Vaya por delante que hay que considerar, con mucha racionalidad, si estamos convencidos de que el compromiso entre comodidad y seguridad corresponde a nuestro grado de experiencia con la moto y a nuestro tipo de conducción: sobre todo los riesgos que muchos están dispuestos a asumir si deciden prescindir de unas botas llenas de protecciones, unos guantes más propios de un gladiador que de un motorista y... ¿un paracaidas por si fuera necesario?

El caso es que yo hago rutas de muchos miles de kilómetros en verano (cuando casi todos tenemos vacaciones, claro está) y, desde hace un par de años, se me ocurrió dejar las botas de moto-turing y utilizar unas de tipo cazador/militar, dotadas con rejilla hiperventilada y con las protecciones mínimas que, en caso de que tengamos esa fea caída que ninguno deseamos, nos garantice un grado mínimo de seguridad.
Hice el experimento gastándome 45 euros en Aliexpress, donde compré estas botas (ellos aseguran que son las genuinas Blackhawk de ejercito americano, con suela Vibram) y, después de recorrer la Costa Dálmata, Bosnia, Hungría y Eslovenia, además de cruzar dos veces los Alpes, puedo asegurar que no voy a prescindir de estas botas en ningún otro viaje veraniego. En aquella ocasión conducíamos todos los días con más de 40 grados y un sol abrasador, salvo en las etapas de los Alpes donde, en la bajada de algunos puertos, se me quedaron fríos los pies (nada que no se hubiera arreglado con unos buenos calcetines).
Esta es mi experiencia y espero que a alguno os pueda servir para algo.
PD: otro día os hablaré de los guantes, porque en las ferreterías hay modelos para el manejo de máquinas herramientas de corte, por menos de 10 euros, que están muy bien ventilados.