

La primera sensación fue de estupefacción por lo inesperado y rápido que pasó todo: un visto y no visto. Y lo segundo, de lo cual fui consciente al momento, es de lo muchísimo que pesa esta moto: cuando se te va, no hay forma humana de detenerla, ya está en el suelo. Pero nada, no hay mal que por bien no venga, pensé cuando la vi en el suelo: así pongo el práctica los métodos que vi en el foro de levantarla: que si de frente, que si de espaldas, pero no pude y no por falta de pericia, sino porque el dolor de espalda que tenía en ese momento me impedía hacer nada de fuerza. Menos mal que pasó un buen samaritano por la acera y al verme haciendo círculos alrededor de la moto, tiró el cigarro que iba fumando y entre los dos (él más que yo, lógicamente), conseguimos ponerla de pie. Eso sí, no pudo evitar soltar un "¡jod*r!" cuando hizo el primer intento de alzarla y vio lo que pèsaba.
Antes de comprar la moto, leí mucho este foro y una de las cosas que más reticencia me daba era lo de las caídas en parado que parece ser que a (casi) todo el mundo le ha pasado. Las primeras semanas me veía tan confiado que pensaba "pues no es para tanto, se mueve bien en parado, a lo mejor a los que se les cae es que son un poco torpes" y eso que yo no llego ni con media suela al suelo. Pues toma, por listo, de la manera más tonta se me fue a caer. Ahora ya sé por qué decíais que esta moto tiene tendencia a echarse un ratito cuando le apetece. Espero que sea la última.