Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremadura

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Rixelieu
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#1 Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremadura

Mensaje por Rixelieu »

¡Hola a todos!

Aparte de escapadas de fin de semana y de algún puente o vacaciones por la zona de Teruel y el Rincón de Ademúz, de donde viene mi padre, esta ruta ha sido el primer viaje largo (más de 3,000 km) que he hecho hasta ahora. He visto que ya hay algunos posts que cubren partes de mi ruta, así que espero no repetirme demasiado y sobretodo no aburrir con una historia demasiado larga, pero es que cuando yo busco información para hacer algún viaje, me gusta que me lo cuenten todo en detalle.

Espero que lo disfrutéis y le sea útil a quien quiera hacer una ruta parecida. Si alguien quiere más detalles, que me mande un MP. :grin:

Ruta:

Barcelona
Bujaraloz
Belchite
Fuendetodos
Cariñena
Daroca
Molina de Aragón

Molina de Aragón
Medinaceli
Sigüenza
Jadraque
Madrid

Madrid
Segovia
Madrid

Madrid
El Tiemblo
El Barco de Ávila
Candelario
Béjar
Plasencia

Plasencia
Hervás
Garganta la Olla
Arenas de San Pedro
Madrid

Madrid
Toledo
Aranjuez
Cuenca
Teruel

Teruel
Barcelona


DÍA 1: BARCELONA – MOLINA DE ARAGÓN

A las 8 de la mañana del fin de semana anterior a las vacaciones de Semana Santa la moto ya estaba cargada y yo preparado para aprovechar que tenía toda la semana de vacaciones. Salí de Barcelona por la A2 en dirección a Fraga, donde la A2 se convierte en la NII, punto en el que iba a empezar el verdadero viaje: nada de autovías ni autopistas, solo carreteras comarcales o locales, lo más secundarias posible y lo menos transitadas posible, siempre buscando los paisajes más interesantes.
Sin embargo, antes de llegar allí tuve que hacer una parada no programada en la Panadella para cambiar los guantes de veranos por los de invierno a pesar de los puños calefactados, que en esa época del año y a esas horas de la mañana, el frío aún apretaba. De paso pude comprobar que mi última adquisición para la moto, una bolsa de depósito Richa donde llevaba la cámara, cartera y demás objetos de valor para poder llevármelos conmigo fácilmente en las paradas, funcionaba perfectamente: sacar la cámara (que no es pequeña) para hacer un par de fotos y volverla a guardar antes de seguir era un proceso de dos segundos. ¡Perfecto!

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Pasado Fraga, dejé la NII en el pueblo de Bujaraloz, para tomar una carretera local a la izquierda que me tenía que llevar a unas salinas abandonadas y al monasterio de Rueda, las primeras visitas del día.

La carretera se convirtió rápidamente en lo que estaba buscando, un carretera estrecha, sin tráfico, toda para mí. Al cabo de unos 20 km vi los restos de los edificios que formaban parte de la explotación de las salinas a poca distancia de la carretera. Para llegar hasta ellos tuve que tomar una pista en no demasiado buen estado. Primera experiencia con la moto fuera del asfalto. Me lo tomé con especial precaución, pero no hubo ninguna dificultad. De las salinas queda poco más que un par de edificios abandonados, los restos de las piscinas donde se evaporaba el agua, una balsa de agua salada y una extensión enorme de barro y sal. A juzgar por el tamaño de las instalaciones, debía tratarse de un lugar importante.

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De vuelta a la carretera, las interminables rectas que me habían llevado a las salinas se convertían en un tramo más revirado al llegar a la zona del Ebro, donde paré un momento en un mirador que daba vistas al río y al pueblo de Sástago antes de bajar hasta el monasterio de Rueda, ya al lado del Ebro, donde el paisaje se volvía bastante menos árido.

El monasterio aloja actualmente un hotel de lujo y se puede visitar el interior, pero como aún me quedaba mucho camino por delante ese día y el precio era excesivo, me contenté con bajar hasta llegar al río y ver la enorme noria que da nombre al lugar y que se usaba para subir el agua hasta el monasterio. Esta visita y un paseo por la orilla seguramente vale más la pena que ver el interior.

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Para cuando iba a montar de nuevo en la moto era ya casi mediodía y el calor empezaba a apretar en el paisaje semidesierto, así que le quité el forro a los pantalones y a la chaqueta, me enfundé los guantes de verano y me dirigí a Belchite por una carretera que parecía sacada del mid-west americano.

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Tras comer al sol en una terraza de un bar de pueblo típico en la parte nueva de Belchite, fui hasta el pueblo viejo, que fue completamente arrasado por los bombardeos del ejército nacional durante la guerra civil y que el régimen franquista decidió conservar tal cual para dar una lección. El lugar es mucho más grande de lo que imaginaba, y la arquitectura de los pocos edificios que siguen parcialmente en pie deja adivinar que se trataba de un pueblo próspero e importante en la zona. Aparte de un grupo de moteros de club de propietarios de la Vulcan, no había nadie más, lo que hizo la visita algo más sobrecogedora. Estuve cerca de dos horas explorando las ruinas de casas, iglesias, graneros…

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La siguiente parada era el museo del vino en Cariñena, pero a medio camino descubrí Fuendetodos, que es el pueblo natal del Goya, así que aproveché para visitar la casa museo y la exposición de grabados que tienen allí.

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El museo del vino de Cariñena es una visita altamente recomendable, aunque cuesta un poco de encontrar. Hay indicadores, pero siguiendo el más puro estilo español de señalización, solo a la entrada del pueblo. Búsquese la vida después…
El encargado del museo resultó ser un hombre la mar de simpático que se interesó por la moto y por el viaje que estaba haciendo, estuvimos charlando un rato y me dio indicaciones para evitar la autovía de camino a mi siguiente parada, el pueblo amurallado de Daroca. Gracias a sus indicaciones, pasé por un pequeño puerto donde tuve uno de esos momentos que le hacen a uno ver lo maravilloso de viajar en moto. Iba yo de subida por el puerto, en una de esas carreteras perfectas: asfalto en muy buen estado, ancha, con curvas largas, buena visibilidad y gran paisaje, dándolo todo cuando en medio de una curva, con la moto tan inclinada como me atrevía, me crucé con otro motero en una Harley Sportster que bajaba dándolo todo también. No era plan de soltar el manillar justo allí, así que nos hicimos ráfagas sabiendo que nos habíamos cruzado en el mejor momento del trayecto. ¡Un saludo si lees esto! :bye:

Daroca es un pueblo precioso, para perderse durante un buen rato por sus calles estrechas y contemplar siglos de historia en las piedras de sus casa, pero por desgracia no puede estar más una hora paseando por la parte antigua, pues ya empezaba a atardecer y aún me quedaban unos cuantos quilómetros hasta la laguna de Gallocanta y Molina de Aragón, donde pensaba dormir.

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Si Belchite fue lo mejor del día, la laguna de Gallocanta fue la decepción. Di la vuelta entera por una carretera muy bonita, pero no sé si fue el cansancio, las expectativas que me habían creado todos los que conocía y la habían visitado, o el haber visto lagos mucho más bonitos en los Pirineos, pero la verdad es que no me dijo gran cosa. Será cuestión de volver a pasar algún día a darle una segunda oportunidad.

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La última etapa hasta Molina de Aragón se me hizo eterna, sobre todo por el cansancio de haber pasado el día entero sobre la moto, y llegué ya de noche. Tenía anotados dos o tres lugares donde dormir que me habían recomendado, pero al final fui casi directo al hotel que hay enfrente de la iglesia, en parte porque no quería dar vueltas, en parte porque tenía un recuerdo curioso de mi última vez en Molina. Fue dos inviernos antes, y estábamos en el bar del hotel tomando un café bien caliente cuando entraron dos moteros a pedir habitación. Acababan de bajarse de sendas GS e iban empapados y cubiertos de barro y yo, que no tenía ni moto ni carnet en aquel entonces pensé “yo quiero viajar así”.
No sé si fue que mi cara de cansado le dio pena a la recepcionista o fue el “dime que tienes una habitación libre” que le solté, pero me dio una habitación triple por el precio de una, así que después de una ducha y de ira cenar algo al pueblo, me fui a la cama la mar de contento.


DÍA 2: MOLINA DE ARAGÓN - MADRID

Ya había visitado Molina antes, así que no subí a las murallas y el castillo, que es una visita muy recomendable, sino que llené el depósito y me dirigí al motivo de mi visita a la zona: la garganta del río Gallo, que el hielo y la nieve me impidieron visitar la última vez (¡y en coche!).

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A la entrada de la garganta hay una posada justo debajo del desfiladero, y justo detrás un camino que sube hasta un mirador en lo más alto. Como me encanta la montaña y las vistas prometían a esa hora temprana de la mañana, no puede resistirme a hacer la excursión.
Aquí voy a dar un consejo a aquellos que quieran perder peso: una forma excelente de hacerlo es ir a andar montaña arribar con botas, pantalones y chaqueta de moto. ¡Al llegar arribar pesaba cinco quilos menos! Pero las vistas valían la pena.

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Tras atravesar la garganta tranquilamente y disfrutando del paisaje, la dejé atrás y empecé a subir por una carretera de montaña hacia una aldea desde donde iba a empezar la parte más perdida del recorrido según el mapa, pero para mi sorpresa, al llegar al otro lado de la aldea no había más que algunos corrales. La carretera terminaba allí. No había visto ningún desvío mientras subía, así que volví al pueblo y le pregunté al primer abuelete que me encontré, quien me dijo que para ir al siguiente pueblo tenía que volver a bajar y cruzar el río. Es cierto que había visto una pista que salía de la carretera, pero parecía más bien un acceso a los huertos de la ribera… En fin, me fui hacia allí a ver qué encontraba.

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Efectivamente, la pista bajaba al río y lo cruzaba, pero de carretera nada. A pesar de que según mi mapa (¡nuevo!) allí tenía que haber una carretera, lo único que encontré durante los siguientes 15 kilómetros fue una pista. Nada mal para aprender a llevar la moto. Aquí tengo que comentar, para aquellos que se plantean si nuestra moto es o no adecuada para hacer off road, que se comportó como una campeona a pesar de mi inexperiencia, y eso que iba calzada con neumáticos de carretera (Pirelli Scopion Trail). También me fueron útiles los consejos que había leído en este foro sobre la conducción off road, especialmente el “no toques el freno” y “en caso de duda, acelera”. Estoy convencido de que con unos neumáticos más adecuados, podemos meter esta moto por donde queramos a parte de caminos angostos o trialeras.

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De vuelta al asfalto, me pasé toda la mañana por carreteras estrechísimas sin ver a nadie más, de aldea en aldea, atravesando la sierra y gozando del paisaje, aunque es una verdadera lástima que el último tramo antes de que la sierra diese paso a los campos de Castilla hubiese quedado arrasado por un incendio hace años.

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Antes de cruzarme con la A2 me metí una vez más off road, esta vez por decisión propia, para visitar una ermita que vi sobre un cerro a la derecha de la carretera. Ya empezaba a cogerle el gusto a esto de las pistas…

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Finalmente salí a la autovía Zaragoza – Madrid a la altura de Alcolea del Pinar, donde comí y aproveché para visitar la famosa Casa de Piedra. De allí y con el cielo amenazando lluvia, me dirigí a Medinaceli, que me prometía visitar cada vez que iba o volvía de Madrid por la autovía.

Situado en lo más alto de una colina que da vistas a toda la zona, el pueblo antiguo de Medinaceli es precioso, con sus construcciones en granito y el único arco de triunfo de tres arcos del país.

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Bajo un cielo cada vez más plomizo, hice las dos últimas visitas antes de poner rumbo a Madrid: Sigüenza, con una catedral imponente, y Jadraque, que no tiene gran cosa más a parte de las ruinas del castillo, que ofrecen también unas vistas espectaculares. Eso sí, está en obras de restauración y tuve que colarme para poder subir a las murallas, aunque me dio las sensación que las obras llevaban mucho tiempo paradas.

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Y justo saliendo de Jadraque el tiempo no aguantó más y comenzó a llover. Una lástima, porque hasta el momento había tenido unos días espectacularmente buenos, tanto que me quemé la nariz el primer día…
Pensando ya en la cena, entré en la autovía en Guadalajara y no paré ya hasta Madrid.


DÍA 3: MADRID – SEGOVIA – MADRID

Aprovechando que en Madrid me alojaba en casa de mi hermana en vez de un hotel, pude descargar todo el equipaje de la moto e irme a recorrer la sierra más ligero. Salí a primera hora camino de Guadarrama, donde me desvié hacia el pueblo de Navacerrada para hacer el recorrido Manzanares el Real, Miraflores y Rascafría, una zona preciosa. En Rascafría me entretuve a visitar el monasterio de la Roca y de allí empecé a subir al puerto de Navacerrada, que aún tenía nieve.

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Del puerto fui hasta San Ildefonso, donde comí (¡a precios de la zona!) y cuando estaba a punto de volver a coger la moto para ir hasta Segovia, me llamó un amigo de Madrid. Un par de semanas antes había estado ayudando a mi hermana a mudarse a un piso nuevo, y en la fiesta de despedida del piso anterior, su novio me presentó a un amigo suyo que tenía una Monster recién estrenada. Como le comenté que iba a estar por la zona al cabo de poco, quedamos que si podía se apuntaría a hacer una salida conmigo, y justamente llamaba para quedar. Le comenté que iba para Segovia y quedamos en vernos allí en una hora. Llegué y tras dejar atrás un montón de indicadores de aparcamientos para evitar que el tráfico llegase al centro descubrí otro de los grandes placeres de viajar en moto: aparcamiento para motos al pie del acueducto. ¡Hahaha, para los conductores quedan los aparcamientos en las afueras y los autobuses hacia el centro!

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A los dos minutos de aparcar, se abrieron los cielos y comenzó a caer el diluvio universal. Media hora más tarde llegó el pobre Pocholo con una chaqueta de verano y vaqueros, completamente empapado pero con muchas ganas de ir a darle caña a la moto. Nos tomamos unas tapas y fuimos a buscar una tienda donde poder comprar unas fundas de lluvia. Con el amigo ya equipado, fuimos a perdernos un par de horas por las carreteras entre Ávila y el Escorial. Afortunadamente ya no llovía y pudimos disfrutar al máximo de la zona.

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De vuelta ya hacia Madrid hicimos una visita rápida al Escorial, me despedí de Pocholo, que vivía por ese lado de la capital y me encaminé hacia el centro, no sin antes ser sorprendido de nuevo por una buena tormenta que hizo que casi me pierda entrando a Madrid por no poder ni leer los indicadores. ¡Espero repetir la próxima vez que esté por Madrid con la moto, Pocholo! :drinks:


DÍA 4: MADRID – PLASENCIA

El martes amaneció lluvioso mientras me encaminaba a la parte del viaje que más ganas tenía de hacer, tanto por la belleza del lugar como por el hecho que era una parte del país que no conocía en absoluto: la sierra de Gredos.

Al poco de salir de Madrid empezó a llover fuerte. Antes de emprender el viaje tenía ya una buena chaqueta de carretera, pero las botas que tenía eran botines bastante de vestir que compré para ir a trabajar con ellos. Son de Gore Tex y aguantan bien la lluvia, pero no estaba seguro como iban a aguantar lluvia fuerte durante muchos kilómetros, sobretodo porque son más zapato que bota, y no tenía pantalones para moto, así que un par de semanas antes de ponerme en ruta decidí hacer una inversión en unas botas de turismo buenas y unos pantalones de Gore Tex. Al principio me daba miedo haberme gastado dinero en un capricho, pero tras un montón de kilómetros bajo la lluvia, no me arrepiento en absoluto de haberme equipado bien. La lluvia fue entre fuerte y muy fuerte todo el día y después de unos 400 kilómetros, no caló ni una gota.

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Desde Madrid tenía planeado atravesar Gredos por el norte, pasando El Tiemblo, Burgohondo y desviándome de la ruta en Hoyos del Espino para subir hasta donde llegase la carretera camino del pico Almanzor.
Este pequeño rodeo fue uno de los mejores momentos del viaje, una ruta que me regaló un paisaje majestuoso, pero al llegar al aparcamiento desde donde sale el sendero hasta el pico, la lluvia se convirtió en nieve, así que no me demoré demasiado allí, aunque me hubiese gustado subir un poco montaña arriba.

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De vuelta a la ruta programada, continué hasta Candelario, pero antes de llegar vi un desvío que subía hasta unas pistas de esquí y me dije que las vistas podían estar bien desde allí arriba, así que encaminé la carretera, revirada y perfecta para disfrutarla en moto… hasta que a medio subir se cerró la niebla, dejándome una visibilidad de apenas diez metros y la lluvia se convirtió de nuevo en nieve. Pero bueno, había dicho que iba a subir, así que… ¡hasta arriba!
La verdad, no sé si las vistas valían la pena, o si realmente había una estación de esquí… lo único que vi era que la carretera se ensanchaba, que en el suelo había marcas de aparcamiento para los coches (deduje que era el aparcamiento de la estación) y que la carretera terminaba en una barrera donde comenzaban las pistas, así que un par de fotos y para abajo.
Para cuando llegué a Candelario era tan tarde y la lluvia era tan intensa que visité el pueblo desde la moto, dando una vuelta y listos. Una pena, porque es un pueblo precioso.
A partir de ahí me dije “basta por hoy” y me metí en la autovía para ir directo a Plasencia, donde había quedado con otra amiga que conocí en la fiesta de mi hermana para que me enseñase la ciudad. Aún podía llegar a tiempo de darme una ducha en el hotel y ver un poco Plasencia antes de que fuese oscuro, si la lluvia lo permitía.

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La cara de la recepcionista cuando entre chorreando agua en la moqueta del hotel era un auténtico poema, aunque imagino que se quedó corta comparada con la mía cuando me dijo que no les quedaban habitaciones… Al menos la chica fue muy amable y me indicó dónde había otros hoteles cerca. Tuve suerte y en el siguiente encontré habitación, y hasta estaba dentro del casco antiguo.

Tras una merecida ducha y ver que la lluvia había parado (¡ahora que ya estaba en el hotel!) llamé a mi amiga y quedamos para que me hiciese un tour de su ciudad (estudió turismo, así que, ¿qué mejor guía?) y pasamos lo que quedaba de tarde y buena parte de la noche visitando la ciudad y disfrutando de la excelente gastronomía extremeña. ¡Muchas gracias por todo Paula! :air_kiss:

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DÍA 5: PLASENCIA – MADRID

Al día siguiente, y por recomendación de Paula, me acerqué hasta Hervás, que tiene un barrio judío en el casco antiguo que vale mucho la pena visitar, y además descubrí un gran lugar donde alojarse si jamás vuelvo por la zona: el hostal de Hervás está en la antigua estación de tren y lo regenta un tío genial, que además me comentó que solía alojar grupos de moteros que venían a hacer la ruta del Valle del Jerte. Me dio indicaciones para pasar por un puerto muy chulo desde Hervás hasta el valle y quedamos que algún día volvería por la zona.

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Dejé el lugar y me dirigí hacia el puerto, ansioso por ver el valle y los famosos almendros en flor que tanto me habían recomendado. Desafortunadamente, la lluvia del día anterior persistía, y no solo eso, además nada más enfilar la carretera del puerto, la niebla se cerró. Así que no vi absolutamente nada de nada… Total, que queda pendiente para un futuro viaje volver al Valle del Jerte. Al menos disfruté de una carretera genial.

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Del valle tomé otra carretera para saltar un puerto al otro lado e ir a parar al Monasterio de Yuste, una visita indispensable… dado que mi apellido es Yuste. Esta vez no solo encontré lluvia y niebla, sino que además la carretera estaba en obras, y gran parte del recorrido estaba sin asfaltar, una superficie que con la lluvia se convirtió en barro. Genial. A pesar de todo, llegué al primer pueblo, Garganta la Olla, contento de haber pasado esa aventura.

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Comí allí y me dirigí a mi monasterio, donde a pesar de insistir que me llamaba Yuste y que había venido en moto bajo la lluvia desde Barcelona no conseguí que la chica de la taquilla me hiciese un descuento. ¡Indignante! :nono:

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Tras la visita enfilé ya la ruta de vuelta a Madrid por la parte sur de la Sierra de Gredos, que me gustó bastante menos que la norte. Muy poblada, con la carretera transitando por mucho pueblos y con bastante tráfico, nada que ver con el otro lado. Al menos a media tarde dejó de llover e incluso en el embalse del Rosario salió el sol, sin embargo a las afueras de Madrid ya llovía otra vez.

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Llegué a la capital de noche y cansado, pero muy contento de haber conocido una parte nueva del país.


DÍA 6: MADRID – TERUEL

Era ya jueves y todo el mundo empezaba las vacaciones de Semana Santa. Mi hermana y su pareja terminaban de trabajar a mediodía e iban a pasar unos días al pueblo de mi padre en Teruel, adonde yo también me dirigía y donde nos veríamos con más amigos de Barcelona. Como yo tenía todo el día, decidí salir temprano e ir a visitar Toledo, que tampoco conocía, Aranjuez y luego encontrarme con ellos en algún lugar camino de Teruel, posiblemente cerca de Cuenca.

Toledo fue otra de las grandes sorpresas del viaje. El tiempo me dio un respiro y pude visitar la ciudad con calma, y me gustó tanto que terminé por pasar toda la mañana e incluso comí allí.

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Por la tarde me puse otra vez la funda de los pantalones, pues el tiempo amenazaba lluvia de nuevo, y hacia Aranjuez, que resultó ser otra gran decepción. En la ciudad no hay gran cosa que ver, y para terminar de rematar la experiencia, la señalización para salir de la ciudad es pésima. Si uno quiere ir a Madrid o al camping, ningún problema, está indicado casi en cada esquina, pero como busques el camino a algún otro sitio… vas listo. Al final tuve que fiarme de mi orientación y sabiendo que tenía que ir hacia el este fui tirando, pensando que en algún momento se terminaría Aranjuez y encontraría alguna especie de carretera principal, y así fue.

Para evitar la nacional, me metí por una carretera secundaria que iba siguiendo el río y que se supone que me iba a llevar a Tarancón, donde quería coger la autovía hasta Cuenca. Sin embargo, al cabo de pocos kilómetros me metí en mi tercera experiencia off road… la carretera desapareció e hice unos 20 kilómetros de caminos de tierra hasta que decidió reaparecer.

Al cabo de poco llegué a Tarancón. Justo acababa de apagarse la tercera barra del indicador de nivel de gasolina, de modo que aún me quedaban dos. Por lo general intento no apurar el depósito, pero no quería desviarme y entrar en la ciudad, así que decidí seguir, pensando que iba a coger la autovía y podría parar en cualquier área de servicio a repostar. Craso error.

Luego me enteré que la autovía que llega hasta Cuenca se conoce como la autovía fantasma, y por una buena razón, como pude comprobar. No hay ni una sola gasolinera entre Tarancón y Cuenca. Ni una. Fui tirando y viendo como bajaba el nivel de gasolina, hasta que a medio camino divisé un cartel de gasolinera en la siguiente salida. Aliviado, me disponía a tomarla cuando al llegar a su altura vi que en el cartel que indicaba la salida, el símbolo de gasolinera estaba tachado. No había gasolinera. Así que tuve que seguir… Sé que la moto puede hacer 350 kilómetros sin ningún problema, pero yo ya había sobrepasado ese límite y empezaba a inquietarme. Llegar a Cuenca (donde tenía que haber gasolineras por narices) suponía llegar a los 380 o más kilómetros, algo que no había hecho nunca con la V-Strom, y más cargada con un par de maletas que ofrecen una resistencia al aire considerable. Total, que ya me veía tirado en la cuneta esperando que pasase mi hermana para que me llevase a la gasolinera más cercana.
Ese día pude comprobar la autonomía de la moto: pasé de los 380 kilómetros y tuve que llegar a las afueras de Cuenca para encontrar una maldita gasolinera, haciendo la conducción más económica posible. Y justamente cuando estaba repostando, llegaron mi hermana y el novio. Bueno, al menos no tendría que haber esperado mucho si me hubiese quedado tirado…

Hicimos el último tramo del viaje hasta Teruel juntos, por carreteras nacionales y bonitos paisajes, aunque otra vez bajo una lluvia muy intensa. Al menos nos sirvió para poder contemplar un arcoíris entero en los campos de Castilla.

Al final de la tarde llegamos a la aldea donde nació mi padre y nos encontramos con el resto de la gente que venía de Barcelona. Por fin unos días de descanso y un poco de tiempo para limpiar y hacerle un poco de mantenimiento a la moto.

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DÍA 7: TERUEL – BARCELONA

Tras cuatro días de descanso en el pueblo (descanso relativo, aproveché para hacer alguna ruta por la zona, hehe) volvimos a Barcelona, pero después de haber pasado todos estos días perdido por carreteras secundarias, no me apetecía volver por la nacional o la autovía, así que entre Teruel y Calanda decidí desviarme un poco hacia el este y pasar por el Maestrazgo, haciendo la ruta Teruel – Cedrillas- Fortanete-Cantavieja-Mirambel-Castellote-Calanda. Un recorrido muy poco transitado y con un paisaje muy variado, ¡muy recomendable!

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El peor tramo de todos estos días de ruta fue el final del viaje. Por querer alargar las vacaciones volvimos el lunes, en plena operación retorno, y en cuanto dejé las carreteras secundarias me vi de golpe en la cruda realidad del atasco. No solo atasco, atasco monumental: desde Lleida hasta Barcelona, horas y horas de cola. Al ver aquello desesperé, ya que las maletas que llevo (unas Givi E46) sobresalen una barbaridad por ambos lados y no me veía capaz de irme colando entre los coche para avanzar más rápido… pero nada más entrar en la autovía pasó una pareja en una VFR con unos maletones tan grandes como los míos y pensé “si ese cabe yo también” y me lancé detrás. Al llegar a Barcelona me paré un momento a mirar los baúles a ver si había pintura de todos los retrovisores que creía que me habría llevado por delante, pero parece que no toqué a nadie. Increíble.

Fueron más de 3.000 kilómetros en total, el viaje más largo que he hecho hasta la fecha y fue toda una experiencia. Ya tengo ganas de volver a lanzarme a la carretera para hacer algo mucho más largo. Espero que el relato haya gustado y/o le haya sido útil a quien quiera hacer la misma ruta o parte de ella.

Un saludo a todos!

Vssssssss


p.s. Comentarios técnicos:

La moto, naturalmente, funcionó sin quejarse absolutamente de nada en todo el viaje. Una maravilla de fiabilidad y sobretodo de comodidad. La inmensa mayoría de kilómetros los hice por carreteras en bastante mal estado y al final de cada etapa estaba descansando teniendo en cuenta las horas que había hecho.

Los neumáticos que llevaba eran casi recién estrenados, y estoy muy contento con ellos. Son unos Pirelli Scorpion Trail que se comportaron muy bien tanto en seco, como en mojado, nieve, barro, tierra y gravilla.

Los puños calefactados y el ABS son un regalo de los dioses en estas condiciones.

La chaqueta y el pantalón eran Dainese de Gore-Tex y aguantaron el peor día (400 km de lluvia intensa casi constante) sin dejar pasar ni una gota de agua. Un material excelente! Tampoco pasé nada de frío, aunque sí algo de calor el primer día a pleno sol. Lo mismo para las botas, unas Dainese Fulcrum de turismo.

Las maletas Givi tampoco dejaron entrar ni una gota de agua, y además aguantaron perfectamente horas y horas de baches y vibraciones cargadas hasta los topes.

La bolsa de depósito Richa llevaba una funda impermeable con una ventana de plástico para poder ver el mapa. Tampoco se mojó en todo el viaje y además al sacarla de su soporte se convierte en mochila, con lo que es muy práctica para llevarse los objetos de valor cuando dejamos la moto para comer o visitar algo.
Última edición por Rixelieu el 10 Oct 2012 14:16, editado 1 vez en total.
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sanmarcos
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#2 Re: Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremad

Mensaje por sanmarcos »

vaya currada de cronica!!!! esperaré a tener tiempo para leerla enterita....y mas sabiendo que has pasado por la puerta de casa....jejeje...
lastima no haber coincidido!...
"PIEDRA QUE RUEDA NO CRIA MOHO"
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Rixelieu
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#3 Re: Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremad

Mensaje por Rixelieu »

Acabo de editar la crónica para que las fotos se vean. Me tiré un buen rato para descubrir cómo se colgaban y resulta que luego solo salían los links... En fin, gracias a Angel por los consejos :good: y espero que disfrutéis de las fotos ahora que he tenido tiempo para arreglarlo.
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vipeta
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#4 Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremadura

Mensaje por vipeta »

Preciosa crónica.Gracias por compartirla.
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Black Strom
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#5 Re: Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremad

Mensaje por Black Strom »

Cronica genial!! Muchas gracias por compartirla.
Salut i benzina http://motorouteswb.blogspot.com.es/

Dale dale Cannondale!!
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#6 Re: Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremad

Mensaje por valem »

muy buena cronica y bonito viaje :drinks:
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sergio_650
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#7 Re: Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremad

Mensaje por sergio_650 »

Me ha gustado mucho la cronica, gracias por compartirla.
linces
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#8 Re: Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremad

Mensaje por linces »

Que maravilla de ruta que te has marcado, rafagazos desde el sur.
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#9 Re: Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremad

Mensaje por oli-lightyear »

Para ser la primera ruta larga te has puesto bastante alto el listón... a ver cuándo lo superas y lo vemos por aquí
Bravo colega :clapping:
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#10 Re: Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremad

Mensaje por chaveruco77 »

Sí señor!! pedazo de ruta y de crónica!!! Te licenciaste con todos los honores!!!

Ahora, para superar esta, tienes que hacerte una transpirenaica, por lo menos!!! (que no te defraudará, por cierto...). Desde Barna te plantas en un plis en Lleida, y de ahí, o por la parte aragonesa, o te metes en Francia de cabeza!!!

Lo malo de las montañas, (aparte de que hay que ir en buena época, por esto del clima...), ES QUE ENGANCHA!!! :mrgreen:

Salu2
Trail attitude: https://www.youtube.com/watch?v=bf557ySsMWE
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#11 Re: Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremad

Mensaje por stromcio90 »

¡¡Joerrrr, tío...para ser la primera ruta larga no ha estado nada mal!! :clapping: :clapping: ....excelente crónica, también. :good: :ok:

Gracias por compartir, he disfrutado mucho leyendo y viendo las fotos. :yes: :yes:

Vssss :victory:
Seguiré montando en moto hasta que llegue mi hora, y cuando esto ocurra, espero que haya carreteras en el cielo o en el infierno, pues vaya donde vaya pienso seguir ruteando por allí....
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Rixelieu
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#12 Re: Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremad

Mensaje por Rixelieu »

chaveruco77 escribió:Sí señor!! pedazo de ruta y de crónica!!! Te licenciaste con todos los honores!!!

Ahora, para superar esta, tienes que hacerte una transpirenaica, por lo menos!!! (que no te defraudará, por cierto...). Desde Barna te plantas en un plis en Lleida, y de ahí, o por la parte aragonesa, o te metes en Francia de cabeza!!!

Lo malo de las montañas, (aparte de que hay que ir en buena época, por esto del clima...), ES QUE ENGANCHA!!! :mrgreen:

Salu2
Me alegro que haya gustado la crónica! La Transpirinaica la tengo pendiente, tiene muuuuy buena pinta. A ver cuando encuentro el tiempo, que me gustaría hacer Pirineo catalán de este a oeste por nuestro lado y de oeste a este por el francés.

Vssss
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eskozia
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#13 Re: Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremad

Mensaje por eskozia »

Menuda "excursión" te has marcado. Ya me gustaría a mi hacerme una semanita de este estilo, que la ruta más larga que he hecho hasta ahora es de 170 kms.

Bravo por la crónica, he disfrutado mucho leyéndola. :clapping:
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Shark_14
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#14 Re: Primera ruta larga: Aragón, Castillas, Madrid y Extremad

Mensaje por Shark_14 »

Muy buena la crónica y gracias por compartirla. Las fotos muy chulas.
Siempre se agradece leer estos relatos.
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