Tratar de describir con palabras las experiencias, olores, sabores e imágenes que disfrutamos a lo largo de estos 26 días recorriendo Colombia, Ecuador y Perú sería tan difícil como querer igualar la belleza de las flores fabricándolas con papel de colores, sin embargo vale la pena recordar y compartir con aquellos a quien sus sueños los llevarán a cumplir lo que hoy quiero contarles.
Tratare de ser lo más fiel a la realidad pero no puedo dejar por fuera de mi relato mis juicios y las cosas que fueron más representativas, muchas se quedarán fuera del recuerdo y otras talvez no sea importante comentar, al final les compartiré un cuadro consolidado de los lugares conocidos, los costos totales por ítem incluyendo mantenimiento y hasta los regalos pa la familia en un archivista de Excel que fui construyendo día a día, así las cosas bienvenidos a mi reto Perú 2013.
La noche se hizo día tan pronto que ni siquiera tuve la oportunidad de dormir realmente, mi novia esa noche del 28 de diciembre se quedo en mi casa con el objetivo de iniciar más rápido nuestro viaje al día siguiente, 330 am era la hora programada, sin embargo, como siempre los retrasos de última hora hicieron que saliéramos a las 330 am hora novia es decir una hora más tarde, se empacaron las maletas constuidas por mi, se hizo una revisión de última hora y dejamos a la familia tras los primeros kilómetros rumbo al sur.
El clima despejado y las luces que hacia poco había instalado permitian que la pechu, mi imbatible vstrom, se deslizaran por las curvas con agilidad felina cortando el viento y devorando kilómetros a su paso, 730 am paramos a estirar las piernas en la portada, justo en el alto antes de llegar a Pereira, un sandwichito en el camino y continúe el recorrido por que el destino de este día inicial es llegar a ipiales y tan sólo llevamos unas pocas horas.
El recorrido por el valle y sus rectas fue como un preámbulo a lo que nos esperaba en las tierras incas, las maletas se comportaban a la perfección, salvó una pequeña inestabilidad superando los 160 km/h velocidad a la cual sólo pocas veces tocamos, saliendo de Candelaria nos encontramos con nuestro amigo Julián Mafla quien nos esperaba para saludarnos antes de continuar nuestro recorrido.

seguir rodando fue algo muy fácil y diverido después de desayunar a eso de las 1030 en Candelaria, llegar a popayan a eso de la 1 de la tarde no tuvo contratiempos, allí nos esperaba Edison Rendón, un motero paísa que por esas cosas del destino ahora disfruta de las carreteras caucanas en su er6n amarilla, el nos acompaño en la rodada hasta el bordo, sobre una carretera horrible, con muchos huecos, desniveles y hasta pedazos de carretera destapada que hacían muy tortuosa esta parte del camino, en el bordo nos esperaba el almuerzo.


Tras más de 12 horas de recorrido, mi novia tenía tanto sueño que me se me dormía y sentía los golpes constantes de su casco contra el mío y aunque veníamos hablando ya ella no se soportaba despierta, la solucion, y aunque recibo palo fue usar los pulpos que tenía y amarrarla a mi espalda, bajar un poco la velocidad y seguirle dando y dando al recorrido.
Después del bordo hay alrededor de 50 km de muy buena carretera, sin embargo no todo es felicidad y casi 100 km antes de pasto la vía vuelve a ponerse fea, no tanto pero fea igual y se le suma el frío y los grandes precipicios, seguimos rodando y rodando y llegamos a pasto a eso de las 730, la rayita ya se estaba borrando, sin embargo aún teníamos que llegar a ipiales, lugar donde nos esperaba William Ceballos, un gran amigo de la universidad que nos alojaría en su casa, la vía pasto ipiales esta en excelente estado pero el frío golpea loa huesos, a eso de las 9 llegamos a ipiales, cansados pero muy felices.
El objetivo de haces estos casi 900 kilómetros en una sola jornada están en que era el primer día y el cuerpo aún no estaba cansado, además queríamos conocer la ciudad, degustar el mamífero roedor típico y muelon de estas tierras más conocido como cuy, visitar las lajas y conocer el famoso y nunca bien promocionado helado de paila nariñense.



Después de realizar los objetivos propuestos para ipiales, y tomadas las fotos para el recuerdo arrancamos pa la frontera, a eso de las 430 de la tarde, salimos de la casa de Willi y nos fuimos para rumchaca, el trámite del lado colombiano duro 15 minutos, facilísimo, llegar al lado ecuatoriano fue un poco más complicado, siendo domingo 30 de diciembre habían alrededor de 200 personas haciendo fila para la migración, llegamos parqueamos la moto y dispuestos a hacer fila saludamos a 3 Moteros que estaban hacia algo así como 2 horas en la fila, les preguntamos para donde iban y que que les habían pedido ya como nuestro destino era común nos permitieron continuar con ellos en la fila, las motos eran 1 versys, 1 bandit y una fz6, todos de bogota y rodando en busca del rally como nosotros,desde ahí nos hicimos muy amigos y más adelante hasta le salvamos la vida a uno de ellos.
El trámite de aduanas de la moto fue muy fácil, documentación básica de la moto, copia del pasaporte y listo, en 10 minutos las motos estaban adentro, casi 2 horas después de haber llegado y ya entrada la noche entramos al Ecuador carajo.
Las vías de este país son maravillosas, muy bien delimitadas, sin huecos y una excelente señalización, da Pena cuando recuerdo las vías de Colombia, Luis, Leyva, Claudia, Willi, Diana, nuestros nuevos amigos Moteros rodaron con nosotros hasta Ibarra, casi 100 kilómetros luego de cruzar frontera, nosotros que teníamos que comprar unas artesanías para nuestro amigo jorge osorio que esta mochiliando el mundo en continuamos hasta otavalo unos 50 kilómetros después de Ibarra.
A eso de las 10 de la noche nos alojamos en un hotel en el centro de otavalo, la moto bien guardada, bajamos las maletas y a dormir que el día siguiente la ruta continúa, amanecio 31 de diciembre en otavalo y la plaza principal del pueblo hay un gran mercado artesanal en el cuales consiguen muy muy barato artesanías de todo tipo, tanto así que hasta se peleó con alias la novia por que apenas el 3er día de viaje y se antojó de varios bolsos, manillas y llaveritos que por supuesto no cabían en las maletas y me toco hacer cursó de mago para acomodarle los"regalillos" so Pena de devolverla en flota, ustedes entienden.
Pasadas la 1 de la tarde continuamos el recorrido hasta ambato, un pueblo mediano a unos 100 kilómetros de Quito, lugar al que queriendo evitar nos metimos, de frente y perdimos algo más de 1 hora pues los mapas del GPS de Ecuador en realidad están muy deficientes aquí si toca a punta de PyP, pare y pregunte.
Finalmente llegamos a ambato a eso de las 7 de la noche, poco recorrido en el día pero es que era 31 de diciembre y queríamos estar con la gente de este pueblo, para nosotros fue muy particular durante todo el recorrido ver una cantidad exagerada de hombres vestidos de mujer parando los carros, niños, jóvenes, ancianos y mujeres parando con pitas, palos y hasta piedras a todos los vehículos para bailarles y pedirles dinero, yo simplemente no paraba y con el pito de camión que tiene la pechu hacia qué se quitaran y a pa efectivo ese pitó, luego nos enteramos que el 31 de diciembre se celebra el día de las viudas alegres y es costumbre darles plata en las calles algo así como los años viejos en Colombia pero con disfraces y mucha música.

El año nuevo en ambato estuvo lleno de mucha pólvora, muchos años viejos quemados en la calle e imagino que muchos niños con su piel lesionada con las chisposas mariposas que aún abundan en estos pueblos, caminamos por la ciudad un rato estuvimos con la gente y vimos la gran cantidad de años viejos de todos los colores y formas que desde pasto se preparaban para quemar en este día de noche vieja.


A eso de las 2 de la mañana regresamos al hotel para preparar el sueño pues al día siguiente llegaríamos al Perú.
Continuara...
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