Atículo 11. El Susto. Cómo reaccionar después

[moriwoki]

EL SUSTO



Todos recordamos esos momentos en los que el organismo reacciona con una avalancha de adrenalina sobre nuestras terminales nerviosas. Bien. Brevemente, vamos a hablar de los sustos en moto. Qué hacer y qué no hacer cuando se producen y cómo utilizarlos para el futuro.

Podemos definir el susto, sencillamente, como una abrupta sensación de pánico. Se trata, en principio, de que ese pánico, inevitable por lo sorpresivo, tenga el menor efecto posible sobre la conducción de la moto.

-Una vez salvada la situación, debemos sobreponernos enseguida, inmediatamente a ser posible. Hay que evitar que el pánico nos atenace en el momento y, sobre todo, que su influencia se mantenga después indefinidamente, enquistándose dentro de nosotros en forma de una desconfianza infundada, de una inquietud patológica, incluso de una fobia hacia el tipo de maniobra en el que hemos sufrido ese susto, o hacia la propia conducción de la moto en general.

-Olvidar, sí. Dejar a un lado el pánico, desde luego, y apartar del pensamiento inmediatamente la situación que acabamos de vivir. Sin embargo, después, una vez que nos hayamos detenido, debemos recordarlo, incluso comentarlo con alguien, y repasar punto por punto todo lo sucedido; sobre todo la posible causa que haya provocado el susto para evitarla en el futuro, y también nuestra reacción para mejorarla o cambiarla en el futuro de cara a evitar otros males.

Hay que aprovechar la experiencia del susto una vez que se ha producido y sacar de él lo mucho de instructivo que posee. Ya que lo hemos sufrido, conocer el porqué se ha producido y cómo hemos reaccionado supondrá un avance considerable en nuestra evolución como motoristas.

Las carreras resultan ser un cúmulo de experiencias en buena medida por la cantidad de sustos que se suelen producir en ellas. Lo he comentado con muchos pilotos y casi todos solemos hacer lo mismo. Se produce el susto, reaccionas al instante de forma seca y contundente, precisamente por esa máxima concentración y ese espíritu combativo que llevas sobre la moto. Un instante después de pasar el trance, lo olvidas, como si nunca hubiera pasado. Luego, cuando todo termina, lo rescatas de tu memoria -porque seguro que está ahí, grabado con la infinidad de detalles que la mente es capaz de percibir en esas situaciones de emergencia- y lo analizas pormenorizadamente. Las conclusiones de ese análisis son lo más valioso que podemos extraer de la experiencia de haber sufrido un susto.

Tomás Pérez

[Madreña Veloz]

Hola Mori, ya sabes que soy un fiel seguidor de tu curso y tus consejos (que sepas que ya sé reducir eficientemente el radio de giro doblando la moto, de hecho ahora en el garaje paso por donde antes no pasaba, las primeras veces me costó un hostión del intermitente dcho. contra la columna, sin consecuencias, pero la moto entra sí o sí), otra cosa es lo del susto. Quizá sea fácil para un profesional o para un motorista avezado, pero punto y aparte somos los novatos, quizá más indecisos o poco prácticos.
Aún no hace ni dos semanas que atropellé un puercoespín y no fui al suelo de misericordia (la moto no cayó por mi pericia, creo que la fortuna ha tenido mucho que ver). No dejé de pasar por allí, voy a trabajar en moto y tengo que pasar dos veces al día, pero siempre me viene a la cabeza y paso con mucho miramiento, sobre todo por la mañana, que es de noche.
Ya sé que es una pijada y que en la mili te decían que donde cayó un mortero puedes esconderte que no caerá otro, y que resulta absurdo comprar mil euros de lotería de navidad en el bar de debajo de casa porque este año tocó, pero la mente humana es la leche.

[moriwoki]

Hola Mori, ya sabes que soy un fiel seguidor de tu curso y tus consejos (que sepas que ya sé reducir eficientemente el radio de giro doblando la moto, de hecho ahora en el garaje paso por donde antes no pasaba, las primeras veces me costó un hostión del intermitente dcho. contra la columna, sin consecuencias, pero la moto entra sí o sí), otra cosa es lo del susto. Quizá sea fácil para un profesional o para un motorista avezado, pero punto y aparte somos los novatos, quizá más indecisos o poco prácticos.
Aún no hace ni dos semanas que atropellé un puercoespín y no fui al suelo de misericordia (la moto no cayó por mi pericia, creo que la fortuna ha tenido mucho que ver). No dejé de pasar por allí, voy a trabajar en moto y tengo que pasar dos veces al día, pero siempre me viene a la cabeza y paso con mucho miramiento, sobre todo por la mañana, que es de noche.
Ya sé que es una pijada y que en la mili te decían que donde cayó un mortero puedes esconderte que no caerá otro, y que resulta absurdo comprar mil euros de lotería de navidad en el bar de debajo de casa porque este año tocó, pero la mente humana es la leche.

Bueno.
Bien por lo del giro, pero, ¡hombre!, no a costa de llevarte por delante un intermitente. Quiero decir que no había ninguna prisa, que es cuestión de tomarlo poco a poco.
Sobre el susto. El artículo muestra una referencia para el principiante hacia la que, con el tiempo y las experiencias, debe tender. Quiero decir que se trata de ir caminando hacia ello: Hacia superar el susto pasando página al instante y después, además, sacarle todo el partido posible como enseñanza cuando hemos parado.
Esta forma de actuar a la larga, forja una actitud de anticipación y, sobre todo, de superación. Se trata de curtir ese espíritu aguerrido.
Por ejemplo.
Perdóname que me use a mí mismo y mis experiencias, pero creo que es una forma de dar toda la credibilidad a lo que explico. Quiero decir que es aquello de que no me lo han contado, sino que lo he vivido.
Ayer mismo, sin ir más lejos. Teníamos que devolver a Kawasaki la moto que ha sido el pepino de referencia en 2011, la ZX-10. El día en Madrid, como creo que en todo el país, era de perros; pero vi en ese momento que podíamos hacer la prueba que no había hecho nadie (al menos que tengamos noticia) y le dije a mi compañero Sergio, oye, antes de llevarla a Kawa, me voy a dar una vuelta por las carreteras de la Vega del Tajuña y del Tajo (la Sierra me daba respeto por la presencia de hielo) y hago una prueba en condiciones de esta moto y su control de tracción.

Seleccioné el mapa de inyección más agresivo para esos 200CV y el control de tracción es su grado máximo de intervención (tiene 3). Cuando enfilé la primera de esas carreteras, me di cuenta de que me había equivocado porque ese asfalto, que ofrece un agarre aceptable en seco, era una auténtica baldosa chorreando bajo la lluvia. Pero esta moto es fantástica, tiene una geometría de una precisión prodigiosa y un aplomo que inspira mucha confianza, incluso en esas condiciones; además, el motor es pura suavidad, suavidad ascendente a lo bestia, pero suavidad. Así que empecé a encontrarme a gusto y a abrir gas a la salida de cada viraje, cada vez inclinando un poquito más (ya veremos que en mojado hay que ir poco a poco).

En un primer momento sentí un latigazo del tren trasero, pero era perfectamente explicable porque acababa de pasar con un neumático de 190 por encima de un reguero: aquaplaning. Volvió a ocurrir lo mismo y por la misma razón un par de veces más o no sé cuántas... ¡Imposible que el neumático derrapara, si llevaba puesto el control de tracción!, pensé.
Bien, pues al salir de una curva parabólica, con buen peralte y sin guardaraíl en el borde (dato importante), abrí gas paulatinamente y todavía inclinado, hasta que la rueda trasera soltó un trallazo de medio metro que, dicho sea de paso, esperaba por puro sentido natural. No pensé en el susto -tenía demasiado frío para imaginarme una caída- y unas curvas más adelante, volví a probar y, efectivamente, la ZX-10 derrapó.

A lo que íbamos: me olvidé del primer susto, lo borré de la cabeza, y luego tranquilamente, después de haber devuelto la Kawa y al calor de un acondicionador de aire, anoté cuidadosamente en mi libreta la experiencia.
A ese susto le sacaremos petroleo, porque podremos decir (así aparecerá en el artículo) que el control de tracción no es La Mano de Dios y que la electrónica de esta ZX-10 es, de momento, incapaz de controlar algunas situaciones límite.

Espero que este breve párrafo (en la red todo el mundo se queja de la extensión de los textos y es que en este país pienso que se lee muy poco) te ayude a entender lo que pretende el artículo y que el suceso del puercoespín te sirva como experiencia, por ejemplo, de cómo reacciona y también para tener presente que en ciertas zonas se te puede cruzar algún ejemplar de unas especie silvestre. En Madrid no tenemos esos problemas: se nos cruzan otros ejemplares bastante más salvajes. Pero ésa es otra historia, que da de sí como para estar un día entero charlando.

Mucha suerte.

[Madreña Veloz]

Querido Moriwoki, entiendo perfectamente el sentido de tu preciado artículo y qué mejor que ilustrarlo con tus propias experiencias.
Es loable el esfuerzo que haces para que ceporros como yo seamos capaces de sacar algo en limpio.
¡¡¡¡¡Ojalá recordara qué diablos hice el día del puercoespín para que la moto no se cayese!!!! quizá fue algo instintivo, como lo que nos explicabas del contramanillar.
Cuando empecé con la Madreña Veloz (en agosto) a los pocos días un enlatao casi me tira, un chico joven que dijo que no me había visto, bueno, reñí con él y lo puse a caldo, yo le decía que "no me viste, no. no miraste"
Y a los pocos días, yendo yo en la lata, casi tiro a un motero y me puse rojo de vergüenza al recordar el pollo que le monté a aquel pobre chico porque, realmente, yo no vi al motero, siempre respero muchísimo a moteros y bicicletros por ser más vulnerables.
Al lío: alguien entonces me dijo aquí, en el foro, que una regla de oro era saber que el enlatado nunca te ve y ANTICIPARTE a lo que harán los demás usuarios.
Aprendí aquella lección y siempre voy con catorce ojos, del mismo modo que con el puercoespín aprendí que, como las carreteras que frecuento son mayormente rurales porque me encantan, ese día fue un puercoespín, otro puede ser un jabalí...

[totemstgo]

Desde el primer dia que tengo la moto siempre he tenido respeto a lo del suelo mojado y por mi tierra eso está al orden del dia. En los comienzos siempre evité pillar la moto un dia que lloviese, más que nada porque buscaba conocer un poco las moto, era novatisimo, pero tenia claro que el dia de lluvia tenia que tocar y siempre me dije, que el dia lo escogiera yo y no al revés, a lo mejor es una tonteria, pero creia que si yo iba buscando el suelo mojado, esa sensacion sobre la moto buscada por mi tendria como contrapartida una puesta de conducción distinta, como que la concentración desde el primer momento iba estar en ese concepto y no en ufff, me ha pillado la lluvia, a ver que hago ahora, no se si me explico.

Siempre digo que hay que hacer ciertas cosas con respecto pero no con miedo, pero no cabe duda que el respeto en mi caso se mantiene muy presente con algún que otro sustillo y hace que no sienta que hago mejor las cosas de lo que realmente son, que no me confie, vamos, pero me cuesta despues de un sustillo el volver intentar una situación, ir la mismo ritmo o hacer tal cosa, y aunque lo quiera tener presente para en cierta forma superarlo inconscientemente me puede la inseguridad, tengo seguro que es un aprendizaje, pero a veces ... te dices joer que patoso eres por Dios y es dificil buscar en ti mismo una referencia para que eso no ocurra.

No desespero y supongo que con el tiempo, práctica, más analisis, entender mejor esto de andar en moto y con gente como tú que explica detenidamente y detalladamente las cosas, conseguir ese punto.