Aunque la idea inicial era ir a conocer Sacedoncillo, que es un pueblo en ruinas cerca de Tamajón, en principio de fácil acceso y llegar por caminos hasta la ermita de Peñamira, Un poco de barro y unas ruedas muy poco traileras nos echó para atrás. Para desquitarnos, acabamos yendo a probar las archiconocidas patatas bravas de Sabory en Hiendelaencina.
Para el que no lo conozca, Hiendelaencina es un pueblo minero de guadalajara, en el que hay un museo minero y restos de antiguas minas de platas y un bar bastante conocido por sus bravas llamado Sabory. No es extraño ver la plaza mayor llena de motos y algún coche llamativo