El día antes de mi salida hacia Cáceres, VESTRUM me envió un mp para apuntarse a la escapada. Nos pusimos de acuerdo y a las 7.00h quedamos en la gasolinera de La Carreta. Él venía desde Burriana, Castellón y yo salía desde Valencia. Pensat y fet (dicho y hecho). No nos conocíamos de nada.
El viaje de ida lo hicimos prácticamente todo por autovía porque teníamos muy poco tiempo para todo lo que queríamos ver. Llegamos a Plasencia a mediodía y nos fuimos a saludar a JURDANO, miembro del foro. Comimos en el Hotel Los Álamos, donde él trabaja y después de la "jartá" de comer, y con unos 35º, hala, a ver la ciudad. Aquí va alguna foto:
Para ir hasta Cáceres, cogimos la Ruta de la Plata. Una gozada. Buen asfalto, mucho agua...
Al llegar a la ciudad, se desató la locura. No sé cuántas vueltas dimos al casco antiguo para poder llegar al hotel. La gente que nos veía pasar, ya nos animaba y todo, aplaudiendo como si fuera el Tour de Francia.

Al final, escoltados por la policía local, llegamos al hotel. Le dimos un toque a Antonio, nos dimos una buena ducha, y a pasear. El punto de salida: la Plaza Mayor.
Aquí los componentes del grupito.
Después del paseo, en el que Antonio nos deleitó con mil y una historias sobre la ciudad, la historia y los monumentos, unas risas, unas cervecitas y algo de picar. Allí conocimos a ESPADABEL Y REBECA (Raquel para Antonio

Tocaba descansar, pues el día había sido duro y caluroso, además de que Antonio nos prometía una laaarga jornada de ruta.
El martes a las 8.00h, salíamos de Cáceres. Primera parada: tostas de jamón recién cortadito y una cerveza junto a la Benemérita, que nos miraba raro.

La primera parada en la ruta la hicimos en el puente romano de Alcántara. Nos hubiera gustado hacer muchas fotos "onboard", sobre la marcha, porque los paisajes lo merecían, pero no era cuestión de ir parando cada minuto, pero bueno...
El puente, impresionante. Al lado, la presa de Alcántara. Daba cosilla cruzar por una calzada del siglo II.
De ahí, decidimos ir primero a MONSANTO, pues había que subir al castillo y el día empezaba a ser caluroso. Llegamos a la frontera con Portugal, con su antiguo puesto fronterizo.
Y no podían faltar las fotos del cartelito
El río es la frontera natural que ha dividido a los dos países.
Tras unos kilómetros, allá arriba veíamos MONSANTO.
Una vez allí, aparcamos las motos, y como las cabras, que siempre tiran al monte.
Ni qué decir tiene que las cuestas eran... uff!!
Esta es la gruta natural en roca de granito con mayor número de habitantes del mundo. En ella viven 39.675.294 mosquitos que cuando entras, todos te quieren abrazar

Tanto el pueblo como el castillo, son muy recomendables para visitar.
Aquí podéis ver el tamaño de los "pedrolos"
De MONSANTO nos dirigimos a PENHA GARCIA y de ahí a las TERMAS DE MONFORTINHO. Queríamos comer allí, pero el menú no era lo suficientemente calórico para cubrir todo el desgaste que llevábamos

Allí un bañito, aunque yo quedé en estado catatónico-latente, pero sin dormirme.
Ya de camino de vuelta a Cáceres, Antonio tuvo otro "flash" y quiso darnos una sorpresa más. Y vaya que la dio!!
Nos presentamos en el museo particular de Victorino Martín, el ganadero. No me preguntéis cómo llegar, eso, a Antonio. La cuestión es que dio la casualidad de que estaba allí el hombre y su hijo y nos lo enseñaron en persona.
Tras la visita, nos quedaban dos paradas: la fábrica de tortas del Casar y la antigua Laboral de Cáceres, donde viví hace unos 40 años. Fue emotivo aunque no tuviera muchos recuerdos, pero lo fue sobre todo para mis padres cuando vieron las fotos desde Canadá. En fin, como pasa el tiempo...
A las 21.00h terminó nuestro paseo. Tras una ducha, quedamos de nuevo para cenar y tomar algo, pero el cansancio y la panza llena, hizo que la cosa se quedara solo en bebercio. A las 23.00h, un pis y a la cama.

Esta es la RUTAque nos hizo Antonio, por si os apetece disfrutarla.
El miércoles a las 7.00h, salíamos para Valencia y Castellón. Fuimos hasta Trujillo y siguiendo las indicaciones de Antonio, volvimos por nacional hasta Ciudad Real. Muy buenas carreteras y bonitos paisajes. Es un recorrido que merece la pena. Paramos a darnos un buen almuerzo en DAIMIEL, pero no estaba el cuerpo ya para más senderismo por Las Tablas y menos con el calor que hacía, así que seguimos ya del tirón para casa parándonos solo para repostar, beber y despedirnos hasta la próxima.
Y lo mejor, lo he dejado para el final.
Lo mejor de esta escapada ha sido, sin duda, la compañía.
"Las citas a ciegas" son un riesgo, pues puede que salga bien, o puede que sea un desastre. Pues en este caso, la experiencia con VESTRUM ha sido genial. Lo hemos pasado muy bien y ha sido muy agradable compartir todo esto con él. Lo dicho, Juan, que ha sido todo un placer compartir kilómetros y turismo contigo y que cuando quieras, repetimos.
Y para terminar, y con lo que coincidirá VESTRUM conmigo, es nuestro agradecimiento a Antonio y Ana. Han sido unos anfitriones insuperables, pendientes de nosotros en todo momento. Nos han recibido con los brazos abiertos y se han desvivido por tratarnos como reyes, de lujo, vamos. Ahora forman parte de la familia, porque se les coge cariño enseguida. No sé qué más deciros, simplemente que ha sido una suerte y un placer conoceros y que estaremos en contacto para otras ocasiones, sea donde sea que nos lleven nuestras motos.
mil gracias, chicos!!