Jajajajajajajaja. Perdóname que me ría. Espero que no te moleste, pero es que se trata de una risa con resentimiento. Con mucho resentimiento, sí.
La expresión exacta para definir al sujeto creo que iría dentro de una interjección: 
¡Pero qué pedazo de ...!
Todos los días, absolutamente todos los días, me encuentro la misma maniobra. Todos los días soportando lo mismo y librándome una y otra vez de ello por pura experiencia, una experiencia que finalmente uno termina por interiorizar:
 No tienen ni piiiii idea de trazar en carretera una curva, pero eso sí, llegan a la rotonda y, aunque lleve un Smart, actúa como si condujera un trailer de 20m, de la derecha al carril izquierdo, y del izquierdo al derecho. ¡Claro, si es la forma más fácil de hacer la rotonda, recortándola! 
Se cambia de carril dos veces y no hay espejos, el intermitente no existe y, por supuesto, el motorista, ése, ¡ése quién es!
El jubilado que por fin compró su Mercedes clase C con el equipamiento básico, el quiero y no puedo de sus sueños, una vez realizado, ya se puede morir, pero, claro, es fácil que algún motorista le acompañe, tal y como lo conduce. La mamá-tanque que va al colegio con las prisas de una ambulancia y que sería capaz, si le dejaran hacerlo, de meter el coche hasta el aula; y si  bajo el morro y la barandilla del mastodonte que la lleva aparece un motorista, ¡oh extraña criatura de la vía pública!, mejor no pensarlo. El taxista libre, libre con su luz libre y libre de preocupaciones: "Él está trabajando y los demás sólo circulan para molestarle..., y el motorista", otro, "¿quién es ése?". Puedo seguir con el furgonetero cladestino que hace sus trapicheos a toda mecha, con la tanqueta que va a todo gas con su carga camino de la escombrera, con el tipo del transporte urgentísimo.
Todos, absolutamente todos los días les veo, igual que ese elemento que te dio el golpe. Todos los días me los encuentro al llegar a la rotonda y me quedo agazapado detrás diciendo: "Verás éste, verás éste". Y no te quepa la menor duda de que lo hace. ¡Ah! y si a alguno le metes la moto rápidamente por el carril interior, como hiciste tú, y le das un bocinazo según te estás librando del embiste que está a punto de darte, como el toro al caballo del rejoneador, no te preocupes, que en este país de sentido de la convivencia,  respeto, educación y cultura en general andamos algo carentes, pero de soberbia, de soberbia no te preocupes, como te digo, que tenemos de sobra para exportar a todo el planeta.
Voltarén Emulgel para el golpe, por ejemplo y un abrazo de tu compañero Moriwoki, si te sirve, para recuperar el ánimo.
Pdata. Se me olvidaba: Hace tiempo dejé este artículo acerca de los coches y el motorista en la sección de la escuela de conducción
http://www.vstromclub.es/viewtopic.php? ... es#p991224