
Este pasado sábado pude disfrutar de un perfecto día soleado para disfrutar con los amigos de una buena tanda de curvas, buenas vistas y, cómo no, inmejorable compañía!

Hemos salido de Brunete dirección Gredos, con la intención (y posterior éxito) de hacernos los Puertos de Navalmoral, Mijares y el Pico.
La primera parada de rigor, y aunque ni siquiera habíamos entrado en faena casi, es el embalse del Burguillo. La verdad es que para el invierno que estamos teniendo, a mí me da la impresión de que está una mijita seco:


Paramos en Burgohondo (que tampoco está tan hondo, la verdad...




Nos bajamos de Navalmoral en busca del Puerto de Mijares. La subida a Mijares es del todo impresionante, pero recomiendo encarecidamente que se suba con suspensiones "blanditas" y si es invierno, con unos neumáticos mixtos que sean capaces de canalizar las ingentes cantidades de sal que nos encontramos subiendo. La contraparte: ni la sombra de lo que haya podido ser una placa de hielo, nuestro peor temor del día.


Justo antes de la subida, nos cruzamos con una burra muy peculiar, de tracción animal y alimentada por alfalfa de alto octanaje


Foto patrocinada por Scorpion!

Casi arriba de Mijares, hay una pared por la que corre el agua y a la que no le da el sol en todo el invierno, lo que propicia esta estampa, indispensable parar y sacar la máquina de reportar gráficos


Foto patrocinada por HJC! Mi casquete... Maravilloso!


"Mi primo" subiendo Mijares!





Tras bajar de Mijares y parar en un bar donde nos trataron de gloria bendita (papas machaconas inside!), paramos a repostar en una gasolinera antes de emprender la subida al Puerto del Pico. En esta gasolinera el tema de conversación es la agradable temperatura que hace. Yo mismo estoy sientiendo calor, y es que voy muy muy equipado contra el frío. La cuestión es que hemos pasado de -0,5º del Puerto de Navalmoral a 14º ahí abajo!
Subimos al Puerto del Pico, por donde (y para quien no lo sepa, como yo) discurre una calzada romana que supongo será el deleite de senderistas y montañeros del lugar.
Desde arriba de el Pico, se ve tal que así:

La nota dramática del día la puso nuestra koala, Bea (creo que se llamaba, pido perdón por adelantado), que decidió ir enganchada al asa de su GS 500 con David a los mandos, y finalmente no pudo soportar la velocidad y la terminamos perdiendo.
Sólo pudimos conservar sus guantes, pegados con loctite al asa...


Pues nada, este es el pequeño resumen de un día fantástico, de 9:00 a 18:30 sin parar de darle al mango! En esta escapada he tratado de esmerarme un poco más con el tema de la fotografía, ya que llevo un par de años volviendo a casa con la sensación de no haber tirado suficientes fotos y de no ser suficientemente buenas... En cualquier caso, jamás una máquina podrá aportar lo que queda en la retina, los sentimientos que afloran a cada curva buena que das, la impresión que te llevas cuando miras para abajo y piensas que pa qué queremos los Alpes con la región que tenemos en Madrid y alrededores... En fin, son muchas sensaciones, pero vosotros, moteros, no necesitáis que me extienda, ya sabéis de qué os hablo.
Y a riesgo de que jamás me lean, dejo aquí mis gracias a Miguel, Javi, Pepe el liante, Juan: por ser como son, gente de pu*a madre, con los que siempre siempre siempre es un placer salir a dar una vuelta. Y gracias también a David, Bea? y Fernando: porque ha sido un placer conoceros y porque sin conocernos os habéis acoplado muy bien a un grupo que en mayor o menor medida, nos conocemos ya bastante.
Saludos a todos. Nos vemos por lo negro!

