Continuamos con la minicrónica...
En el anterior capítulo, nos quedamos en los desfiladeros de acceso al paso del Río Serpis. Ya lloviznaba con cierta intensidad, pero éramos insensibles a la lluvia

, tan solo teníamos ojos para los magníficos paisajes que la naturaleza nos ofrecía:
La única R que se atrevió con la aventura, aguantaba, no sin ciertas "tensiones":
Y nuestro amigo Anaconda junto al Río Serpis, como buen ofidio, se encontraba como en casa

:
Llegábamos al paso del Río. En un entorno bellísimo:
Y allí estábamos por fin:
Fuimos pasando el río, uno a uno, no sin un pequeño susto, que quedó en una anécdota protagonizada poe la aventurero Seigen y su montura,
Tras la aventura relatada fuimos llegando al final de la pista rural. Algunos no sentían los brazos. Al Vstromero tuvimos que darle ánimos para que pudiera soportar la "tensión" acumulada. Un jabato, pasando con la R por el caminito aventurero del Serpis.
Y pudo levantar los brazos en señal de victoria...
La aventura terminaba con varias llamadas de teléfono del tipo cariñotequieromuchoyobiencariñoperollegotardecariñoyaplanchoyoestatardemiamor para lidiar con la familia y solicitar el perdón porque sabíamos que llegaríamos tarde. Daba igual, había merecido la pena

.
El primero en marchar fue Gatho. Gracias Gatho.
El resto seguimos por el final de la pista, y dijimos adiós al Río Serpis, con besos y muestras de júbilo, por parte de muchos que echaban de menos el negro asfalto (no diré nombres

). Una jornada estupenda, con la sensación de haber vivido una pequeña aventura.
Muchas gracias a todos y que sepáis que os habéis ganado los garbanzos...
