Hacía algún tiempo, allá por el mes de febrero, me había apuntado a la Rider1000. Tomé la decisión a raíz de no poder ir a Penitentes por cuestiones laborales y para vivir en primera persona una nueva experiencia motera que desde hacía tiempo se anunciaba en distintos medios.

En aquel momento parecía que la espera iba a ser larga pero casi sin darme cuenta llegó el día y me dispuse a salir para disfrutar del evento.
El viernes 17 de mayo llegué a Manresa a media tarde, me dirigí al pabellón del Nou Congost (lugar elegido por la organización como centro neurálgico de las operaciones, así como para la recepción de participantes y punto de inicio/fin de la Rider 1000) y realicé la inscripción y las verificaciones técnicas de la moto.

La asistencia se preveía masiva (alrededor de 800 motos) y de lo más variada…


Un poco más tarde llegó Angel (Itzhak) y después Xavi (Boolean). Los tres éramos quienes de antemano habíamos previsto hacer la ruta juntos. Tres compañeros del foro con sus respectivas monturas, una BMWR1200GS, una BMWR1200GS Adventure y una Triumph Explorer 1200.

Sobre las 21:30 cenamos en el casco antiguo de Manresa y a las 23:00 ya estábamos de vuelta en el hotel para intentar descansar un rato ya que habíamos quedado en reunirnos a las 06:00 y salir hacia el punto de salida de la Rider 1000.

A las 05:15 del domingo 18 sonó el despertador, por la ventana vi que estaba lloviznando y tras recoger las cosas me fui al encuentro de mis compañeros de ruta. Nos enfundamos los trajes de lluvia y salimos hacia el pabellón del Nou Congost.
Alrededor de las 06:45 ya estábamos en el “parque cerrado” y a las 07:20 iniciamos el recorrido.


Etapa 1
Manresa – l’Espluga de Francolí (102 Km)
Etapa de trámite, tranquila y sin complicaciones. La lluvia nos acompañó los primeros kilómetros pero a medida que nos dirigíamos hacia el sur el día fue mejorando. Lo único a destacar fue la fuerte presencia de MMEE en puntos donde habitualmente ni “se asoman”. Llegamos a l’Espluga de Francolí (Hostal del Senglar), sellamos los pasaportes y después de desayunar proseguimos nuestro camino.


Etapa 2
L’Espluga de Francolí – Arnes (138 Km)
A destacar de este tramo el recorrido por la carretera que discurre junto al río Ebro, genial, mil veces que pase por ella mil veces que disfrutaré !!. Una etapa que tampoco presentó ninguna complicación y en la que también destacó la presencia de MMEE y radares camuflados en sitios por los que nunca, absolutamente nunca, se colocan este tipo de dispositivos… pero hay que recaudar y velar por la seguridad en evento de este tipo es la excusa perfecta para ello.
Llegamos a Arnes (Camping Els Ports), sellamos de nuevo los pasaportes y tras un breve descanso volvimos a la carretera.


Etapa 3
Arnes – Isona (194 Km)
La etapa más larga en la que los tramos Horta, Gandesa, Maials, Maials y los últimos kilómetros antes de Isona fueron divertidos y el resto, incluido el paso por la circunvalación de Lleida, totalmente tranquilos. En Isona hicimos una de las paradas más largas ya que, además del correspondiente sellado de pasaportes (Café Modern) también aprovechamos para comer algo. El cielo estaba lleno de nubes grises y decimos emprender la marcha antes que empezara a llover.


Etapa 4
Isona – Vielha (110 Km)
Todo discurrió de forma tranquila hasta que pasados unos kilómetros de La Pobla de Segur empezamos a subir el Coll de Perves. Allí empezó a hacer acto de presencia la lluvia llegando incluso a cnvertirse en granizo. Paramos para que Xavi se colocara el chubasquero y en cuanto dejó de granizar enfilamos hacia lo alto del puerto. La lluvia y la niebla nos acompañaron hasta la cima y se fueron disipando poco a poco a medida que empezamos el descenso.


Antes del túnel de Vielha empezamos a divisar las montañas nevadas y tras cruzarlo, nada más salir “al otro lado”, la escena se convirtió en algo habitual. Paramos a sellar en la población (Restaurant Mandronius) y paramos unos minutos. No nos entretuvimos demasiado ya que apenas habíamos sobrepasado la mitad de recorrido y empezaba a llover de nuevo.


Etapa 5
Vielha – Sant Llorenç de Morunys (186 Km)
La segunda etapa más largas y que, a la postre, también resultó una de las más duras. A medida que enfilábamos el Port de la Bonaigua el día se iba poniendo más gris y hacía más frio, tanto que en la parte alta del puerto y durante algunos kilómetros la lluvia se transformó en nieve. Circular por esa zona con el piso mojado, lloviendo, nevando y con frio, no son las mejores condiciones para ello pero he de decir que quedan plenamente compensadas al tener la oportunidad de contemplar paisajes dignos de elogio.


El tiempo cambió radicalmente y pudimos disfrutar al cien por cien del Port del Cantó y el increíble tramo de curvas que va desde Coll de Nargó hasta Sant Llorenç de Morunys. El único adjetivo posible para denominar este tramo de la etapa es “genial” !!.
En Sant Llorenç de Morunys (Bar Bon Día) pasamos el ritual del sellado de pasaportes y tras otros minutos de descanso proseguimos nuestra marcha. En ese momento la lluvia caía con fuerza y sin saberlo iba a ser nuestra compañera de viaje durante muchos, muchos kilómetros.

Etapa 6
Sant Llorenç de Morunys – Besalú (124 Km)
Quizás la etapa más dura, no tanto por el recorrido, sino por las condiciones climatológicas. Llovía con ganas y eso se hacía notar en nuestro ritmo de marcha, todo era más lento, había que circular extremando las precauciones y el paso de los kilómetros de hacía eterno. El tramo Sant Llorenç de Morunys – Berga se hizo muy duro, tanto que mucha gente optó por coger la autovía en Berga a pesar que eso alargaba mucho el recorrido.
Desde Berga a Ripoll, más de lo mismo, la lluvia y niebla nos continuaron “castigando” y en consecuencia los kilómetros parecían no acabar nunca. En Ripoll el agua nos dio una tregua y pudimos continuar aunque había que extremar las precauciones ya que las carreteras estaban completamente mojadas. A pesar de eso y seguramente por haber dejado la lluvia atrás, el tramo Ripoll-Olot-Besalú nos supo a gloria.

El final de etapa estaba en Besalú (Restaurant Carretera d’Olot), sellamos otra vez los pasaportes y cenamos un poco ya que estábamos hambrientos. Llegamos con poca luz y nos marchamos ya con la oscuridad de la noche.

Etapa 7
Besalú – Coll de Ravell (77 Km)
A esas horas estábamos bastante cansados y como además era de noche decidimos ir por el camino más corto y más rápido, así que fuimos hasta Girona y allí cogimos la autopista durante unos kilómetros, hasta la salida de Cassà de la Selva. Desde ahí hasta el Coll de Ravell (Restaurante Coll de Ravell), que era donde estaba el siguiente control, apenas unos kilómetros. La etapa discurrió sin ningún contratiempo y nos permitió acercarnos un poquito más a nuestro objetivo.

Etapa 8
Coll de Ravell – Manresa (73 Km)
Ultima etapa, la más corta y la que nos llevó de nuevo hasta Manresa. También la hicimos toda de noche pero al ir por la nueva autovía C-25 no representó ningún problema en absoluto. Tras la llegada a la zona del pabellón del Nou Congost nos ”estamparon” el último sello en el pasaporte. Eran las 22:50 y habíamos conseguido completar la Rider 1000.
La organización nos hizo entrega del pin conmemorativo y la foto que inmortalizaba nuestro paso por la prueba.


Total km recorridos: 1004
Tiempo total empleado: 15,30 horas
Tiempo circulando: 12,45 horas
Velocidad media: 78,745 Km/h
Tiempo paradas: 2,45 horas
Reflexiones personales tras la Rider 1000
Me ha parecido una idea muy similar a Penitentes, aquella es más “curvera” al pasar por muchos más puertos y esta tiene más kilómetros de recorrido total. Sin embargo el cansancio acumulado y el tiempo que se emplea son muy similares.
En esta he echado de menos un poco más de “espíritu motero” ya que el contacto con la gente, a pesar de contar con una participación masiva, se limita básicamente al grupo que te acompaña. Supongo que eso se debe a que no hay ningún evento al margen de la ruta en sí. Obviamente es ideal para quienes sólo quieren moto, moto y moto.
Aplaudir la cantidad de gente movilizada para atender el evento y estar en los puntos de control, así como todo el mecanismo de control de inscripciones, verificaciones, etc…
Soy consciente de lo que cuesta organizar cualquier tipo de acto motero, máxime cuando las cifras de participantes que se barajan son tan importantes, por lo que dejo aquí mis reflexiones y agradezco la oportunidad de haber disfrutado de una buena jornada motera. Enhorabuena a quienes lograron sus objetivos y ánimo a quienes no pudieron porque a buen seguro tendrán más oportunidades.
