Todo empezó hace un par de meses cuando mi mujer encontró una oferta en Letsbonus de un hotel en Oporto a muy buen precio y como hacía mucho que queríamos conocer la ciudad (nos gusta mucho Portugal) y teníamos unos amigos viviendo cerca pues se me encendieron los ojos y en seguida supe que tenía que ir, pero a lomos de Priscilla
Así que el 20 de septiembre y tras hacer las maletas y comprobar que caben un montón de cosas, puse en el gps destino Simancas (Valladolid) donde haríamos nuestra primera parada.
Tanto mi mujer como yo somos novatos y no sabíamos a qué nos enfrentábamos pero teníamos muchas ganas de probar y eso hizo que estuvieramos ansiosos por ponernos en marcha.
El primer tramo fué Vilanova i la Geltrú-Zaragoza donde paré a llenar el depósito porque se lo tragó enterito, y no me extraña ya que se suben bastantes metros desde la costa e íbamos con las maletas laterales, la trasera, la sobredepósito, y dos aprendices de moteros de 1,78. Al principio del tramo me empecé a acojonar ya que nada más entrar en la autopista en Vilafranca del Penedés empezó a llover, pero bueno paró en 5 minutos, una nube cabr*na que me asustó ya que no he conducido nunca con lluvia.
Después de un refrigerio nos pusimos en marcha de nuevo y no paramos hasta la hora de comer que fue justo antes de dejar la autovía de Zaragoza-Madrid pasado Ariza. Aquí fué donde cogimos una carretera local (CL-116) que fué una delícia ya que tenía intención de enlazar con la N-122 en el Burgo de Osma. Aquí ya seguimos hasta Simancas (a 8 km de Valladolid) donde haríamos noche en un hotel que no estuvo nada mal, y donde habíamos quedado con un amigo que vive allí y al que hacía más de 10 años que no veíamos. Qué gusto da reencontrarse con viejos amigos
aunque eso quiera decir que uno también va cogiendo años 
Amanece en Simancas
A la mañana siguiente y con la calma (quedában muchos km por delante) nos pusimos en marcha. Menos mal que desayunamos bien porque el viaje empezó a ponerse cuesta arriba ya que empezó a soplar un aire que hacía la conducción, digamos no tan divertida.
A la altura de Puebla de Sanabria (Zamora) empezó a hacer además un poco de frío por lo que decidí salirme de la autovía y parar a tomar un tentempié, cosa que fue de agradecer ya que sentó de maravilla. Luego en vez de retornar a la autovía decidimos acercarnos hasta Puebla de Sanabria a dar una vuelta rápida y fué un acierto. Vimos poco del interior ya que había mercadillo y la parte vieja con la moto era imposible de ver y no me hacía gracia dejar la moto cargada para ir a dar una vuelta a pata. Nos bajamos luego hasta el rio donde hay un paseo muy chulo y donde descansamos otro poco.
A partir de aquí ya no paramos hasta casi llegar a Verin (Ourense) donde comimos en un sitio que encontré por google y que tenía buenas opiniones que no decepcionaron, comimos de maravilla un menú muy completo y a muy buen precio, lo que me costó ponerme en marcha luego.
Seguimos camino a la frontera Portuguesa donde se produjo el único episodio que no me gustó y que no se si tendrá alguna consecuencia. Resulta que para circular por las autovías de Portugal (que no son gratuitas) tienes que parar en la frontera, poner la visa en una especie de cajero que te lee la matrícula y a partir de aquí cada vez que pasas por uno de los arcos que leen la matrícula te cargan en la visa el pago. Eso funciona para coches pero no para motos.
Pulsé el botón para hablar con una operadora y me dijo que para motos había que ir a la gasolinera más cercana y comprar "algo" que daba derecho a circular por las autovias (las autopistas funcionan como aquí, con su cabina y su tiquet).
Paré en la primera gasolinera y allí no sabían nada, me dijeron que tenía que ir a la GALP de la A7 ya en la autovía de Oporto, donde paré y me dijeron que tampoco allí tenían nada, ni sabian qué era, pero que parara en otra GALP que había más adelante y que allí igual sabian algo.
.....
Habéis adivinado, allí tampoco sabian nada por lo que dije, a tomar por c**o, no hago más el canelo y seguí hasta el Hotel y ya veremos.
A partir de aquí 2 días en Oporto que han sido una pasada, la ciudad me ha gustado muchísimo, aunque está muy degradada en algunas partes, tiene un encanto especial al igual que Lisboa.
Una compañera de trabajo estuvo de Erasmus un año allí y me recomendó sitios para visitar y menos mal que los pude ver todos el primer día porque el segundo día estuvo lloviendo a mares casi todo el día y sino llega a ser por los amigos Portugueses que vinieron a recogernos en coche al Hotel y nos llevaron a comer las típicas Francesinhas, nos hubieramos tenido que pasar el día en la habitación.
Entre las cosas recomendadas para ver en Oporto, la torre de los Clérigos, la Librería de Lello&Irmao (en la Rua das Carmelitas), la Estación de Sao Bento, el Mercado de Bolhao, el Majestic Café (en la Rua de Santa Caterina) y luego lo que más me gusta en estas ciudades, patear. Bajamos hasta el rio por unas escaleras interminables con vistas al puente de Luis I obra de un discípulo de Gustave Eiffel (el de la torre). Muy recomendable pasear por la ribera del Duero y contemplar las vistas, sobre todo desde el pueblo de enfrente (Vilanova de Gaia) que son impresionantes y donde no hay que dejar la ocasión de visitar alguna de las numerosas bodegas que hay y hacer una cata de vinos de Oporto. Nosotros entramos en las Graham's ya que teníamos una invitación con cata que entraba de oferta con la habitación.
La bodega
Vistas del río desde la bodega
Las catas no son baratas y aunque hay de todos precios, hay algunas prohibitivas (95 euros) por una copa, aunque el vino era a 500 la botella. Nosotros probamos 3 tipos (Vintage de 2007, Tawny y Tawny 20 años), aunque luego pregunté por uno orgánico que me llamó la atención y me dieron a probar sin cobrarme nada, me gustó y compré una botella y otra de Tawny, en total 35 euros las 2 botellas.
Torre de los Clérigos
Estación de Sao Bento
Catedral de Oporto
Mercado de Bolhao
Librería Lello&Irmao
Cafetería Majestic
Otra cosa a probar en Oporto y en cualquier sitio de Portugal es el bacalao, es una pasada lo bien que lo preparan y la cantidad de recetas que tienen (leí una vez que más de 300), y tampoco nos defraudó, aunque la Francesinha del día siguiente fué una bomba... buscar la receta por ahí y veréis la bomba de calorías que tiene eso... Dios mio, pero que buena estaba
La Francesinha
Vistas generales de la ciudad:
El día siguiente como he comentado antes fue un día bastante gris por no decir negro, porque el cielo parecía que se iba a romper y vaya si lo hizo, estuvo cayendo agua casi todo el día y con bastante fuerza lo que hizo que solo hicieramos turismo enlatado en el coche de los amigos que vinieron a buscarnos.
Se acabó la estancia y había que volver a casa, aunque con pena de no haber podido disfrutar el último día como se merecía la ciudad, pero bueno ya tenemos excusa para volver, no?
El día de la marcha amaneció muy nublado pero sin previsión de lluvia (menos mal) y así fue, fuimos durante todo el recorrido por Portugal hasta casi la frontera con la carretera mojada, húmeda y luego casi seca, pero fue entrar en España y acabarse el agua. Nada más atravesar la frontera paré a llenar el depósito porque la gasolina 95 está a 1,75 el litro y la 98 a 1,98, el 1,44 que me costó pasada la frontera hasta me parecío barata, joderrrrrrrrrrrrrrr¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Muy feliz me las prometía yo hasta que crucé el tunel que separa Galicia de Zamora y donde empezó a soplar un viento muy fuerte que hizo que tuviera que poner todos mis sentidos y algunos que no tengo para llevar a Priscilla por el camino correcto y que no paró hasta bien pasado Valladolid, una tortura vamos. Paramos a comer pasado Benavente y donde una sopita Castellana calentita nos bajó al mundo de nuevo porque vaya rasca que hacía.
Al final y después de un viaje no muy agradable llegamos a El Burgo de Osma donde hariamos la siguiente parada para pasar la noche y donde fuimos a visitar a un compañero de trabajo que es de allí y que ahora que está jubilado pasa temporadas en su pueblo. Muy buenos los torreznos, jejejejeje, y el pueblo también. Estuvimos hace unos 15 años y nos gustó, pero ahora que han hecho la variante y no tiene tráfico es muy agradable pasear por sus soportales y plazas y llegarse hasta el rio donde las vistas de la muralla son muy chulas y además está muy bien cuidado.
Al día siguiente emprendimos la última etapa de nuestro viaje y que aunque empezó también con algo de aire, el ir entre bosque hizo que el viento no nos diera tan fuerte y fuera bastante agradable, hasta llegar a la Autovía de nuevo donde casi tenemos un pequeño susto ya que un pedazo de buitre enorme estaba comiendo en la carretera y el furgón que iba delante nuestro y nosotros tuvimos que frenar un poco brusco para no comérnoslo. El bicho como necesita mucho espacio para levantar vuelo salió a toda pastilla batiendo alas y saltando subiendo la ladera de la colina como si hubiera visto al demonio, y menos mal.
Parada a tomar un refrigerio en La Almunia de Doña Godina y a seguir camino. Cogimos la autopista hasta Fraga, donde salimos para coger la A2 y donde paramos a comer porque el estómago reclamaba su parte. A partir de aquí, camino de Igualada, luego la C-15 hasta Vilanova y a casita.
En total han sido 5 días, 2300 km's y muchas cosas buenas que recordar mucho tiempo, de las menos buenas (afortunadamente no han habido malas) ya me he olvidado y ya solo pienso en qué haremos la próxima vez que podamos ponernos en ruta. A mi me gustaría mucho hacer la cornisa Cantábrica, o acercarme hasta la costa de Normandía en Francia y más después de ver alguna aventura por aquí.
Espero que no os haya resultada muy pesada la crónica y nos vemos.
p.d. Se me olvidaba... Priscilla se ha portado como una campeona y aún estando limitada y cargada hasta los topes ha conseguido que disfrute del viaje como si fuera la primera vez, anda, si ha sido la primera vez, jejejejejeje
