MARRUECOS AVENTURA 2024 - CRONICA BY PABLOSKI

[pabloski]

¡Ale! aquí tenéis un aperitivo, la crónica se está "cocinando".
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[stormbringer]

¡Ale! aquí tenéis un aperitivo, la crónica se está "cocinando".
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Bravoooooooooo, muchísimas gracias Pablo, está genial !!.

[pabloski]

Marruecos en otoño
Que los viajes a Marruecos en moto crean adición es una realidad, como muestra este segundo viaje que hacemos este año al país alauita, aprovechando el corazón del otoño para descubrir otros contrastes en este fantástico territorio.

Tras la Semana Santa de este 2024, lluviosa y ventosa como pocas, nos habíamos quedado con ganas de disfrutar más del desierto, de las montañas del Atlas (debido a una nevada intensa no pudimos visitarlas) y de la bulliciosa vida de las calles de las ciudades marroquíes: en marzo coincidimos con el Ramadán, momento religioso en el que las sociedades musulmanas reducen al mínimo su actividad.

El grupo delante de la Gran Duna de Erg Chebbi

Aunque nos hemos encontrado con una climatología adversa para Marruecos, hemos podido ir sorteando las borrascas y cumplir con todos los objetivos de este viaje.

Como es habitual para nosotros, el viaje comenzaba y terminaba en la puerta de nuestra casa desde donde, con las motos cargadas, emprendimos la marcha hacia el sur.

1ª Etapa: Madrid-Villanueva del Rey, 397 km
Tras unos días con bastante inestabilidad, el cielo de Madrid amaneció brillante y despejado.

Sin complicarnos demasiado la vida, utilizamos la autovía para llegar hasta Toledo, desde donde continuamos por carreteras locales para atravesar los Montes de Toledo y Cabañeros.

Ya en la provincia de Ciudad Real cruzamos el Campo de Calatrava y entramos en Andalucía por Córdoba, recorriendo la comarca natural de los Pedroches y desembocando en el corazón de Sierra Morena, donde habíamos reservado un alojamiento rural en la localidad de Villanueva del Rey.

Atravesando Cabañeros

La jornada terminó con una visita a este pintoresco pueblo.

Durante toda la jornada la meteorología fue favorable, pero las previsiones no eran demasiado halagüeñas.

2ª Etapa: Villanueva del Rey-Algeciras-Tánger, 381 km
Aunque amaneció un día totalmente despejado, ante la información que habíamos recopilado el día anterior, decidimos atravesar la cordillera penibética por su parte más oriental. Cruzamos Sierra Morena al completo, disfrutando de las espectaculares carreterillas del Parque Natural Sierra de Hornachuelos y desembocando en Écija, donde nos metimos en la autovía durante unos pocos minutos hasta desembocar en Osuna, población que marcaba la frontera con la serranía de Ronda.

Las previsiones se cumplieron y comienzó a llover al atravesar la Sierra de las Nieves, circunvalando la localidad de Ronda con sus calles empapadas.

Llegada al Puerto de Algeciras

Al descender hacia la costa la lluvia perdió intensidad y, antes de entrar en las calles de San Roque, empezamos a ver los primeros rayos de sol.

Aprovechamos uno de los polígonos comerciales de Algeciras para echar gasolina barata y llenar las neveras de comida.

Llegamos a la zona de embarque del puerto de Algeciras y, en pocos minutos, nos reunimos con el resto de los integrantes del viaje: la mayoría conocidos y otros nuevos compañeros que mostraron un gran entusiasmo por esta fraternal actividad.


Listos para embarcar
Todo salió a pedir de boca y, de manera bastante ordenada, embarcamos a la hora prevista. El estado del mar era bueno y, al llegar a Tánger Med pasamos la aduana de manera fluida: cambiamos moneda y, con las últimas luces del día, emprendimos una ruta de 50 kilómetros, disfrutando de la puesta de sol en la costa, hasta el hotel que teníamos reservado.

Llegada al hotel Tanger Med

La ruta por Marruecos acababa de comenzar.

3ª Etapa: Tánger-Taounate, 310 km
Amaneció el cielo enmarañado, pero no llovía ni hacía viento. Los primeros kilómetros los hicimos por una vía rápida con mucho tráfico, que nos llevó hasta la circunvalación de Tetuán. A nuestra derecha ya podíamos ver las esbeltas cumbres de la cordillera del Rif y delante de nosotros enseguida apareció la costa.

Desde los acantilados de la costa

La ruta discurría entre playas y acantilados e hicimos un descanso para visitar el fuerte de Targa. La ruta continuaba en dirección a las montañas del Rif que, tras un tramo de ingeniosas y divertidas curvas nos metió de lleno en la región de Ketama.

Llegaba la hora de comer y nos detuvimos en la ciudad de Issaguen (antes Ketama), al tiempo que aprovechábamos para echar gasolina y afrontar la última parte de la jornada que, de manera inesperada, nos sorprendió con muchos tramos de carretera en obras y una sorpresiva lluvia que nos acompañó hasta la localidad de Taounate, donde nos recibió una banda de música a la entrada del hotel que teníamos reservado.

Castillo de Targa

Tras una típica cena marroquí disfrutamos de una pequeña fiesta al más puro estilo “chuntachunta”. En el momento de retirarnos a las habitaciones para descansar percibimos cómo se desataba una fuerte tormenta: al menos fue por la noche.

Recibimiento con orquesta


4ª Etapa: Taounate-Ifri, 426 km
Llovió toda la noche y las carreteras estaban mojadas, pero el cielo amaneció despejado.
Emprendimos la ruta por la populosa N8, padeciendo su congestionado tráfico y un sinfín de kilómetros de carretera de tierra, en plena fase de reparación.

Las obras desaparecieron y avanzábamos a buen ritmo, llegando antes del medio día a la circunvalación de Fez. El siguiente objetivo era Midelt, que conseguimos rodear para evitar el tráfico denso que suele tener esta ciudad. Al meternos en las carreteras que nos acercaban al desierto percibíamos como el viento comenzaba a soplar con bastante intensidad, levantando nubes de arena del desierto.

Después de Midelt empezamos a entrar en el desierto

Recorrimos al completo el Valle del Ziz, con las rectas interminables que lo precedían, y el viento seguía estando presente.

Después de conducir 426 kilómetros llegábamos a nuestro alojamiento, al mismo tiempo que comenzó a llover: ¡otra salvada!

Valle del Ziz

En la cena coincidimos con un grupo de moteros británicos y otros polacos: ese ambiente sólo se vive en Marruecos.

5ª Etapa: Ifri-Merzouga, 170 km
Tras una noche muy lluviosa decidimos salir temprano, en una ventana de lo que parecía buen tiempo, pero, al dejar atrás el Palmeral del Ziz, empezó a diluviar, hasta el punto de tenernos que refugiar en una gasolinera esperando a que pasara el nubarrón que teníamos sobre nuestras cabezas.

Debido al mal tiempo decidimos acortar la ruta y cambiamos los planes para subir al Atlas hasta el itinerario de vuelta, por lo que paramos para visitar Erfoud, tomar té, hacer unas compras y, llegada la hora, comer.

En el hotel Jurasic


El cielo pareció mejorar el aspecto amenazador que tenía por la mañana: en Marruecos los cambios de condiciones pueden ser muy rápidos y, a primera hora de la tarde, salíamos hacia el desierto.

Llegábamos a Merzouga con sol, aunque vimos todo muy mojado, y no sólo de lo que había llovido en las últimas horas: hablando con Alí, nuestro anfitrión, nos informó de que llevaban varias semanas con lluvias intensas. Consultamos la meteo y nos alegramos de que las previsiones para los próximos días mejorasen bastante.

Ya estamos en Merzouga
La jornada terminó visitando la ciudad y el oasis de Merzouga y cenando en el hotel de Alí, ya un amigo de los viajeros de este Foro.

Comprando especias en Merzouga


6ª Etapa: Merzouga-Desierto de Erg Chebbi
Las motos se quedaron a buen resguardo en el hotel de Alí y comenzábamos la jornada subidos a varios coches 4x4 que nos llevarían a recorrer las dunas y el desierto, hasta casi la frontera con Argelia.

Disfrutando de las dunas

Atravesamos un poblado nómada, las minas de extracción de khol, los yacimientos de fósiles y terminamos la visita del desierto sorprendiéndonos con las lagunas que se habían formado entre el mar de dunas. A la salida del desierto visitamos el nuevo poblado Khamlia para disfrutar de la música gnawa: un clásico de los viajes a Merzouga.

Poblado nómada junto a la frontera de Argelia


Desierto inundado

Regresamos a casa de Alí para comer y tras el café (más bien el té verde) llegaron los buggies que algunos habían alquilado para dar una vuelta por las dunas.

Al finalizar la tarde vinieron a buscarnos otra vez los 4x4 para llevarnos a ver la puesta de sol en las dunas y acercarnos hasta el campamento de jaimas.

Nuestro campamento de jaimas

Después de cenar asistimos a la fiesta musical en la hoguera, disfrutando de un cielo bastante despejado: algo que en el desierto alcanza su máximo exponente.

Fuego de campamento con música marroquí


7ª Etapa: Campamento de jaimas del desierto-Agoudal, 285 km
Empezó el día en el desierto de Erg Chebbi y, después de desayunar, vinieron a buscarnos los 4x4 para devolvernos a la base donde teníamos guardadas las motos.

Nos despedimos de Alí… y del desierto

Empezaba ya el regreso hasta Tánger, en varias etapas. Volvimos a pasar por Erfoud, donde visitamos los pozos de Jorf y, desde ahí, nos dirigimos a Tinerhir.

En esta población empezaba la ruta natural para ascender hasta el Alto Atlas atravesando las gargantas del Todra. Cuando estábamos terminando de hacer las fotos en este enclave tan espectacular comenzó a llover, aunque de manera bastante discreta.

Gargantas del Todra

Enfundados en el traje de agua ascendimos hasta el collado de Ait Hani, a 2000 metros de altura, donde parecía que dejaba de llover.

Collado de Ait Hani, en el corazón del Atlas

Seguíamos ganando altura, metiéndonos de lleno en las pequeñas aldeas del Atlas. Volvía a llover, la carretera estaba medio levantada, el temporal de las pasadas semanas había provocado el derrumbe de la tierra de las laderas y se formó un barrillo bastante peligroso, hasta el punto de que todos dimos algún resbalón al atravesar las intrincadas callejuelas que surcaban estas pequeñas localidades.


Aunque la creencia generalizada es que el puerto más alto de Marruecos es el Tizi n'Tichka (2.260 metros), por delante teníamos la ascensión al Tizi Tigherrhouzyne, de 2.645 metros de altitud. Por fortuna dejó de llover y pudimos disfrutar del final de la tarde entre montañas.

La llegada al albergue de Agoudal marcó el final de la etapa.

Nuestro albergue en Agoudal


8ª Etapa: Agoudal-Ouzoud, 277 km
Habíamos dormido a 2.350 metros de altitud y, tras desayunar, nos pusimos en marcha con un ambiente soleado, aunque el termómetro no subía de los 10 grados.

Amanece en Agoudal


La carretera seguía llena de obras y derrumbes. El desbordamiento de la mayoría de las torrenteras desembocaba en la vía por donde circulábamos.

Llegamos a Imilchil y aprovechamos para comprar algo de comida (tocaba hacer picnic a medio día) y llenar las motos de gasolina, ya que en el Atlas apenas hay gasolineras.

Se puede encontrar gasolina en casas privadas

Seguíamos atravesando el Alto Atlas, ya llevábamos 120 kilómetros a más de 2000 metros de altura y el termómetro seguía obstinándose en mostrar sus valores más bajos, aunque el cielo estaba totalmente despejado.

Dejamos atrás el Atlas metiéndonos de lleno en las grandes llanuras de Beni Melal, donde el tráfico era más intenso, pero pronto regresaríamos a las montañas para llegar hasta la localidad de Ouzoud, donde teníamos reservado el alojamiento y aprovecharíamos para visitar las cascadas homónimas.

El Alto Atlas

Al dejar atrás Beni Melal nuestro pelotón se detuvo, ya que una de las motos había pinchado: fue una reparación sencilla, ya que la avería la había provocado un tornillo de pequeñas dimensiones y con el uso de un “gusanito” todo quedó solucionado en pocos minutos.

Arreglando un pinchazo

Cuando empezábamos a subir otra vez a las montañas nos detuvimos junto a la carretera, en un lugar bastante pintoresco, para organizar nuestro picnic: en media hora volvíamos a estar en marcha, ya que la idea era llegar pronto al hotel para disponer de toda la tarde libre para visitar las cascadas.

Cascadas de Ouzoud

Todos nuestros objetivos se cumplieron y nos fuimos a la cama con el agradable recuerdo en nuestras retinas de los saltos de agua que habíamos visitado.

Ouzoud por la noche


9ª Etapa: Ouzoud-Arzú, 319 km
Volvía a amanecer un día totalmente despejado y, aunque hacía fresco, por primera vez durante este viaje las previsiones para las próximas jornadas eran de muy buen tiempo.

Abandonamos Ouzoud por las entretenidas carreteras de curvas por las que vinimos el día anterior y descendimos hasta el valle de Beni Melal, desde el que nos dirigimos al Desierto Rojo de Hamrine Rouached, que atravesamos por unas muy pintorescas carreterillas.

Puente de Teveney

Hicimos una obligada parada para contemplar el histórico puente de Teveney antes de dirigirnos a Arzou, donde terminó la etapa.

El alojamiento del día consistía en unas casas rurales, apartadas un par de kilómetros de Arzou, donde algunos aprovechamos para darle un repaso a las motos, otros se fueron a visitar la ciudad, y los más aventureros ascendieron hasta el bosque de cedros (Parque Natural) cercano a esta localidad.

Nuestro aparcamiento en las casas rurales de Arzú

10ª Etapa: Arzú-Tánger-Algeciras, 398 km
Y llegó la última etapa. Teníamos que estar con hora para el embarque en el puerto de Tánger Med, por lo que habíamos programado el desayuno a las 8:00.

Dejamos atrás nuestras casas rurales con el cielo enmarañado, pero las previsiones eran de mucha estabilidad, aunque tan temprano hacía todavía fresco.

Amanece en Arzú

En pocos minutos nos encontrábamos circunvalando la concurrida Meknes, continuando por carreteras nacionales con bastante tráfico, hasta que en Souk el Arbaa giramos radicalmente hacia el norte y conseguimos circular casi en solitario. Los continuos temporales que han azotado Marruecos desde el pasado verano han afectado a muchas carreteras del país, por lo que tuvimos que atravesar bastantes tramos con obras de reparación de la vía.

Siguiendo fielmente las indicaciones del Google Maps que llevaba conectado Arturo, nuestro “road líder”, nos metimos de lleno en la ciudad de Alcazarquivir (Ksar el-Kebir) encontrándonos con la sorpresa de que en la calle principal había montado un inmenso mercadillo. No era momento de dar la vuelta a las 10 motos, en medio del tumulto, por lo que agachamos la cabeza, pronunciamos mil veces “shukran” (gracias) y avanzamos al ralentí hasta conseguir salir de aquella emboscada. Ahora lo recordamos como una anécdota, pero…

Nos metemos dentro del mercado de Alcazarquivir

Llevábamos buena media de velocidad, habíamos avanzado ya muchos kilómetros y, para evitar el denso tráfico que hay en el noroeste de Marruecos, continuamos por las carreterillas que cruzan las montañas más occidentales del Rif. Durante unos 80 kilómetros disfrutamos de un itinerario de montaña con total ausencia de tráfico (que no de baches) y llegamos al puerto de Tánger Med una hora antes del embarque.


Listos para embarcar en Tánger Med

La aduana estaba bastante congestionada de vehículos, pero, entre la condescendencia de muchos de los gendarmes que nos daban paso y la experiencia en saltarnos las colas de coches y camiones en las fronteras, en menos de media hora estábamos las 10 motos dispuestas para embarcar en el muelle de carga.

De poco sirvió nuestro alarde estratégico, porque el barco salió con 90 minutos de retraso, algo bastante habitual en este trayecto.

Llegamos al hotel sobre las 22:00 horas, ya no había servicio de restaurante, pero el kebab al que solemos ir en Algeciras estaba abierto y, aunque en teoría cerraba en el momento en el que entrábamos, el dueño se puso bastante contento porque, posiblemente, le habíamos arreglado el día.

Los recuerdos del desierto quedaron atrás

11ª Etapa: Algeciras-Cabeza del Buey, 450 km
Como cada uno del grupo tenía un itinerario diferente, ya nos habíamos despedido la noche anterior. Al bajar a desayunar a la cafetería de la estación de autobuses nos encontramos con Susana, Fabiola, Óscar y Arturo, con los que compartimos los últimos momentos de este viaje en grupo.

Cargamos las motos y decidimos salir de Algeciras por la autovía de Sevilla, que abandonaríamos para continuar por Alcalá de los Gazules. Pero antes de meternos en las montañas de las sierras béticas paramos en una gasolinera para lavar las motos. Pocas veces hemos gastado tantas monedas en una máquina de lavado para quitar las costras de barro que almacenaban nuestras motos. Tras dejarlo todo limpio y perfectamente lubricado continuamos el viaje.

Ya les hacía falta…

Por delante nos esperaban muchos kilómetros de curvas y paisajes espectaculares atravesando la Sierra de los Alcornocales (Parque Natural), la Sierra Norte de Sevilla y Sierra Morena.

Hicimos una parada para comer huevos con patatas fritas en Lora del Río y salimos de Sierra Morena para meternos de lleno en Extremadura, disfrutando de la puesta de sol al tiempo que atravesábamos la comarca de la Serena.

Nuestra comida en Lora del Río


En la localidad de Cabeza del Buey encontramos un hostal de nuestro gusto y decidimos terminar aquí la jornada.

12ª Etapa: Cabeza del Buey-Madrid, 335 km
Antes de abandonar Cabeza del Buey paramos en una tiendecita de productos de la región para comprar algunas especialidades de la zona.

Los primeros kilómetros discurrían junto al embalse de la Serena, desde donde nos dirigimos a la cercana provincia de Ciudad Real, atravesando el Parque de los Volcanes de Calatrava. Una última parada para llenar las motos de gasolina nos llevó hasta los Montes de Toledo, atravesando unos paisajes únicos en nuestra geografía.

Una vez que circunvalamos los Yébenes y Yepes, decidimos salir a la autovía de Andalucía, por la que recorrimos los últimos 50 kilómetros de este viaje.

Una experiencia recomendable
Aunque Marruecos ya no es el país pintoresco de antaño y avanza, de manera inexorable, hacia una sociedad moderna, todavía esconde infinidad de rincones y atavismos que merece la pena descubrir.

Sus carreteras de la red principal ya disponen de infraestructuras actualizadas, no es necesario viajar con un bidón suplementario de gasolina ya que el país está plagado de nuevas estaciones de servicio y cada vez en más lugares existen cajeros automáticos, pudiendo pagar con tarjetas de crédito en muchos establecimientos.


Pero todavía existen lugares, como el Alto Atlas o las poblaciones metidas en los confines del desierto donde el tiempo parece haberse detenido hace muchos años y es donde podemos imaginar el Marruecos de hace tan solo un par de décadas.

Aunque es un país bastante seguro para poder viajar en solitario, el hacerlo en grupo aporta más ventajas que perjuicios, por lo que los recorridos que hacemos siempre con este Foro nos permiten disfrutar mucho más del viaje, sin tener que preocuparnos de la logística.

Y no voy a terminar, como ya es habitual, alabando a los integrantes del grupo de 13 personas que compartimos esta increíble experiencia: el que quiera comprobarlo por sí mismo, que se apunte a una de estas actividades y que acredite de primera mano lo que es viajar con unos auténticos compañeros moteros.

[jucarmari]

Esta noche leeré la crónica, ahora toca siesta.

[vespitrom]

Muchas gracias Pablo !!
Preciosa crónica !!

[Chichu]

Qué pasada, muchas gracias Pablo...

[Ultimo Mohicano]

Espectacular Pablo, poco mas se puede añadir a esta magnifica crónica/resumen de un viaje espectacular que guardaremos en la zona de recuerdos inolvidables de nuestro cerebro y, sobre todo, en nuestro corazón

Muchas gracias por tu trabajo y dedicación a la hora de elaborar la crónica y muchas gracias por tu ayuda constante en ruta para que los problemas mecánicos y no mecánicos se convirtieran en anécdota, es un placer viajar contigo y con Raquel.

También muchas gracias a Arturo y "Sunasa" por hacer posible que estos viajes se sigan realizando. Y por su preocupación durante todo el viaje para elegir la mejor opción en todo momento

Y no me olvido del resto, Julio, Rafa, Jaime, Romeu, Marta, toni, Carol y, por supuesto, gracias a mi compañera de viaje, Fabiola (CheesBurguer)

Por poner un pero a este viaje, todavía no entiendo como pueden sobrevivir en Marruecos sin tomar CERVEZA aunque no olvidaré el paso por Ketama y su maravilloso perfume durante kilometros

Esta aventura termina para que pueda empezar otra, descontando días

[gaditanum]

Muchas gracias por compartir la crónica Pablo.... estoy por ponerle tacos a la RT porque ya hace tiempo que no bajo a Marruecos y cada vez que os veo por allí me entra ganas de bajar.....

[pabloski]

Muchas gracias por vuestros comentarios, ya sabéis que para este Foro somos muchos los que hacemos cualquier tipo de esfuerzo: es la única forma de darle continuidad frente a la invasión de las redes sociales.

Si alguien necesita los tracks de cada una de la etapas, os los podéis bajar desde mi web. La crónica es muy similar a la de este Foro, pero están añadidos los enlaces de descarga después de cada etapa:

ACCEDER A LA DESCARGA DE LOS TRACKS

[RichiV]

Muy bueno Pablo.
Gracias por compartir.

[stormbringer]

Gracias por la crónica Pablo y gracias también por el tiempo y la dedicación que sigues empleando en el foro !!.

[endosruedas]

Que pasada de crónica y de viaje.
Gracias por compartir Pabloski.

[jucarmari]

Gran crónica Pablo!!!! Da gusto leerte. Enhorabuena a todos las viajeras y viajeros!!!! A los que como yo no habéis ido, deciros que comparto vuestra envidia profundamente. Tontos que somos!!!

[motón]

Estupenda crónica Pablo. Gracias por hacernos "vivir" este viaje a los que no os pudimos acompañar esta vez.

[Correcaminos]

Muy mal Pablo...¡¡¡Has hecho que me reconcoma de envidia!!!!
Gracias por tu magnifica crónica que, a los que ya hemos viajado con ese grupo y a esos lugares, nos hace recordar la experiencia. Como bien dices..."el que quiera comprobarlo por si mismo...."

[Storm]

Excepcional documento. Muchas gracias, Pablo!

[Magnificstrom]

Que gran crónica y que gran viaje !!!!!!.

Gracias Pabloski,

[tonixin]

Agradecimientos a Pablo y Arturo,uno por organizar y el otro por contarlo.Yo que tengo la suerte de viajar bastante esta vez he agradecido el ponerme detras y dejarme llevar sin presiones,sin preocuparme de encontrar hotel de sufrir por si no hay gasolineras en fin he disfrutado de esta magnifica experiencia y sin olvidar la calidad humana de los integrantes,una gran experiencia con unas personas en mayusculas,repetiremos.