Me he unido al foro hace poco y la verdad es que todavía estoy un poco desbordado. Me parece grandísimo y sé que debo ir aprendiendo su correcto funcionamiento poco a poco, ¿y qué mejor manera de ello que leyendo y escribiendo?
Me apetece compartir con vosotros, personas que mejor que nadie conoceis las satisfacciones que nos dan las v stroms, el viaje que he realizado hace unos pocos días. Sé que es un poco largo, espero que quien sea capaz de leerlo todo, sea capaz de disfrutar al menos un poquito con ello.
Voy a copiar lo que escribí en el blog que hice a tal efecto, sé que es un poco vago, pero no me parece volver a escribir lo mismo, más aún, teniendo en cuenta que cada día escribía por la noche en alguno de los campos base en los que estuve. Siempre campings.
Antes de empezar con lo que escribí, quería deciros que la experiencia ha sido increible y que los alpes me atraen cada vez más y más.
extraido de mi blog: http://aventuramoteraalpes2012.blogspot ... a-d-1.html
La idea de realizar este viaje llevaba tiempo rondando por mi cabeza. Hace un año decidí que quería hacer un viaje hasta el Cabo Norte, además había algo dentro de mi, que me decía que sería en solitario. Finalmente y por asunto de logística, tiempo y dinero (no están los tiempos como para andar derrochando) decidí que el viaje sería a los Alpes. No sé que tienen estos pero me habían atrapado antes de conocerlos y... una vez que lo hice, sé que volveré una y otra vez allí.
¿Por qué en solitario? Buena y difícil pregunta. La respuesta fácil sería ¿y por qué no? Vivimos en una sociedad acostumbrada a realizar todo en grupo, tener que ir con alguien para casi cualquier cosa. Así que decidí que haría este viaje en solitario. Lo veo como un viaje introspectivo, en el que hay que valerse por uno mismo para poder realizar todo. Además supone un claro reto personal el ir a países diversos, culturas variopintas e idiomas en los que no sé decir ni hola. Espero que con el poquito inglés que sé, mi castellano extremeñizado y el idioma universal de los gestos, pueda llegar a desenvolverme de una manera exitosa. No, no lo espero, lo sé.
Cuando te planteas un viaje de este tipo debes estar preparado para todo, para lo que no estás preparado es para la positividad con la que te hablan los que te rodean.
“Estás loco”, “venga hombre, no te vas solo ni de coña”, “¿y si te pasa algo?”, o las anécdotas sobre accidentes e historias que han pasado a otros compañeros moteros.
Está claro que hay que lidiar con estos comentarios e impresiones, eso sí, también te quedan las palabras de aliento (menos que te dan) y los “pues yo no me atrevería”.
Preparando las cosas
DÍA -1
Vamos a dejar esta parte de reflexión personal porque en vez de ser este un blog viajero pasaría a convertirse en un blog filosófico, y, aunque no estaría tampoco mal, no es mi intención.
Estando en el día menos uno, tengo un gusanillo en el cuerpo que me indica que la aventura está apunto de comenzar. La moto (VSTROM DL 650 ABS) Está lista. La semana pasada me gasté en ella más de lo que probablemente me gastaré en el viaje, qué se le va a hacer. Y la tengo preparada para el viaje. Diría que llevaría las maletas llenas de ilusiones, pero siendo práctico, no llevo maletas, llevo tres baúles (todavía sin preparar) una tienda de campaña, el saco…
Si habéis leido lo anterior deduciréis que no voy a dormir en hoteles ni nada por el estilo. Plena naturaleza, camping y lo que me depare el destino.
LA RUTA
Esto es lo mejor del viaje, no tengo una ruta preparada ni nada por el estilo. Llegué a considerar establecer una ruta, puntos de destino y llevar todo perfectamente planificado. Lo que ocurre es que si hiciera eso, ya no sería yo. Por el contrario lo que tengo son lugares por los que voy a pasar seguro. La primera gran meta es el famoso Alpe D´huez, después subiré tantos puertos míticos como apetezca, sin olvidar el famoso Stelvio. Voy a recorrer bastantes países, no sé si repetiré todos los que el año pasado hice con mi compañero incansable de fatigas, que este año ha cambiado la moto por la futura paternidad. Sé que vas a ser uno de los que más se acuerden de mi durante el viaje, y seguro que serás el que más entiendas todo lo que hago y el placer que supone jornadas maratonianas de moto y paisajes a cada cual más bello.
Mañana saldré de Trujillo por la mañana. La primera meta será Pirineos. Hasta ahora siempre que había ido a los Alpes lo había hecho por Girona, aunque esta vez he pensado que subiré por Andorra. Así que la primera noche dormiré en un camping de España. Al día siguiente subiré por Envalira y hacia Perpignan. El objetivo es Dormir en Italia, mi mayor hándicap es que no sé nada de Francés y por las experiencias anteriores, en las zonas alpinas no es que dominen mucho el inglés, y menos aun el castellano. A partir de ahí, iré donde me lleve el viento y de la forma que me guie el Gps.
Mi propósito es ir narrando cada una de las etapas de este singular viaje día a día. Lo malo es la conexión a internet, intentaré tener cada día.
Hasta aquí la crónica del día previo. Mañana lo que escriba ya será en ruta, rumbo a cumplir uno de mis sueños. Y … es que los sueños pueden cumplirse siempre.
DÍA 1.
Aquí he de deciros que al ser nuevo en eso de los blogs, se me borró lo que escribí y jamás lo publiqúé, así que comentaros que el día 1, salí de Trujillo a eso de las 11 de la mañana. Fui por la A5 hasta Madrid y después A2 Hasta Zaragoza. Allí Nacional 2 y después hasta la Seu. La ida y la vuelta, siempre es la parte más aburrida del viaje. esta claro que no me apetece perder un par de días entre ida y vuelta para ir por carreteras secundarias.
Segundo día.
No sé por qué, o tal vez sí (será por las fotos) que no he sido capaz de publicar lo escrito anoche. Y mirad que estuve un rato escribiendo.
Hoy me encuentro en un pueblecito en las cercanías de Grenoble. A la cercana distancia de 1500 km de casa. Cerquita.
Andorra capital.
Con el ruido de grillos, mosquitos y otros bichos y la tranquilidad por compañera. Esto ya no es España y cuando he tenido suerte he podido hablar inglés con alguna persona, pero muy poquitas lo hablan así que escucho francés por doquier. El lugar está genial, tranquilo, barato y limpio. Si hasta me han dejado un roof, como me ha dicho la dueña, para dejar la moto. Estoy agotado, así que cuando acabe de escribir iré a lavarme los dientes y a descansar que mañana promete ser un día interesante. Si después de escribir esto tuviera ganas, escribiría algo sobre ayer, una especie de resumen.
El campamento base:
El día empezó bien, a eso de las 8 , me preparé cogí la moto a las 9 y bajé a la seu a intentar enviar el topic de ayer.
Un poco antes de las diez, y ante la imposibilidad de subirla, empecé la ruta.
Me dirigí primero a escaldes, a la zona en la que están las cosas tecnológicas a comprar dos cargadores que o bien se me había roto, el del gps o bien me lo había olvidado. El del manos libres.
La ventaja de conocer la zona es que vas a tiro hecho.
Cada vez que vengo a Andorra dudo si es el país de las nieves o el de las perfumerías. El día que haya un terremoto por lo menos oler, olerá bien.
Me encanta ese pequeño país y mientras subía recordaba los buenos momentos que pasé allí, eso sí, siempre en invierno.
La subida a Envalira genial y en el Pas a comprar para desayunar y repostar.
La gasolina a menos de 130 , veinte céntimos más barata que en España y 40 que en Francia
Los franceses como locos comprando tabaco. Como se nota que está parte de la frontera casi no la vigilan.
De aquí subí a Porte, después Ax y muchísimos otros sitios que no me acuerdo del nombre para acabar descendiendo hasta el nivel del mar en Perpignan .
Siempre que paso por aquí me acuerdo de los documentales de la 2 y los catalanes hablando de ir a ver películas y de Santi entrando a comprar un cable del gps y saliendo con uno nuevo del carrefour .
Aquí decidí que se quería acabar temprano debía coger la autovía. No me daba el cuerpo ni la hora, cualquiera encuentra un camping en Francia a las once de la noche, para ir por autopista. Lo odio, lo sé, pero mw doy cuenta que para disfrutar de los Alpes debes pagar una pequeña penitencia en forma de km por autovías y autopistas. Llegando a Avignon tuve el primer punto dw inflexión . Se comienzan a ver los Alpes marítimos, que gozada. Mi objetivo cada vez estaba más cerca. No hay nada que no pueda curar estas montañas.
Un "aire" francés.
Y nada, después de un rato largo, llegué a Grenoble y me puse a buscar un camping. Él gps me decía que el más cercano estaba en Italia. Menos mal que tuve suerte y justo al volver de la carretera de Brianson a Grenoble para ir a alguno de los del año pasado, encontré la señal de este. No había recorrido ni un par de km. Los hados están de mi parte.
Mañana SERÁ un gran día. Voy a ir a uno de los lugares que llevo queriendo ir desde que tengo uso de razón. Siempre tengo la imagen de Pantani subiendo a toda velocidad. Sí, Alp D'huez, después quiero conocer tignes, Val D isere y de aquí hacia Aosta . O eso creo. Esto es bueno de no tener nada preparado. Que siempre lo puedes modificar.
Como llovió por la noche, decidí ponerme bajo techo.
Esto es genial, la tranquilidad y relax que transmiten estas montañas es casi mágico. Qué ganas de que sea mañana y retomar la verdadera aventura, disfrutando de los Alpes en todo su esplendor.
Sí ayer escribí, aunque no se publicaran, unos versos de nuestro gran paisano Robe Iniesta: la vida es un camino empedrado de horas minutos y segundos... sólo quiero que la curva que surge del último suspiro de un segundo, me transporte tumbando hasta el siguiente. Hoy diré que cada día es único, y como tal hay que aprovecharlo, no dejes que aquello que no te guste, te aflija o no te haga sentir bien, pare tu vida. Las cosas que deseas acaban llegando, y lo mejor de todo, es que ocurre cuando menos lo esperas. Estar en estas montañas me vuelve un poco filósofo.
Hasta aquí la crónica de lo que ha sido el segundo día.
Espero que os haya gustado.
No voy a releerlo, así que puede haber palabras autoescritas por el móvil qué salgan mal.
Hasta mañana. Sweet dreams .
DÍA 3
Comienzo relato de este día sentado en la tienda de campaña. A más de 1200 metros de altura en el valle de Aosta, a un paso de Suiza.
La majestuosidad de estas montañas me queda sin palabras. Estoy rodeado de picos se más de 3000 metros y es sencillamente sobrecogedor. Además se une a esto la mejor banda sonora que podía tener. El río. fluyendo sin parar desde las altas cumbres hasta el mediterráneo.
El día comenzó temprano, y con buen tiempo, nada había durante la tormenta de la madrugada que lo presagiara. Pero por fortuna el buen tiempo sigue acompañándome.
Hoy ha sido donde esos días inigualables . Comenzó la jornada motera ascendiendo Alpe Dhuez. Qué sensación, poder subir al fin por esas curvas que tantos años he visto por televisión. Cada curva con su número y un personaje.
Posteriormente dejé que fuera el gps el que marcara él rumbo, y vaya suerte la mía, me condujo por otros dos míticos puertos : el Glandon y la Croix de Fer fantásticos.
De ahí decidí tirar hacia Tignes y Valdisere. Llevo tantos años leyendo sus excelencias que debía verlos. Y, siento decir, que debe haber sin exagerar al menos un millón de lugares mejores en los Alpes.
Para llegar a Aosta, otra gran subida y mejor descenso. El Petit San Bernard. Si no sabes tomar tornantes, ni se te ocurra ir por aquí. Hay muchísimas. Y son brutales.
Las vistas desde arriba de todos estos puertos, os lo podéis imaginar, ya me he quedado sin adjetivos calificativos para definirlas.
Llegando a Aosta me asaltó la duda sobre qué hacer mañana. Finalmente me decidí por subir el grand san Bernard. Este ya lo hice con Santi el año pasado, y atravesaré Suiza para dormir en Austria. Al final mi querido Stelvio será a la vuelta. Y si puedo el Galibier, con esos día puertos ya podría dar por concluidos todos los grandes puertos que he querido recorrer.
A saber las sorpresas que me depara el mañana. Ahora a cenar y descansar que me lo he ganado. También publicaré unas fotos en mi facebook. Todo ello consola hora que tengo de Internet. Eso sí, hoy gratis no, hoy dos euros.
Hasta aquí el día de hoy, me despido contemplando el anochecer y observando como se iluminan las casas a lo largo de las montañas. Por cierto, que frío hace aquí, esta noche toca dormir con ropa térmica.
Si hay algo que puede definir estos momentos es la palabra Paz y Tranquilidad.
DÍA 4.
Son las nueve de la noche y mientras me dispongo a saborear una birra Moretti y espero a que me traigan la pizza Diavola decido comenzar a relatar el día de hoy.
Día cansado, estoy realmente agotado, las tornantes me han dejado hecho polvo. El cansancio va en aumento. Ya no me acordaba por qué los viajes en moto que he hecho no duran más de 7 noches, y ya son noches. Sólo el entorno y la sensación de disfrute sobre la moto compensan este agotamiento.
El día empezó temprano, como cada uno de estos días, a las nueve ya estaba sobre la moto y me disponía a subir el grand San Bernardo en su vertiente italiana. Mucho mejor para disfrutar que la Suiza. Aquí empezó el día de las tornantes. He hecho más de cien, y no exagero.
Este puerto ya lo conocía, pero a pesar de ello, sigue siendo fantástico el poder volver a subirlo, es más, una segunda vez te hace saborearlo más. Cuando llegué arriba pensé, a Insbruck.
Y con estas comencé el descenso pasando por la ciudad de los martinis, Martigny y por la ciudad de los conspiradores, Sion, supongo que de aquí saldría el famoso priorato de Sion. :p
Continuaba rumbo al objetivo. Pero he te aquí que Zermatt se cruzó en mi camino. Y claro, quien soy yo para decir que no, he aprendido ha hacer caso de lo que dice mi cuerpo y mi cuerpo me pedía conocer este emblemático lugar para los amantes del esquí. El problema. Que no se puede subir de la cota 1500. Solución, subir como el resto de coches que si tenían autorización. Eso sí, fue llegar a 1800 y media vuelta.
La idea entonces era ir a Chur, y de ahí a Austria. Pero decidí que no, que a Italia. Esto es porque tiene ir sin Rumbo fijo y sólo, si no ya estaría Santi diciendo el sitio ;p .
Así que gps evitar autovías y a ver a donde me lleva esto.
Y me llevó a otro puerto, bonito y sorprendente, jamás había oído hablar de él, el Simplon Pass o algo así. espectacular la subida y el paisaje en la cumbre también. Rodeado de tres miles por todos lados.
Es como estar en el cielo pisando tierra firme. Las cumbres alpinas son fabulosas. Realmente me estoy quedando sin epítetos para todo lo que estoy viendo.
De aquí un largo descenso , lleno de tornantes para no variar. Y Domodossolo, para para comer, carrefour, sanwich gps y ... rumbo Saint Moritz, primer destino de mañana, para llegar allí, debía antes dirigirme a Locarno, paso de autoestradas mientras pueda. Y de ahí a Chiavenna.
Las sorpresas del día estaban todavía por comenzar. Volví otra vez rumbo a suiza, está vez no había puerto de montaña, se nota que iba a entrar por el lago de Lugano. La carretera estrecha y llena de curvas. Aquí llegó un momento en el que sentí como si estuviera skiboardeando, esquiando para los palis, curva y contra curva en menos de un segundo. Hubo un momento que llegué a sentir como si estuviera botando como en el esquí.
En Lugano, rumbo de nuevo a italia pero por las montañas, no hacía el sur, y aquí la primera sorpresa. Esta carretera la conozco, claro, es la misma que tomé un año antes con Santi para subir San Bernardino. Eso sí, como está vez iba mal de tiempo y el puerto lo conocía decidí saltarme los km finales y atajar por el túnel. Para los que vayáis por primera vez, ni se os ocurra hacer esto. La carretera espectacular. Curvas rapidísimas, a más de cien todas, tumbadas espectaculares. Este puerto es para correr. Nada que ver con la mayor sorpresa del día.
El puerto de Splüga, él comienzo es una ladera, llena de tornantes que en invierno es una pista roja de esquí. Una vez que superas esta ladera llegas a un vallecito para volver a subir más tornantes y hacer cumbre. Una vez arriba te dispones a bajar y realmente bajas. Más de 1500 metros. Carretera ratonera. Decenas de tornantes.
Tornantes con túnel por las que sólo pasa un coche. Desnivel de entre un diez y un quince por ciento. No se sí habrá subido el giro, pero debería. Es una pared vertical lo que bajas en su última parte.
En agosto y por lo visto, si vas en coche, ármate de paciencia
Y finalmente aquí estoy, en un camping llamado acquafragia
Y con el sonido de la gran acquafragia a mi alrededor. Hasta aquí lo que ha dado el día de sí. Bueno y que la pizza y la cerveza estaban muy ricas.
Mañana ... será otro día.
DÍA 5.
Nueve y media de la noche, noche casi cerrada en Innsbruck, con un cielo que parece salido de una película de Steeven Spielberg. Comienzo a relatar el día de hoy.
Este día podría titularlo como el síndrome de Forrest Gump. Al igual que Tom Hunks en dicha película cuando decide parar de correr porque sí . Yo he llegado al punto de decir, hasta aquí. Creo que he cumplido mi objetivo con creces y llega el momento de regresar a casa. Bueno, no es cosa de un día, teniendo en cuenta que me encuentro en el corazón de Austria a muchos miles de km de casa.
Hoy he cumplido el sueño de muchos moteros, subir uno de los pasos de montaña más conocidos a nivel europeo. El Stelvio. Pero antes de llegar allí, todavía queda un poco del relato.
El día comenzó temprano. Era antes de las nueve cuando ya me había enfundado la armadura cual caballero andante antes de un torneo. Por compañía mi fiero y dócil corcel, dispuestos a recorrer la suiza alpina con el objetivo de llegar a Austria.
Al final llegué, pero no como lo había planeado en un principio.
Saliendo del camping, en menos de diez km ya estaba en Suiza, subiendo hacia Saint Moritz. Lugar de la JetSet Europea. No se pueden ver más ferraris, porches, etc en ningún lugar, ni Mónaco. El puerto para alcanzar el lugar se llama Malojapass, con sus 1815 m de altura. La carretera genial, buenas curvas, tornantes abiertas, puerto de subir deprisita. La vegetación dispar . Comienza con bosques de hoja caducifolia,pasando en muy poca altura a los grandes pinares, para en las cimas estar sin vegetación.
Bajando Saint Moritz me dispuse a ir rumbo a Austria, pasando por Pass del Fuorn. De 2149 msnm. Otro puerto bonito y un poco más exigente que el anterior. Con unas vistas de los dolomitas italianos y sus glaciares, fantástica.
Al descender volví a cruzar a Italia, y, como pasa siempre, hay algo que me saca de la ruta. Quería hacer el Stelvio de vuelta, pero claro. Veo... Stelvio a la derecha, y quien soy yo para discutir al destino.
Así que a subir. La parte de Prato Stelvio, que es la que subí es la más difícil. Con 48 tornantes numeradas. Creo, aunque me fijé en el número 45. Por el lado de Bormio son treinta y tantas. En esta subida nos acompaña la sobriedad de su glaciar. Es asombroso ver como vas llegando poco a poco a la altura del glaciar hasta tenerlo de frente. Las tornantes son estrechas. Tienes que meter primera en muchas ocasiones, parando cuando algún coche te bloquea. Hoy vi como se cayó una moto y como se chocaron dos coches. La cima parece una feria. Hay tantos ciclistas como moteros.
La gran feria que se monta arriba
Ya bajando
De aquí a Bormio sin saber que hacer después. La bajada mucho más fácil.
En Bormio leo... Gavia. Y, por supuesto, para allá. El Gavia lo subí por la parte menos espectacular. Si hay algo poco espectacular en un passo de más de 2600 msnm. Menos transitado que el Stelvio pero aún así, mucha gente. La bajada hacia fuente tornale o algo así es sencillamente lo más sobrecogedor que he bajado nunca. Carretera estrechísima, donde hay zonas en las que casi no caben un coche y una moto. Barrancos de cientos de metros de caída y un desnivel de más del quince por ciento con sus innumerables tornantes.
Carretera estrechísima
Al bajar comí algo y a Bolzano . Para ello el gps me mando por otras dos dificultades. Menos reseñables,aunque interesantes también. El paso de Tonale y otro puertecillo por la mayor zona de producción de manzanas rojas de Italia.
Hoy estoy más agotado que ayer. Casi once horas en moto. Parando lo justo para comer y hacer fotos. El único puerto que he dejado sin subir porque me cogía a trasmano ha sido el Mortirollo, apunto estuve de subirlo, pero hice bien. Mi cuerpo no hubiera dado para tanto. Empiezo a pesar que mas grandes puertos tendrán que esperar a otro año. No sé si pasaré cerca del Galibier en mi retorno o sí tendré ganas de subirlo. Así que creo que deberá esperar a otro año.
Voy a dar por concluida la crónica del quinto día. Ahora llega el momento de tirar de gps y google maps y a decidir. Ciao bambimos y bambinas.
DÍAS 6 Y 7. EL FIN DE LA AVENTURA.
La aventura ya acabó, de una forma diferente a lo pensado, a lo "normal", si es que hay algo que podamos considerar normal, mas allá de lo que el resto de seres humanos consideran como dentro de unos cánones establecidos.
El día 6 amaneció en Insbruck, en el Tirol austriaco, en un camping que podríamos considerar de lujo. Allí estaba, en mitad de Austria, entre montañas y estaciones de esquí.
Todavía sin tener claro qué hacer. Iría hasta Suiza, la atravesaría y cruzaría a Francia por Megeve, o por el contrario, llegaría hasta Alemania, pasando por Saas Fee y Fussen, para volver por Estrasburgo como hice un año antes. Finalmente y debido al cansancio y que consideraba que ya había hecho suficientes kilómetros por carreteras de montaña, me asaltaron las ganas de volver a España. A casa.
Con estas empecé el día, no eran mucho más de las nueve cuando me despedí de este bello paraje Austriaco y comencé por una carretera secundaria bastante bonita la vuelta hacia Bolzano, para una vez cruzada la frontera, entrar a la autostrada y poner e gps rumbo a casa.
Sólo me quedaban la friolera de más de 2000km. y tres países por recorrer casi enteros.
Los primeros momentos de la ruta fueron entretenidos, observando cada montaña y cada valle.
Una de las cosas curiosas era que ya dentro de Italia, en su tirol, todo estaba escrito en italiano y alemán. No fue hasta pasado Trento cuando esto cambió.
Sin olvidar el kilométrico atasco que encontré.
Aquí decidí poner rumbo a casa
LA idea surgida durante mis primeros km por la autostrada,era hacerme cerca de 1000 km ese día y dormir cerca de Perpignan, así podría descansar y hacer el último tramo hasta Trujillo el lunes a lo largo de todo el día. Pero eso era sólo mi primera intención.
Hacia eso de la una, llegué al lago di Garda, y allí almorcé. de nuevo haciendo cálculos y más cálculos y con la alegría para mi vista que producía esa cantidad de colosos que tenía todavía a lo lejos pero muy cerca todavía.
Al retomar la conducción comenzaron a pasar los kilómetros bajo mis pies, los paisajes fueron cambiando, de las montañas a las llanuras, de los bosques de pino negro a la campiña con sus cultivos de frutales hasta llegar a los cultivos de secano en alguna zona. Las grandes metrópolis italianas iban quedando al lado en las señales verticales que invitaban a entrar y conocerlas, así fui quedando atrás Verona, Milán, Torino, Genova... Y ya cada vez más cerca de la frontera francesa, de la costa y del calor. Qué calor, era asombroso el calor que puede hacer en esta época del año. de nuevo crucé los alpes, pero esta vez en una sucesión de túneles y pequeñas subidas y bajadas, evidentemente estos no son los alpes soñados e imaginados por todos, estos son los alpes marítimos, y esta zona en concreto está pegando a la costa.
Junto al lago di Garda.
Ya entre Genova y Marsella, encontré coches de lujos por todos sitios, me adelantaban, los adelantaba, Porches, Ferraris, Mercedes... Estaba en la zona de Mónaco, Niza... Zona de grandes fortunas. La vegetación cambió poco a poco sin darme cuenta al ir pasando de Italia a Francia, con Mónaco a mi siniestra, empecé a ver y oler (de los olores hablaré en una entrada posterior) los bosques mediterráneos, bosques que dejaban atrás los bosques alpinos que me han acompañado una buena parte del viaje.
Aires Franceses. Con el mar abajo.
Serían ya cerca de las siete cuando estaba pasando por Marsella cuando una idea, locura dirán algunos, asaltó mi cabeza. ¿Por qué pasar otro día de calor pudiendo viajar de noche? ¿Estoy suficientemente bien para continuar mi viaje? Una vez que comencé a realizar estas reflexiones ya no pude pararlas. Fue en una estación de servicio donde me decidí finalmente a poner un punto y seguido y continuar viajando hasta casa.
Entre la moto y yo se había producido una comunión perfecta, en el resto del viaje hubo momentos en los que la moto me guiaba y yo me dejaba llevar y otros en los que era yo quien guiaba a la moto.
Así, y en esta sucesión de kilómetros, fueron pasando los momentos. Ya en la Junquera, me sentí casi en casa. Quedaban mil kilómetros y yo pensé que estaba ya en casa.
Las paradas se hicieron cada vez más cercanas y continuas, la madrugada iba entrando y ahí estaba yo, como un espartano en motocicleta, como un viajero incansable que no hace más que perseguir su objetivo sin desfallecer ni cesar en su empeño.
Pasé Lleida, llegué a Zaragoza y este fue el peor momento del viaje, entre las tres y las seis de la mañana, aquí tuve que hacer más paradas, el sueño y el frío se apoderaron de mi en varios momentos.
No hay nada que cafés y cocacolas no puedan arreglar. Así pues seguí mi andadura y vi amanecer ya llegando a Madrid. Aquí todo cambió, con la llegada de la luz del día, de un nuevo día ya sabía que en un rato estaría en casa.
Antes de relatar la llegada, que no es mas que la sucesión de la carretera que mejor conozco en el mundo (la A5), debo dejar constancia de lo raras y variopintas que son las noches en una carretera general. Vi personas cuando menos extrañas, coches rotos y abollados por todos lados con conductores que bien se podía haber escapado de cualquier relato de Stephen King. camioneros durmiendo, camioneros desayunando e incluso cenando. Camionetas que conducía a toda velocidad. Hasta un accidente. de un viaje por la noche de este tipo se podía hacer una película, sin duda alguna. Yo sería otro personaje, y no el menos raro. ¿Qué hace un tipo con una moto llena de maletas y una tienda de campaña por una autovía a las tres de la mañana?
Pasado Madrid, ya si que me sentía en casa, conozco cada curva, cada paisaje y cada estación de servicio hasta llegar a casa. dos horas después ahí estaba, en la puerta del garaje, con el ruido de la moto metido en la cabeza e incluso extraño al bajarme de la moto. Me sentía como un marinero que tras pasar mucho tiempo en el mar pisa tierra firme por primera vez.
Y aquí acaba el relato de veinticinco horas de conducción y más de dos mil kilómetros de conducción. a lo largo de los próximos días publicaré fotos, ampliaré lo escrito e intentaré reescribir la crónica del primer día.
Y YA EN CASA.
Siempre quedará en mi memoria este increible viaje.
pero yo al menos me pase por el blog, y que envidia… 
