
La nueva V-Strom 1000 ABS es una muy buena moto que no defraudará en absoluto ni a los incondicionales de Suzuki ni a quienes busquen una maxitrail manejable y polivalente. Esta es la sensación que me ha quedado tras probarla a conciencia, dentro de mis limitaciones y bajo mi punto de vista como usuario.

La nueva maxitrail de Suzuki es una moto refinada, nada tosca, muy manejable y sobre todo divertida, muy divertida si se tiene en cuenta que se trata de una máquina de 1.037cc con 101 CV y 227 Kg de peso.
Voy a intentar no compararla demasiado con ninguna otra moto de su segmento porque de eso ya se encargarán otros que sepan más que yo. Creo sinceramente que este nuevo modelo merece ser alabado o criticado por lo que es sin tener que recurrir a comparaciones que, por mucho que se quiera, la mayoría de veces estarán fuera de lugar.

Su estética podrá gustar más o menos, pero es innegable que sigue la tendencia del mercado actual de maxitrails. El “pico de pato” delantero es un elemento muy popular que a finales de los 80 ya desarrollo la marca nipona para su entonces DR 750 BIG. Como otros componentes de la moto, en foto da una sensación extraña que desaparece de inmediato cuando se ve en directo.
El doble faro vertical se acopla perfectamente al “pico de pato” formando con la pantalla un conjunto compacto y de estética muy correcta.

Los acabados de la moto son buenos, agradables a la vista y con detalles muy cuidados que le dan un muy buen aspecto general. Quizás el manillar, con sus 22 mm de diámetro, en un principio pueda parecer un poco fino contrastando con su envergadura de casi 900 mm y con el volumen de la moto, pero este aspecto no repercute en absoluto en la conducción.
Observando la nueva V-Strom 1000 de cerca se ve que es una moto grande, aunque rápidamente se aprecia esbelta y menos voluminosa que la mayoría de sus homónimas. En parado se levanta de la pata de cabra sin ningún esfuerzo y lo más importante, sin temor a que se nos caiga hacia el lado contrario. Subir a la moto pasando la pierna por encima y sentarse sobre su asiento no resulta nada difícil incluso con la pata de cabra quitada. La parrilla trasera no es muy ancha y las asas del pasajero siguen las líneas del asiento en su parte posterior con lo que no suponen un obstáculo ni al subir ni al bajar de la moto.

Una vez sobre el asiento la moto se siente estrecha entre las piernas. Se nota que han trabajado mucho en este aspecto porque tanto la parte delantera del asiento, como la zona trasera del depósito o el diseño del chasis en esa zona, permiten mover las piernas con total libertad y hacen que sea muy fácil poner los pies en el suelo. En parado se puede manejar con facilidad, tanto hacia adelante como “remando” hacia atrás, pudiéndose mover la dirección sin demasiado esfuerzo.
En primera instancia y tras girar la llave de contacto, hace el chequeo inicial mostrando todos los símbolos y testigos luminosos en el nuevo cuadro de mandos y queda en disposición para proceder a la puesta en marcha. El nuevo cuadro incorpora ordenador de a bordo y bajo el conjunto hay una toma de corriente tipo mechero. También tiene algún detalle más en lo que respecta a acabados, iluminación del cuadro, etc…

Al pulsar el botón el motor arranca con prontitud, suena muy redondo y un detalle importante, sin estridencias incluso en frío. La maneta del embrague se presiona sin demasiada fuerza y la primera relación de cambio se engrana sin sobresaltos. El motor de esta máquina, que ya era muy dulce en su diseño inicial, ahora muchísimo más silencioso y suave.
Al ponerme en marcha es cuando noté lo que decía al principio… es una moto sumamente manejable y agradecida. Tanto que por liviana casi se me va al suelo (acostumbrado a mi mastodóntica R1200GS) y consiguiendo recuperarla con un leve tirón de brazos y sin apenas esfuerzo.

Primera, segunda, tercera, cuarta, embrague muy suave en todas las marchas y un perfecto funcionamiento del cambio. La verdad es que Suzuki trabaja muy bien esta parte tan importante de los propulsores y el funcionamiento de sus cajas de cambios es siempre ejemplar.
La unidad que probé tenía apenas 30 Km con lo que el ritmo inicial fue tranquilo a pesar que a los diez minutos notaba que ya le había cogido “el tranquillo” a la moto y para nada me sentía extraño sobre ella. Probé algo de aceleración y algo de frenos para saber que tenía entre manos y a partir de ahí me dispuse a disfrutar de la nueva V-Strom 1000 ABS.
En ciudad el comportamiento de la moto es genial, se pude circular sin ningún problema por su manejabilidad, ligereza y respuesta en arrancadas y paradas. Además tiene algo excepcional en una moto “grande”… su comportamiento a bajas revoluciones, ni un solo tirón en segunda marcha a 1.500 rpm ,en tercera a 2.000 rpm, etc… suave como un guante a poca velocidad, pero con una respuesta increíble cuando se da gas ya que una de las mejores características de esta moto son sus bajos. Muy buena frenada si se viene lanzado y muy buena frenada también en condiciones de imprevisto. Sobre alguna pintura mojada (estaban limpiando las calles) entró el ABS sin mayor problema, más silencioso de lo habitual y perfectamente efectivo. En estas zonas de suelo mojado el control de tracción actuó alguna vez, sobre todo en salidas dando bastante gas. Lo llevaba en la posición 2 de las tres opciones que tiene (1, 2 o sin control de tracción). A partir de ahí lo cambié a la posición 1 que es, en teoría, bastante menos intrusiva que la 2.
Atrás quedó la ciudad y enfilé, por autovía, hacia zonas con carreteras de distintos tipos.

Pasada media hora escasa parecía que había estado a los mandos de esa moto desde hacía meses ya que el “feeling” con la moto era total, no tenía ninguna sensación extraña y la comodidad era absoluta.
El comportamiento en autovía es más que notable, a media y alta velocidad, ya que la moto parece ir sobre raíles haciendo gala de una estabilidad increíble… y eso que en algunos tramos hacía bastante viento. En las rectas probé marchas desde abajo (pocas revoluciones) y quedé sorprendido de la rapidez y energía con la que recupera el motor. Sin duda un 10 en ese aspecto. Por el contrario cuando cortas gas noté menos retención de la esperada, acentuado probablemente porque en mi conducción diaria suelo frenar poco utilizando más el freno motor.
La pantalla la llevaba en posición intermedia tanto en altura como en inclinación. No protege totalmente del aire ya que su tamaño no se presta a ello; pero el efecto de las turbulencias no es, en absoluto, algo insoportable.

La respuesta del motor es muy directa al puño del acelerador y desde 2.000 rpm el bicilíndrico acelera en marchas largas con mucho ímpetu. Se nota su potencia ya que en cualquier marcha, aún por encima de 4000 rpm, sigue empujando al dar gas. Una delicia para adelantar o salir de situaciones apuradas en las que se requiera una buena dosis de potencia y/o velocidad.
Con la temperatura en su nivel óptimo (tres rayas en el indicador) y circulando en “alta” se obtiene una respuesta muy plana y ya sin tirones espectaculares como ocurre a menor régimen. Para circular con alegría basta actuar sobre la palanca de cambio y aprovechar la “pegada” a medio régimen y aunque el motor estira hasta superar las 9.000 rpm no es necesario apurar hasta ese extremo para circular de forma alegre.
Ah, olvidaba comentar el sonido de esta nueva Suzuki. Se podría decir que es algo peculiar, característico del bicilíndrico; pero con un toque diferente seguramente a causa del escape que monta esta versión. La verdad es que sin ser estridente es un sonido bastante fuerte, con carácter.

En sexta, ir a 120 Km/hora supone estar sobre las 4.000 rpm, a 140 Km/hora sobre las 5.000 rpm, 160 Km/hora en torno a las 6.000 rpm, etc… con eso queda todo dicho.
Al salir de la autovía vi un camino de tierra que parecía fácil y decidí probar la moto en ese ámbito. En la zona llana la vía era de tierra prensada y el comportamiento de la moto muy correcto, tanto en conducción sentada como poniéndome de pie sobre las estriberas. Y es que mantener las ruedas de 110/80-19” y 150/70-17” (esta vez con llantas de 10 “palos” de aleación) ha sido todo un acierto. Un poco más adelante probé por una zona de gravilla suelta y el único “pero” es que tuve que quitar el control de tracción, no porque la moto no fuera bien, sino porque de vez en cuando actuaba y se iluminaba el indicador.


Tras ver que la moto se manejaba bien sobre lo marrón (al menos al nivel que yo soy capaz) di por finalizada la prueba y regresé a zona de asfalto. Por delante venían kilómetros y kilómetros de curvas de todo tipo… ratoneras, de radio amplio, bacheadas, con mejor agarre, para probar tumbadas, etc...

En ese tipo de conducción “pseudo-semi-deportiva” también disfruté de las virtudes de esta nueva V-Strom, un par motor sensacional, una respuesta de acelerador fantástica y un control de tracción que sinceramente trabaja a gran nivel.
Muy fácil de pilotar en curva. Tanto, que te olvidas que estás sobre una maxitrail de 1.000 cc y cuando te das cuenta estás trazando curvas impensables. Excelente manejabilidad, facilidad de conducción y lo más importante, al menos bajo mi punto de vista, un tacto preciso y neutro en las curvas.

Destacar también que en zonas bacheadas las suspensiones trabajan con total efectividad (quizás por ello en esas circunstancias permanecía impasible) y no se pierde en ningún momento agarre ni trazada. Destacar la horquilla delantera invertida ya que la sensación de aplomo y seguridad que trasmite es realmente importante.


En el apartado frenos otra grata sorpresa ya que, a pesar de los pesares y de lo mucho que se ha hablado, la nueva V-1000 cuenta con un potente equipo de frenos con pinzas radiales y ABS que llevan a cabo su función de forma excelente. Al menos esa es mi conclusión después de “castigar” los frenos durante bastante rato y no notar ningún tipo de fatiga (no digo que en otras circunstancia no pueda ocurrir) y utilizarlos a fondo en varias ocasiones obteniendo en todas ellas una respuesta segura y eficaz. Incluso frenando en plena curva su comportamiento es perfectamente correcto y no inducen a la moto a generar efectos extraños o difíciles de controlar.

Al final del día me dediqué a seguir disfrutando de la moto, ver que tal se comportaba el doble faro vertical en lo que a iluminación respecta y verificar el consumo de combustible.
El doble faro entrega un haz luminoso más que aceptable (en realidad muy bueno con respecto a lo que me esperaba) con una corta que ilumina sobradamente y un conjunto corta/larga realmente potente.

Y en el tema combustible destacar que los casi 20 litros de gasolina que caben en el depósito dieron para unos 450 Km. aproximadamente, con un total resultante de 23 litros +/- para los 510 Km. que le hice a la moto.
Como conclusiones finales decir que la nueva V-Strom 1000 ABS es una moto muy intuitiva y fácil de conducir, con una imagen totalmente renovada y una gran versatilidad. Perfecta para usar en el día a día, fines de semana o viajes de largo recorrido y apta para utilizar tanto en solitario como con acompañante.
Estoy seguro que cualquiera que la tenga sentirá, desde el primer momento, que es una grandísima moto.

Desde aquí agradecer a Motos Carbó,
