El martes por la tarde me la dieron. Los mecánicos que me la estaban montando salieron media hora más tarde de su horario. Qué buena gente hay en este concesionario! No me cansaré de repetirlo. A los del taller no los conocía, ahora sí y digo lo mismo que del de ventas (que además es el dueño), unos cracks.
Ya le he hecho 290kms. Casi todo por curvillas... una delicia. Que cambio de la poderosa teutona a la dócil geisha! Y eso que la BMW es una motaza. Seguro que me acordaré siempre de ella. Aunque sólo sea por haber hecho que me entrara el vicio moteril hasta las entrañas.
Fuera rollo... Ya sé que todo esto os viene al pairo. Paso a poner las fotos...
Y, oh!... SORPRESA...
A Percebeira Negra, NO ES NEGRA!!!
Montando los puños calefactables Daytona

Casi acabada... Uy, qué nevioooozzz!!!

Y, este con la cara de haber llegado al Nirvana soy yo...

Y, por último, delante de la puerta del bar donde almuerzo después de hacer una subidita de 26kms. de curvas guapas, guapas. Repuestas las fuerzas se sigue la ruta.

Pues resulta que yo la quería gris mate o negra, en este orden. En Barcelona no habían de ningún color y el conce empezó a buscarla por media España, y, al final la encontró en Pontevedra (de ahí el nombre de A Percbeira, jejeje). Y me dijo que era negra.No problem! también me gusta.
De regreso de vacaciones le llamo para decirle que estoy en España. Me dice que bienvenido, que al día siguiente le llega la moto y que tiene una sorpresa preparada.
No se puede aguantar tantas cosas buenas y todas de golpe!
Me acompaña mi hijo con su moto a recoger la V. En un semáforo le digo que me tienen preparada una sorpresa. El me dice que ya la sabe. Mientras estaba en el extranjero el conce hablaba con él para tenerle al corriente de todo.
Al entrar en el conce, le veo el culo con el top en el taller. Entro con mi hijo para ver la moto... y al verla gris se me caen al suelo. Esta no es la mía! Dónde está la mía?
El mecánico: Qué sí, qué esta es la tuya!!!
Esa era la sorpresa que me habían preparado. Hasta mi mujer lo sabía. Y, como siempre, el último en enterarse...
Además, le habían puesto las tulipas de los intermitentes blancas...
Ahora comprenderéis la cara de gilipo**as que tengo en la foto.