Tras las huellas de los exploradores españoles olvidados. Viaje en solitario de Nueva York a Finisterre yendo hacia el Oeste sobre una BMW GS 1200 del 2008.
La épica mueve las ruedas
A veces me preguntan por qué viajo en moto. El niño que fui contesta. “Porque me gustan los héroes”. No es que me considere un héroe, ni mucho menos. Por eso precisamente viajo en moto, para parecerme a uno de verdad, para vivir una épica real a pesar de mis miedos y limitaciones. El motorista solitario es el heredero del caballero andante con su yelmo, coraza y montura. Sobre una moto pasan cosas continuamente. A cada kilómetro surge un millón de piedras que sortear. Averías, accidentes, imprevistos, diluvios, nevadas, vendavales, policías, perros, cabras, camellos.
Viajar en moto es conquistar
Todavía es posible explorar. El transporte aéreo ha llenado el planeta de pasajeros, pero viajar en moto es conquistar. Expulsado de la presurizada cabina de una aeronave al calor de África o al abigarramiento cromático de India me sentiría extraño, ajeno; sin embargo, tragando polvo, viento y arena durante semanas me convierto en nómada. Cuando supero la última colina y desde detrás del manillar diviso Samarcanda o Ciudad del Cabo, no me siento un extranjero. Soy ya por derecho propio uno de sus más legítimos habitantes.
Un viaje abierto
He dejado atrás casa, trabajo y raíces. Comienzo un viaje alrededor de mundo sin ruta planeada, sin horarios, hitos o calendarios. Un viaje libre, abierto, imprevisible. No he dibujado una línea en un mapa. No tengo coordenadas que seguir. Mis únicas certezas son que el origen está el 15 de julio en Nueva York, genuina capital del nuevo mundo, y que mi destino es Finisterre, final del viejo mundo, allí donde los más voluntariosos queman sus gastados ropajes de peregrino.
Persiguiendo exploradores
Mi ruta la decidirá el clima, la política, los terremotos, los conflictos, las revoluciones, las averías, mi humor y mi instinto. Sé que perseguiré la senda de otros exploradores españoles del pasado, sé que serán mis nuevos compañeros y que de todos ellos aprenderé quien soy en realidad. Sé que me sorprenderé, que acertaré y que me equivocaré. Sé que me pondré enfermo, que sufriré caídas, accidentes y averías. Sé que me extorsionarán y que alguna vez haré trampas con las cartas y los papeles. Sé que en el suelo encontraré un millón de piedras y tres mil estrellas en el cielo
Un equipo
También sé que esta vez no estaré solo. Yo conduciré la moto, pero muchos amigos soñarán conmigo. Uno siempre necesita ayuda de los demás. Nadie es una isla y no hay nunca mérito individual. Un grupo alcanza siempre metas más ambiciosas que un luchador solitario. Por eso esta vez será diferente a mis otros viajes. Confiaré en los demás desde el inicio, me dejaré acompañar por un grupo de amigos y colaboradores que completarán mis limitaciones y me permitirán llegar donde de otro modo nunca llegaría.
Periodo estimado de viaje
15/18 meses
Piloto
Miquel Silvestre, escritor y viajero. Más información: http://www.miquelsilvestre.com
Millón de piedras Team
Marta Iron: acordes, voz, coros y música
Fernando Prieto: edición de vídeo.
Manuel “Alakano”: enseñanzas fotográficas y fotomontajes
Christina “Rickman”: logística y organización
David Serrano: tracks, GPS, way points, gestión de la web http://www.millondepiedras.com
Donde seguirlo
Revista Solo Moto actual. Un reportaje mensual
Revista Yorokobu (http://www.yorokobu.es) reportaje mensual
Canal Televisión por Internet Exploramoto. Un video quincenal
Revista digital http://www.soymotero.net blog semanal
El Viajero de Elpais.com una bitácora semanal
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