Día 7. Ouarzazate - Tufrin - N8 - Oulad Yaich / Beni Mellal
Una vez más, el sol, nuestro mejor aliado, nos riega progresivamente con sus rayos de luz, esa luz africana, un tanto especial.
Un buen desayuno, como es habitual, nos aporta lo necesario para afrontar un día intenso.
La primera cita del día, a primera hoy, es para visitar los estudios Atlas, también llamado el Hollywood de Africa, colindantes al hotel Oscar, donde hemos pernoctado. Estudios donde se encuentran escenarios para la grabación de películas tan famosas como Astérix y Obélix: misión Cleopatra, Juego de Tronos, Vikingos, La joya del Nilo, Babel, Gladiator, Black Hawk derribado, El Reino de los Cielos, La momia, Alejandro Magno y tantas otras…
Ante la llegada de un grupo de turistas orientales que hacen peligrar que entremos en la primera tanda de visitas, colocamos al Indio a modo de filtro de acceso e intimidación, lo cual surte el efecto deseado, allí no pasa ni Blas!!!!
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Tras esta visita, nuestro próximo objetivo es Ait Ben Adú, una imponente fortaleza o ksar, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987, y donde también se han filmado numerosos exteriores de muchas películas de renombre, algunas coincidentes con las anteriormente mencionadas.
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Proseguimos ruta, nos espera el Tichka, el más alto puerto de montaña transitable de Africa.
La temperatura empieza a bajar. Las curvas de ascenso al puerto nos empiezan a atenazar los músculos. Muchos vamos con ropa de verano y la sensación de frío empieza a resultar inquietante.
Conseguimos coronar el Tichka, 8º de temperatura nos reciben a esta altitud. Bajo corriendo de la moto para poner una capa en mi chaqueta. Además el Indio y yo, tenemos una necesidad imperiosa de encontrar un aseo o similar. Le llevo a una tienda que recordaba de un viaje anterior que disponía de un lugar apropiado para ello; en ese ínterin, hay que atender a varios vendedores ambulantes que nos ofrecen souvenirs diversos, las premuras para ciertas necesidades hacen la situación arduo complicada, conseguimos nuestro objetivo no con pocas dificultades y volvemos a nuestras motos. Un vendedor se pone realmente pesado, y es Arturo el que con un bufido en árabe, al más puro estilo de oficial de la Legión Extranjera, le hace desistir de sus más que cansinas intenciones de venta, y salimos progresivamente puerto abajo.
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La bajada del puerto es una auténtica oda a la ruta motera por excelencia, como bien saben los muchos miembros de este selecto club, que se han lanzado por aquellas tierras y el firme ha mejorado notablemente.
Si bien hay zonas de 3 carriles que van variando 1/2 a 2/1 carriles de subida o bajada según tramos, y de los impedimentos aleatorios de autobuses, camiones, furgonetas y todo tipo de vehículos, el discurso de la bajada se realiza sin novedad, con un pelotón disperso, pero fluido.
Las temperaturas se tornan en muy agradables y otra sensación de bienestar vuelve a nuestros cuerpos.
La carretera, vuelve al estatus normal al uso local, y junto a tramos en mal estado, encontramos otros tramos con arena, gravilla, tierra arcillosa, más o menos compactada y todo tipo de materiales que vamos sorteando, con cada vez más alegría. Aquello se convierte en una fiesta trail, no se disminuye el ritmo sea cual fuere el tipo de firme, el polvo no importa, se suceden los adelantamientos a autobuses camiones y todo tipo de vehículos a un ritmo digno de la ultima carga de la caballería ligera, sable en mano hacia el destino, en nuestro caso, para comer. Culo atrás..y gas!!!
Las cajas de cambio de nuestras motos están trabajando a fondo, los que llevamos calzado mixto en nuestras motos lo agradecemos enormemente, en mi caso los TKC 70, cumplieron sobradamente con su misión, las marchas, en concreto la 3ª bramaba hacia la crecida de revoluciones en tramos de adelantamiento para no alterar el frenético ritmo, una sinfonía de sonidos de motor perfectamente orquestados, marca la estela de nuestro grupo.
Nadie queda atrás. Largas curvas en sentido izquierda o derecha en contínuos adelantamientos, notan el paso de nuestras motos y reflejan la satisfacción en nuestros rostros de uno de los recorridos más divertidos, a la par que técnicos que recuerdo. Una auténtica gozada.
Paramos para comer, repostar y descansar.
Continuamos destino Benimellal, donde nos espera una grata sorpresa, Paco Baba y Olga nos esperan en la entrada del hotel, siempre es un placer saludar a esta entrañable pareja, abrazos, cachetes cariñosos y risas en el encuentro. Por cierto, el segundo cachete que me dió Baba, me dió un giro a la cabeza de 360º cual la niña del Exorcista. Cojona!!
Otro muy buen hotel nos recibe como visitantes. Poco tardamos en aparecer en la terraza de la piscina y relajarnos tomando una cerveza o 2!!!.
Cena, copas, charla y a descansar, nos queda la última etapa.
Cada mochuelo a su olivo y hasta el día siguiente.