Tenía enorme curiosidad por visitar el territorio asturiano, mas si cabe desde el año pasado, el cual visité los Picos de Europa pero por el lado cántabro (Puerto de San Glorio) así que me lancé a recorrer la ruta siguente:
http://maps.google.es/maps?f=d&source=s ... .22699&z=9
...que por cierto es la misma que ha propuesto el Sr. Gorktron para su vuelta a la carretera en Septiembre. ¡¡Animo Roberto!!
Datos de la ruta:
Fecha: Martes, 14 de Junio de 2011.
Total kms: 821
Hora de salida: 6:00 de la mañana.
Hora de llegada: 10:15 de la noche.
Comer: En plan “baratuki”, de bokata “made in home”
16 horas,15 minutos de moto, incluyendo paradas para descansar, comer y hacer fotos.
La crónica:
Cuando me desperté a eso de las 4:00, no llovía y aunque el cielo todavía estaba oscuro, no se presagiaba mal tiempo en absoluto. El pronóstico del día anterior anunciaba un tiempo aceptable por las zonas por las que iba a pasar, información muy importante para nosotros los moteros, como muy bien sabeis.
Tras desayunar, ducharme y preparar los bokatas, me vestí con lo el ya viene siendo habitual atuendo motorista: pantalones de cordura, botas y cazadora...sin olvidar la “braga” o bufanda cerrada...prenda sin la cual no salgo de casa.
Así vestido, a prueba de “galletones”, je, je, bajo al garaje y reviso un poco la máquina antes de salir: neumáticos, cadena...todo a punto. Cargo los bártulos y la comida en las maletas.
Ha llegado el momento mágico, el instante mas anhelado de todo el año: el sonido del motor en marcha antes de la gran ruta...”el sonido de la gloria”. El corazón me late con fuerza cuando pulso el botón del mando a distancia de la puerta del garaje. ….primera velocidad...”clack”...suelto embrague...”allá vamoooos”
En la calle ya ha amanecido, son las seis de la mañana del martes 14 de Junio. El aire huele maravillosamente bien. La temperatura es muy agradable, como corresponde al mes en curso.
Me incorporo a la N-1, la cual a esa hora estaba mas o menos tranquila por lo que al tráfico se refiere. A los pocos kilómetros tomo el desvío que enlaza con la retorcida y cara autopista AP-8 E-70 Bilbao-Behobia. Mi plan está claro, tomar la autopista hasta llegar al peaje de Amorebieta, y una vez allí continuar por ella hasta llegar a la salida 119, tomando la BI-636 hasta llegar a Balmaseda. A muchos-as, la autopista os parecerá mortalmente aburrida, y lo es, pero es la única manera de ganar tiempo, mas si cabe para hacer el kilometraje que tenía pensado y en un sólo día. Mi modus-operandi es llegar a los sitios deseados de la forma mas rápida posible y una vez allí recorrer la ruta que he estado planeando días atrás. Así fue, con la experiencia acumulada de rutas anteriores ya no tenía dudas sobre que camino o carretera seguir.
Tras llegar a Balmaseda, la autovía se acaba y es sustituida por una carretera convencional de doble sentido, pero en excelente estado. El tramo Balmaseda-Espinosa de los Monteros se adentra en el precioso Valle de Mena, dejando a la izquierda los Montes de Ordunte. Tras subir el pequeño puerto de El Cabrio (740 m) llegamos a Bercedo, pueblo desde el cual tomamos el desvío de la N-629 y a los pocos cientos de metros una rotondita que enlaza con la BU-526.
Llego a Espinosa. Son las ocho de la mañana mas o menos y sobre esa hora están comenzando a instalar los puestos del mercado que se abre todos los días en dicha localidad burgalesa...(foto de Google Earth)
Una buena noticia para todos los ruteros que transiten entre Espinosa y Soncillo por la ya citada BU-526: han terminado las obras de acondicionado y asfaltado de dicho tramo, ahora lo han dejado impecable y “delicioso” para circular por él. Yo disfruté como pocas veces lo he hecho; imaginaros la situación: carretera desierta, asfalto nuevo y neumático trasero nuevo...la moto iba como la seda persa, me sentía como si flotara en el aire, dejándome llevar por la suave sinuosidad de la maravillosa carretera por la que rodaba. Fue tanta la emoción que sentí, que olvidé hacer fotos en este tramo. Así es como estaba la carretera antes de las obras (foto prestada de Google Earth):
Al llegar a Soncillo, me incorporo a la N-232, la cual se une a la N-623 pocos kilómetros después de Cabañas de Virtus. Unos kilometrillos mas adelante vemos el cartel indicador del desvío hacia Corconte y Reinosa (CA-171). Al mi izquierda puedo ver el inmenso Embalse del Ebro, que mas bien parece un mar en medio de la llanura. Pocos kilómetros después cruzo por delante del precioso y señorial Balneario de Corconte...(foto prestada de Google Earth):
Tras pasar Corconte, llega la hora de hacer una paradita para estirar las piernas y tomar el almuerzo:
El viaje continúa. Tras atravesar el pantano del Ebro, llego a Reinosa, tomando la autovía Cantabria-Meseta A-67. A los pocos kilómetros paro en el área de servicio “La Vega” para repostar, aunque no era del todo necesario. El cuentakilómetros marcaba unos 213 km. Foto de Google Earth.
Alguno de vosotros os preguntareis el por qué de no haber cogido la carretera N-611, alternativa a la autovía....la respuesta es EL TIEMPO, un sólo día no da para mas y quedan muchas horas de viaje por delante.
32 Kilómetros de autovía después, tomo la salida 103 hacia Aguilar de Campoo, el famoso pueblo de las galletas. Justo delante de mi, puede verse la enorme fábrica de Gullón, (foto de Google imágenes):
Atravieso el pueblo de Aguilar, con algo de pena por no poder parar a visitar unas horas esa localidad. En una de las calles me encuentro con otra fábrica galletera: Siro, otra de las marcas que acompañaron mi niñez. Ahora tomo la CL-626, una tranquila y bella carretera, la cual me llevará hasta Cervera de Pisuerga. A pocos kilómetros de Aguilar hay un desvío hacia la izquierda que conduce hasta el pie de la presa del embalse de Aguilar; desde este punto puede verse la imponente mole del muro de contención, (foto de Google Earth):
Tras “saborear” las delicias de una carretera casi desierta y con magníficos paisajes de fondo, llego por fin a Cervera. Al poco de entrar en el pueblo ya aparecen las señales indicadoras de “Ruta de los pantanos” y “Parador”, las cuales sigo:
Tras atravesar un pequeño tramo del pueblo, comienzo a subir una ligera pendiente hasta dejar atrás la localidad. Estoy ahora en la P-210 o “ruta de los pantanos”, la cual me conducirá hasta Velilla del Rio Carrión por un recorrido de lo mas bello y emocionante para los que amamos la moto. Haciendo honor a su nombre, la ruta atraviesa tres embalses: Ruesga, Camporredondo y Compuerto, el primero de los cuales queda frente a mis ojos:
La carretera es vieja, parcheada y retorcida, pero con un fondo de excepcional belleza paisajística, todo un placer para los sentidos. Conviene recorrerla a ritmo relajado, pues suele haber animales como vacas o caballos ocupando la carretera, indiferentes a cualquier transito de vehiculos. De cuando en cuando me cruzo con algún aldeano del lugar, paseando tranquilamente por la solitaria calzada.
El siguiente pueblo en esta ruta es Ventanilla. A pocos kilometros de allí comienza el ascenso al Alto de la Varga, en cuyo recorrido hay un pequeño Parking:
Continuando la ruta, llegamos al Alto de la Varga (1413 m), donde encontramos un espectacular mirador, ahora prácticamente desierto:
Alba de los Cardaños es el siguiente pueblo en esta sensacional y bella ruta por la montaña Palentina. Montado en la moto, me parece estar viviendo un sueño maravilloso, en el que me siento deslizar por encima del rugoso asfalto sin presencia de la máquina. A mi nariz llegan aromas florales de los campos aledaños, mezclados con el olor a heno y mies. Pocos cientos de metros despues, hay una señal indicadora del mirador de Cardaños; dejo ahí la moto y continúo a pie hasta el mirador, pues es algo digno de verse:
Parking del mirador:
Camino al mirador (a unos 200 m. del parking)
Mirador, embalse de Camporredondo y Alba de los Cardaños:
Me pongo en marcha de nuevo, la carretera bordea todo el embalse de Camporredondo hasta la presa, situada justo antes del pueblo a que debe su nombre: Camporredondo de Alba. El pantano de Compuerto comienza justo ahí. Ahora atravesamos olmeras y bosques de pinos en un recorrido sin igual, hasta llegar al muro de contención de este último embalse, donde me detengo a hacer unas cuantas fotos:
Carretera al pie de la presa. Al fondo central térmica de Velilla:
Pie de la presa vista desde lo alto del muro de contención:
Central térmica de Velilla, ampliada con zoom:
Otras imágenes del lugar:
Y así, tras atravesar la localidad de Velilla del rio Carrión, tomamos la P-215 la cual nos llevará hasta el mismo Riaño, punto clave de nuestro periplo por esta excepcional ruta. A poco de dejar Velilla, comienza un suave ascenso hasta llegar al Alto de las Portillas (1275 m). Es una carretera sumamente tranquila en la que se puede dar gas a la máquina para disfrutar un poco de la conducción deportiva, pues cuando nos adentremos en los Picos de Europa, ya no se podrá hacer con facilidad. Continuando por esta carretera, atravesamos los pueblos de Besande, Siero de la Reina y Boca de Huérgano; es en esta última localidad donde tomamos el desvio a la izquierda por la N-621 en dirección a Riaño, próximo pueblo en esta gran ruta.
Riaño. Nunca me cansaré de ver imágenes de esta región y de admirar su singular y excepcional belleza.
Foto ruta Septiembre de 2010:
Fotos ruta actual, una vez pasado el pueblo:
Si echamos la vista atrás en el tiempo, la imagen era todavía mas bella. Aquí tenemos Riaño como era antes del cierre de la presa en diciembre de 1987 (foto sacada de San Google):
Esta vez paro un poco mas adelante de lo que lo hice el año pasado, habiendo tomado ya el desvío hacia la N-625 en dirección a Cangas de Onís. He visto una pendiente que baja a orillas del pantano, pero me abstengo de bajar por ahí con la moto, ya que llevo montados neumáticos de asfalto y el terreno parece demasiado empinado y pedregoso para volver a subir. Mejor me quedo donde estoy, junto a la carretera, pero separado por un guardarrail. Saco los bokatas de la bolsa y me los como, mientras reviso de nuevo el mapa.
Mientras estoy parado allí, junto a una pequeña fuente, pasa un nutrido grupo de ciclistas franceses del cual no consigo entender ni una sola palabra entre tanto “..regarde, allez-allez, si vous voulez...voilas, tres bien-tres bien" y demás jerga gala...se paran a rellenar sus bidones de agua y ni siquiera saludan,...al parecer soy invisible, je, je...
Terminado el almuerzo y habiendo recogido todos los restos, pulso de nuevo el botón de arranque. El motor de la motocicleta cobra vida nuevamente, latiendo otra vez a 1260 rpm en ralenti. La aventura continúa.
Dejamos atrás el singular y hermoso Riaño para adentrarnos en un terreno desconocido ahora para mí, pues el año pasado tomé rumbo al puerto de San Glorio, justo en dirección contraria de lo que lo estoy haciendo en este momento. A mi derecha queda un “ala” del pantano, hasta llegar a Vegacerneja, donde finaliza.
Comienza el ascenso al Puerto del Pontón. Desde la vertiente leonesa es una suave pendiente, no así desde el lado astur, con sus profundas gargantas, valles y precipicios. Recorro ahora un suave valle con el fabuloso escenario de los Picos de Europa al fondo. La temperatura del aire desciende considerablemente, calculo que de unos 23-25 grados que hacía en Riaño habremos pasado a unos 15-17 de ahora. Al coronar el puerto del Pontón (1280 m) me encuentro de nuevo con los ciclistas franceses parados en la cima, los cuales me ven pasar como las vacas al tren, je, je.
Sin lugar a dudas, lo mejor de la ruta comienza ahora, descendiendo por una carretera algo bacheada y estrecha pero llena de sorpresas como esta:
Es conveniente tomar precauciones en este lugar, pues cuando menos te lo esperas, te cruzas con "fragoneta" de reparto o alguna autocaravana, dándote un susto de muerte. Este riesgo es menor si circulamos en días laborables, como es lógico.
Y así, entre interminables curvas, rodeados de una frondosa vegetación, llegamos a Oseja de Sajambre, hermosa localidad de la impresionante Reserva Nacional de Riaño.
Lo que viene a continuación es, amigos y amigas, uno de los rincones de la geografía ibérica mas espectaculares que han contemplado mis ojos: el Desfiladero de los Beyos:
¿Como expresar con palabras lo que sentía entonces? ¡Que placer mas intenso el rodar por aquí con la moto! ...sintiendo el suave balanceo curva a curva, la furia del motor durante las aceleraciones,...en ese momento no pensaba en nada mas, las preocupaciones, los sinsabores y la dureza de la vida cotidiana quedaban atrás, como si no hubieran existido nunca, como si el pasado y el futuro desaparecieran para dejar paso al presente. No pude contener una sonrisa y un grito de júbilo. ¡¡Yihaaaaaa!!...creo que estaba viviendo uno de los mejores momentos de mi vida.
Sólo echo en falta el no haber tenido mas tiempo para pararme a admirar y fotografiar muchos mas sitios de esta sensacional ruta.
S. Ignacio, Ceneya, Vega de Cien, Santillán, Corigos, Huera de Dego...son los pueblos por los que transita esta ruta, siempre teniendo al río Sella a nuestra vera....
...y así, pueblo a pueblo, curva a curva, emoción tras emoción, llegamos a Cangas de Onís, otro de los hitos en mi recorrido por estas montañas de la cordillera cantábrica. La verdad es que lo que ví me decepcionó un poco...calles atestadas de coches, marea humana por doquier, muchas construcciones modernas y de dudoso gusto....en fín, que parecía que no hubiera salido de casa, vamos. Que nadie se ofenda, pero mi impresión fue que ese lugar está sobreexplotado, tal como le ha ocurrido a la Costa Brava, a El Algarve (Portugal) y a Santiago de Compostela...es el precio del “progreso”.
En un principio iba a tomar inmediatamente la carretera AS-114 a la altura de Soto de Cangas, pero al ver la señal de “Covadonga 7 km”, decidí hacer una visita al emblemático santuario. Aunque no soy religioso, tenía ganas de visitar aquel lugar por haber visto centenares de imágenes por la red. La carretera hacia el santuario (AS-262) está repleta de sitios de venta de “souvenirs” y de lugares para comer, así como de aparcamientos para coches y autobuses; no es de extrañar, tratándose de un lugar de peregrinación como ese; en mi Euskadi natal, existe algo similar llamado “Santuario de Arantzazu”, aunque todo hay que decirlo, no tan bello como Covadonga.
Basílica de Santa María la Real de Covadonga:
La V parece fuera de lugar entre tanta lata con ruedas:
Gran Hotel Pelayo (****):
Vista de los jardines que rodean a la Basílica y el parking principal:
La cueva de Santa María. A la izquierda la hermita, construida sobre la roca:
Carretera de acceso al santuario. Puede apreciarse el excepcional verdor y exhuberante vegetación circundante:
Jardines contiguos a la basílica. Al fondo, la Casa Capitular y la estatua de Don Pelayo, uno de los reyes asturianos que están enterrados en la Santa Cueva:
Covadonga, un lugar precioso situado en una zona privilegiada. No dejeis de visitarlo si vais por allí.
Me gustaría haberme quedado mas tiempo para subir a ver los lagos que estaban carretera arriba, así como el Mirador de la Reina, peeeero el tiempo se me echaba encima; eran las 17:30 y tenía que volver a casa. Así que arranqué de nuevo el motor y volví a tomar la AS-114 unos kilómetros mas abajo.
Si la carretera hasta Cangas había sido retorcida como pocas, esta no lo era tanto. Suaves y fáciles curvas se sucedían bajo las ruedas. Un individuo en un Mercedes se empeñó en no dejarme pasar durante unos cuantos kilómetros, hasta que al final lo perdí de vista en un cruce.
Los pueblos iban pasando uno tras otro: Mesta de Con, Villar, Benia, Avín... sin grandes paisajes que destacar, como las maravillas que había dejado a mi espalda. Todo cambió cuando llegué a Ortiguero, ahí se encuentra un mirador desde el cual se divisa esto:
...se trataba del descenso hacia la los valles de la comarca de Cabrales y Peñamellera Alta. Un recorrido similar al de los Beyos lleno de espectaculares gargantas, desniveles y curvas, todo ello aderezado con un asfalto en perfecto estado de revista. Para recordar.
La moto se portó como una verdadera fiera durante todo el recorrido. En ningún momento noté que le “flaquearan las fuerzas”. Se lo traga todo: kilómetros, baches, curvas. ¡Que maravilla!.
Tras repostar y descansar en Panes, ahora tocaba seguir la N-621 hasta Unquera (Cantabria). Una vez allí, cogí la autovía del cantábrico (A-8) hasta Torrelavega. ¡¡craso error!!, gané mucho tiempo pero estaba mas aburrido que un hongo. Al llegar a esta última localidad, acorté la ruta tomando la N-634 hasta Solares...¡¡otro grave error!!...puesto que a esas horas circulaban centenares de camiones y el tráfico era intensísimo. Esta claro que las autopistas y autovías, así como las carreteras saturadas no estan echas para los motoristas, pero a veces no hay mas remedio que cogerlas, como en mi caso. Tampoco disponía de un GPS que me ayudara con las rutas alternativas, solo me guiaba por mi mapa y mi pobre intuición.
Al llegar a Solares terminó la pesadilla de los camiones, volviendo de nuevo a la autovía transcantábrica, pero no por mucho tiempo...me dolían las piernas y el trasero de una forma ya insoportable y entonces decidí tomar la salida 159 hacia Islares y Cerdigo. Por esa zona paré a descansar y a zamparme el último de los bokatas que me preparé a la mañana.
Estaba algo animadillo y me decidí a entrar en Castro-Urdiales para callejear un poquito. ¡Dios mio!, ¡casi salgo escaldado!
....aquello parecía la “pequeña Benidorm” del gentío que abarrotaba las aceras y los pasos de peatones...¡y eso sin contar que la temporada veraniega aún no había comenzado y era un martes! ¿como sería esto en plena temporada estival?. Reflexionaba en ello mientras esperaba resignado y cabreado a que el “pavo enlatado” que iba delante mío se pusiera en marcha con el semaforo en verde. ¡¡Grrr!! 
Es curioso observar como hay zonas de este bendito país que están prácticamente desiertas, mientras que otras asemejan a hormigueros inmensos. La verdad es que es mejor dejar las cosas como están y no tocar las zonas protegidas...¿os imaginais que pesadilla sería Riaño, los Picos de Europa y la montaña palentina repletas de urbanizaciones, tiendas y edificios de quince pisos?. Afortunadamente, todavía existen esas zonas de paz y sosiego para los que las sabemos apreciar.
El resto de la ruta transcurrió sin incidentes, tan sólo un pequeño despiste llegando a Bilbao, que me llevaba derechito a Derio, el cual pude rectificar y tomar la ruta correcta hacia Donosti. Desde Amorebieta hasta Azpeitia cogí la carretera “normal” para quitarme un poco el aburrimiento producido por la larga transcantábrica. Una vez en Azpeitia, cogí la GI-2635 hasta llegar a Mandubia...aquí saqué las últimas fotos del día:
Llegué a casa sobre las 10:15 de la noche, algo cansado por el atracón de kms pero feliz y con la mente despejada de problemas y preocupaciones. Desde entonces estoy contando los días para la siguiente gran ruta, pero eso será en Julio.
Vss
PD: Os dejo el enlace a PicasaWeb, por si quereis ver las fotos algo más ampliadas y con comentarios:
https://picasaweb.google.com/1171268965 ... directlink
Alvaro ole tus webs 
por las fotos del google!!!!
...aunque la mayoría son fotos mías. De todas formas me gustaría haber parado más tiempo del que lo hice, para fotografiar lo mas destacado de la ruta, hay centenares de paisajes que merecen la pena.
