Pues quería también comentar un par de detalles que contribuyeron a que el sábado viviera una jornada tan intensa como viví:
- Por un lado, por primera vez en mi vida he sentido cómo mi estribera rozaba sobre el asfalto, es algo que siempre he tenido ganillas pero que nunca me había atrevido a intentar siquiera. Pues bien, el sábado, sin buscarlo, me encontré limando un poco el avisador izquierdo en las curvas (dos veces). Vale que llevaba artillera y la moto baja un poca más así, vale también que mi estribera izquierda (la que rozó)es de las que sirven de candado de disco y es un poco más larga pero para mi fue algo grande el sentir como rozaba en la curva. Para mi, la sensación fue una mezcla entre alegría y orgullo
por haber sido capaz de llegar hasta ahí y un poco de yuyu
, y es que yo soy de esos a los que les da miedo de inclinar la moto en las curvas. Supongo que es como todo, poco a poco vas aprendiendo a manejarte y un buen día te salen las cosas. Pero espero no llegar a aprender lo suficiente nunca como para llegar a los límites de la moto, o mejor dicho, espero no llegar a pensar que he aprendido lo suficiente, porque es cuando creo que me confiaría y esa no es una buena idea en la moto.
- Por otro lado, cuando nos quedamos tan sólo 5 motos al final del día, acometimos el tramo que va de Lora del Río hacia la Puebla, allí donde me comí un guardaraíl hace aproximadamente un año. Estaba convencido de que quería "enfrentarme " a aquella curva (que -por otro lado- no tenía nada de especial), pero no sabía cual sería mi reacción ante ella. Ahora ya sí lo sé; conforme me iba acercando a ella, se me iba acelerando el pulso en proporción inversa a mi ritmo de conducción; es decir, que cuanto más me acercaba más se me aceleraba el corazón a pesar de ir cada vez conduciendo más despacio. No me atrevía a ir -ni muchísimo menos- al ritmo que había mantenido durante el resto de la jornada en las carreteras que recorrimos. Cuando -finalmente- me encontré frente a frente con "mi curva" me puse bastante nervioso y noté como me temblaba todo el cuerpo, en especial las manos, sentía una sensación de inseguridad al manillar, como si fuera la primera vez que me ponía al mando de una moto que no me gustó nada. Después de esa primera reacción, este estado de nervios fue volviendo muy lentamente a la normalidad, afortunadamente, poco después de la curva nos paramos a tomar un refresco y cuando volví a subirme en la moto ya lo hice en perfectas condiciones para continuar disfrutando de lo que me quedaba de día. No sé si la mía fue una reacción normal o no.
borja escribió:Impresionante salida,
puedo decir que es el dia que mas he disfrutado y mejor me he sentido encima de la moto, encima en buena compañia
Mis fotos
AQUI incluido video del niño litri en columpio
Para mi fue también el día que más he disfrutado encima de la moto, aún se me pone cara de lelo recordando aquellas curvas.
Bueno, pues esto es lo que sentí el sábado y quería compartirlo con vosotros, perdón por el ladrillo que he escrito. Un abrazo.
Vsssssss.