña y un vino blanco de la casa, “vernaccia de San Gimignano” un vino blanco fresco y afrutado del que fuimos asiduos el resto del viaje.
12 de agosto
Región de Chianti
Para llegar la región de Chianti planeamos una ruta de una mañana por una divertidísima carretera (SP-130), flanqueada por viñedos y valles verdes, una ruta muy motera llena de tramos emocionantes.
Visitamos Radda in Chianti, un bonito y tranquilo pueblo, el que más nos gustó de la zona. Nos tomamos un respiro en una singular vinoteca en una via medieval, una calle cubierta entre edificios donde la temperatura estaba varios grados por debajo del exterior.
Volvimos pronto al hotel para descansar y disfrutar de la piscina ya que el día siguiente nos esperaba uno de las días más intensos.
13 de agosto
Pienza
La ruta hasta Pienza supuso un trámite hasta llegar a Paganico donde el paisaje cambia radicalmente. El verde exuberante dio paso a campos de secano y un horizonte lejano que lo abarcaba todo.
Llegamos a Montalcino, un hermoso y tranquilo pueblo lleno de enotecas donde pudimos probar un vino Rosso exquisito.
Salimos rumbo a Pienza con un sol abrasador pero disfrutando de la ruta de apenas 26 km hasta este pequeño pueblo que es como una ciudad renacentista en miniatura. Desde La piazza Pio II nos quedamos extasiados con unas vistas espectaculares, a nosotros nos pareció lo más bello de La Toscana, suaves colinas tapizadas de campos dorados, con caminos que se adentran hasta el horizonte y verdes cipreses sembrados aleatoriamente en un armonioso desorden.
Después de comer y descansar continuamos la ruta hacia Montepulciano. Decidimos hacer el recorrido por unos caminos sin asfaltar y empaparnos de ese paisaje que nos tenía embriagados. A 5km del pueblo tras un desvío el recorrido ya estaba asfaltado, estábamos eufóricos por la experiencia, nos hubiera gustado seguir explorando los campos de Pienza, pero Montepulciano se merecía una visita
Quisimos explorar de nuevo los campos de Pienza y ver atardecer en sus colinas mientras tratábamos de llegar a este lugar que tantas veces habíamos visto en postales. Recorrimos unos sencillos km por caminos de tierra blanca y después de unas paradas para hacer fotos y disfrutar del entorno decidimos que ya era hora de volver a casa.
Antes de llegar a Pienza el recorrido se volvió mucho más complicado, con grava y una fuerte pendiente hasta hasta el pueblo. Entonces nos dimos que cuenta que nuestro entusiasmo nos había metido en un lío… imposible volver atrás, así que Noe con todo el dolor de mi corazón se tuvo que bajar de la moto para poder llevar la moto en un recorrido más seguro. El camino me llevó al lado de la iglesia de Nieve di Corsignano. Después de acompañar a Noe los últimos metros de la ascensión de tomar aire y con la agradable sensación de haber disfrutado a tope de este día inolvidable nos dirigimos a casa admirando una puesta de sol espectacular.
13 de agosto
San Gimignano
Aún no os he podido contar nada de esta localidad apodada “La Manhattan Medieval”, las disputas de sus acaudaladas familias les llevaron a la curiosa locura de construir 72 torres protectoras. Hoy sólo quedan 14, pero le dan a este pueblo un aspecto impresionante y un característico skyline.
Es un placer pasear por sus calles bien conservadas a última hora de la tarde y descubrir callejuelas perdidas y restaurantes como la Trattoria Chiribiri, que para nosotros fue habitual por su vino blanco Vernaccia, por la comida o tal vez por la amabilidad de su dueño que cada vez que nos veía entrar nos recibía con un acogedor “¡Estáis de vuelta!.
Para nosotros fue un lugar ideal para desconectar de todo y descansar al final del día.
14 de agosto
San Gimignano
Relax...
15 de agosto.
Volterra
Ruta de ida ida y vuelta por una estrecha y retorcida carretera hasta llegar a la SR68 que discurre por un divertidísimo trazado con algunas rectas, curvas rápidas y una emocionante ascensión antes de llegar a Volterra.
Paseamos por este encantador pueblo italiano y visitamos su teatro romano. Pero decidimos volver pronto ya que era nuestro último día, queríamos hacer las maletas y darnos nuestro último chapuzón en la piscina de aquel lugar paradisiaco.
Nos despedimos de San Gimignano cenando una pizza en la plaza de Sant’ Agostino, la más bonita de San Gimignano, acompañados de un hombre orquesta que versionaba a los Beatles.
http://www.youtube.com/watch?v=uu8SGNRUyFg
16 de agosto.
San Gimignano – Pienza – Bolsena – Civitavecchia
Nos dio mucha pena abandonar nuestro hogar durante este viaje, después de una semana cogimos cariño a este pequeño y singular pueblo de altas torres.
Nos dirigimos rumbo Pienza pasando por Siena, recorriendo alguno de los tramos que más nos habían gustado. Después de Pienza circulamos por un tramo de 80km difíciles de olvidar hasta llegar a Bolsena. Es incríble que el último día aún nos siguiera sorprendiendo esta región con nuevos paisajes y emocionantes tramos de curvas y cambios de rasante.
Comimos al lado del lago Bolsena, recordando las anécdotas del viaje. Finalmente reanudamos la marcha hasta Chitavecchia donde tomamos el Ferry de vuelta a casa.
Este viaje nos ha permitido conocer una de las regiones más especiales de Italia, empaparnos de su historia, de su cultura y de su gastronomía.
Ir en moto ha sido un acierto, cualquier ruta era divertida a través de un entorno espectacular, no había mucho tráfico aunque lo cierto es que el estilo de conducción de la zona era peculiar: recortar la curvas y apártense que voy!!
En nuestros corazones quedarán grabados muchos momentos vividos en las calles de San Gimignano, sus torres y su vino blanco, los campos de Pienza, una tarde de lluvia en la piscina y la profundidad de las puestas de sol que nos recordaban que la vida es para disfrutarla al lado de las personas que amas.
http://www.youtube.com/watch?v=b80PJ-lyHi0
un viaje precioso, los paisajes, el entorno en general, y las fotos muy buenas, un saludo. 
ya sabemos que lo haveis pasado genial como debe ser,ahora a esperar al próximo año para hacer otro viage como este o mejor,esperando tu nueva crónica,besitos a Noe y para ti, 
Algun dia................................espero poder rodar por La Toscana y disfrutar de todo en vivo 
