
Delante del hotel ya se alineaban las motos, esperando para la ruta. El cielo encapotado amenazaba con aguar la fiesta, pero eso no arredraba a nadie. Estábamos ansiosos por ver el recorrido que nos habían preparado. Seguro que no nos iban a defraudar.

El mítico Cabestrom pasa a manos de los organizadores. No se ha perdido ninguno de los encuentros del club, y ya está emplazado para la comida que se prepara en la zona centro para diciembre.

La caravana se pone en marcha sobre las once, en dirección a San Vicente de la Barquera, Pesués, Puentenansa, y aquí comienza lo bueno, ascensión al collado de Ozalba. Carretera con abundancia de curvas, y buenos paisajes, no se puede pedir más.

Casi sin respiro, coronamos el collado de Hoz. No hay demasiado tiempo para hacer fotos, lo justo para ilustrar esta crónica un poco.

Jesús Bautista y su Honda Deauville. Gran trabajo de la organización en todos los cruces y glorietas para facilitar el paso de las motos, y vigilando que no se perdiera nadie. Gracias por velar por nuestra seguridad.

Otro paisaje de los muchos buenos que hemos podido disfrutar. A todo esto, el tiempo aguantaba.

Un desvío nos conduce al mirador de Santa Catalina. En lo alto se agolpan las motos.

Un poco de trote monte arriba, nos vino bien para desentumecer músculos.

Y lo que vimos nos maravilló. El Desfiladero de La Hermida, y al fondo, Potes. La carretera discurre por el fondo del valle, luchando con el río por encontrar un hueco para su trazado.

Por otro lado el paisaje es menos agreste, praderías dedicadas principalmente a pastos.

Un rato disfrutando de las vistas, y emprendemos el descenso. La carretera es estrecha y con gravilla suelta, hay que ir con cuidado, porque irse al suelo puede ser fácil.

Reagrupamiento de efectivos, y vuelta a la carretera general. Nos espera un descenso divertido hacia La Hermida.

La serpiente Strom avanza, disfrutando al máximo cada curva, carretera con buen firme y anchura suficiente. Una delicia.

Bellísimo paisaje. Todo un acierto la ruta elegida. Un 10 para la organización.

Esperando en el puente de La Hermida. Giro a la derecha y dirección a Panes, ya en territorio asturiano.

Paco, saludando a la afición. Ejerció de moto-escoba con gran eficacia, evitando que ninguna oveja se perdiera del rebaño.

De Panes a Unquera, y allí una paradita. En este mismo sitio celebramos el pasado 23 de enero la 1ª Kedada astur-cántabra. Aquél día éramos seis motos, realmente la cosa ha prosperado, ¿no?.

Cabestrom acomodado en la moto de Paco. El que a buen árbol se arrima...........

Breve parada en Unquera, y zumbando a la carretera, que hay que ir a Santillana del Mar. En su cámping nos espera la comida. La ruta nos ha abierto el apetito, y el trayecto lo hacemos a toda pastilla.

Pasando revista a las tropas. Las máquinas descansan mientras nosotros vamos a cumplir con el deber de la comida. Bueno, tanto como deber, no, porque creo que todos lo hicimos muy gustosos.

Bueno, y nosotros, a lo positivo, a papear. Paella, carne guisada, postre, café y orujo de la tierra.

Al salir de comer, el cielo amenazaba agua a no mucho tardar, así que en vez de visitar Santillana, salimos zumbando a Comillas, no nos apetecía mucho mojarnos. Vista de Comillas desde la gasolinera. La mar ya se estaba poniendo con aspecto fiero.

El menda en la playa de Comillas. Ya había empezado a llover, así que decidimos guarecernos en un bar y seguir con el tema orujos.

Menos mal que el hotel tenía garaje cubierto, porque dejar las motos en la calle no nos hacía mucha gracia. Pobrecitas, con lo bien que se portan con nosotros no sería justo dejarlas dormir a la intemperie.

Vista desde la habitación del hotel. El campo de golf, y al fondo, el embravecido Cantábrico.

Después, ducha, cambiarnos de ropa y a cenar. Entremeses variados, merluza en salsa con mejillones, y profiteroles de postre. Ah, y cava catalán para brindar.

Idoia y Luis, en la mesa. Gracias a ellos, a Paco, y a los que les ayudaron, hemos disfrutado a tope.

Los organizadores se esforzaron en encontrar regalos para que a todos nos tocase algo en el sorteo. Muchas gracias por el detalle. Además fue muy divertido.

Las chicas que asistieron al encuentro. De todas ellas, solo Silvia acudió pilotando su propia moto. Bravo por ella, ver si cunde el ejemplo.

Y ahora, los chicos. Gente estupenda todos, y ellas también, por supuesto. Conocer gente tan maja es lo mejor de todo. La foto se la he cogido prestada a Yasimoto.

Como el bar del hotel cerró apresuradamente, viendo que les íbamos a dar trabajo hasta el amanecer, y la noche no estaba para andar con la moto, nos retiramos a dormir. Por la mañana, tampoco tenía buena pinta el día, pero eso no impedía a estos animosos golfistas disfrutar de su deporte favorito.

Poco a poco, la gente se iba marchando, unos a sus casas, y otros afortunados a disfrutar de sus vacaciones. Aquí les vemos, dispuestos a emprender la marcha, rumbo a Cangas de Onís. ¿Os reconocéis?

Hacia las once, la representación asturiana emprende el retorno. En Unquera nos volvemos a encontrar con el comando "catalano-andaluz" que iba a Cangas de Onís, y juntos nos dirigimos a Llanes, por la carretera de Andrín. Paramos en el mirador de La Boriza. Buenas vistas, a pesar del mal tiempo. Al fondo, Llanes.

Parte del grupo, en el mirador.

Parada en el puerto de Llanes, aunque no pudimos acercarnos a los Cubos de la Memoria de Ibarrola.

Por esto no pudimos ver los Cubos. El malecón estaba cerrado para evitar que el oleaje se llevara a alguien.

En Llanes, nos despedimos, hay que ir a comer a casa, que la familia espera. Dos días de lujo, compartidos con gente también de lujo. Ahora a ver quién se anima a organizar la sexta. A ver si nos vemos pronto.