Viernes 28
La vida sigue siendo bella: hoy no trabajo, dormí la mañana, y tenemos unos días por delante para disfrutar de la vida (y de la moto).
Tras varias alternativas, acabamos por decidirnos por Zamora como destino de este fin de semana largo.
Llevamos ya demasiado tiempo aguantando agua y orbayu, así que vamos a terrenos castellanos en busca del sol.
Y salimos desde Gijón a eso de las 11:30 dirección sur, recorriendo la ruta de la plata, y haciendo la primera parada en Sta Mª del Puerto para refrescarnos, como viene siendo habitual en días de calor.
Seguimos hacia Benavente por la N630. A la entrada de León, muchísimo tráfico. Y muchísimo calor.
Díjeme yo: "Es inhumano que unos moteros estén pasando este calor"... así que me planteé el empezar a adelantar a los enlatados por la izquierda y derecha del tumulto. Pero la movida ésta de los puntos me hicieron desistir de la estratagema. Si va a ser que la cosa esta va a funcionar...
Llegamos a Benavente a la hora del vermú, y claro, no vamos a desaprovechar la ocasión. Ruta barítima en marcha, hasta que...
JARL! No me entra un pincho más...
Y consulto en mi nuevo GPS las coordenadas a seguir para llegar a buen puerto. Es un modelo ya casi en desuso, pero económico y fiable:
Desde Benavente seguimos ruta turística, carreteras secundarias y nuevos plueblos que descubrimos por el camino: Santa Cristina de La Polvorosa, Mozar, Pueblica de Valverde y de allí a Tábara.
En algún punto nos salimos de la ruta, y como tenía dudas de si íbamos en la dirección correcta, no dudé en parar en la casa-cuartel del pueblo, donde muy amablemente un guardia nos señaló la ruta en una fotocopia de un mapa que os hizo.
Sesnández, Riofrio, Serracin, San Vicente de la Cabeza, Torres, Pobladura... hasta llegar a Mahide (me recuerda a los Maiden, juas) y de ahí, en un santiamen, a Figueruela de Abajo.
Aquí este innovador vídeo del viaje para amenizar la lectura.
Así, felizmente llegamos a nuestro destino en la España profunda: La Sierra de la Culebra.
Maravilloso paraje a escasa distancia de nuestro vecino Portugal.
Tras la visita de rigor al pueblo (Figueruelas de Arriba) y alrededores, montamos el chiringo
Durante el trayecto por sinuosas carreteras, tuvimos ocasión de tener enfrente unos paisajes dignos de enmarcar, pero lo que más me llamó la atención es que parecíamos haber viajado en el tiempo años atrás.
Entre tantas curvas, solía aparecer una interminable recta, típicas de la zona... y en una de ellas pudimos ir viendo durante un buen rato eso que llamamos "espejismo", pareciendo que hay un gran charco en la carretera. Os pongo alguna de las instantáneas que tomamos:
Y como os decía al principio, a partir de aquí empieza nuestra sesión de relax...
Sol, piscina, cerveza, siestas, sol, piscina, cerveza, siestas, sol, piscina, cerveza, siesta... en el alto de la sierra, en plena Naturaleza, el paraíso de la tranquilidad, entre encinares y sotobosque.
Cuando "cansamos" de estas actividades, dimos un garbeo por la zona antes de ir a cenar. Y después de la cena (en la que entre otros platos más tradicionales, engullimos un pisto de la zona que resucitaba a un muerto... slurp) nos tomamos un chupitillo y vamos a dormir, que (aunque parezca mentira) estamos muy cansaos...
ZZZZZZZZZzzzzzzzzzz...........
(Durante la noche despertamos varias veces por los extraños sonidos emitidos por desconocidos animalillos del lugar)
Sábado 29
Tras un reparador sueño, nos levantamos con las pilas cargadas, así que tras los habituales rituales mañaneros nos vamos a conocer la zona hasta que nos abran la piscina.
San Vitero y Alcañices son nuestros destinos. Lo que aún no sé es cómo narices se enteraron de nuestra llegada. Posiblemente pensaron que sería una salida de estas multitudinarias de las que nos montamos de vez en cuando... El caso es que estaban preparados para la ocasión, jur jur
Y va a ser que de camino veo un paisaje que me recuerda los documentales que vi sobre la sabana africana, y ya me imaginaba a los antílopes y las cebras, a los elefantes y los leones...
Y claro, tenía unas ganas enormes de ver la zona de cerca, así que...
...nos dimos un garbeo por la zona.
Un gratificante "extra" sobre lo previsto.
Volvemos a la piscina para seguir tomando el sol (yo la sombra) y descansando. De esto no se cansa uno, oiga!
Tras muuucho tiempo de ejercicio (ya sabeis, sol, birra, piscina...) y después de comer, tenemos en mente dea un paseillo por la zona en plan "excursión cojonera" o "mariconeti" de una hora y media o dos a lo sumo, antes de ir a cenar.
Así que cogemos la moto para dar un voltio cortito y asfáltico por pueblos de las cercanías. Com está mucho calor, vamos cerca y despacio, y por poco tiempo, vamos en camiseta de pantalones cortos. Aunque no es una práctica recomendable, mola un huevo... que fresco va uno.
Villarino de Manzanas, Riomanzanas... y Santa Cruz de los Cuérragos. Para llegar a este pueblo, que nos han recomendado por su belleza, o bien tenemos que dar un gran rodeo, o coger una pista forestal. Pregunto a los vecinos que encuentro en Riomanzanas por el estado de la misma, y unos me dicen que sin problemas, y otros que ni se me ocurra.
Enfilo a ella de cabeza.
El pricipio está hormigonado, pero muy pero en unos 100 m ya es tierra, con bastante pendiente y no muy buena pinta para ir de dos, con maletas y sin protecciones (será el principio, luego mejorará, pienso para mis adentros); afortunadamente, así es.
Si quereis, podeis acompañarnos un rato de la ruta pinchando aquí.
Sólamente hubo una zona con piedras bastante grandes sueltas que me las hizo pasar canutas. Allí Eva se bajó de la moto, y siguió un rato andando.
Al poco ya vuelve la normalidad.
Poco después de esta foto, ya nos vamos acercando al pueblo, pues aparece a la izquierda un muy viejo camposanto que nos recibe a la sombra de un centenario (quién sabe si milenario) castaño: posiblemente el más grande que haya visto en mi vida, y del que creo que tuviese de circunferencia del orden de los 5 - 6 metros.
Un corredor en el pueblo
Tras el paseo de rigor por el pueblo, y sesió fotográfica, seguimos camino. Y parece que estas pistas recorridas nos abrieron el apetito de tierra...
Algo más adelante, en una curva, aparece una sugerente pista rápida, por la que tiramos de inmediato. Subimos, bajamos... llegamos al rio... y tras cruzarlo estamos en Portugal.
Las pistas por las que transcurren nuestras correrías, siguen el trazado de los caminos que, muchos años atrás, los moradores de estas tierras azotadas por la miseria, recorrían para subsistir por medio del contrabando, lllevando a sus casas artículos de primera necesidad que en otro lugar no podían conseguir, recorriendo unos 40-50 km cada jornada, con muchos kilogramos sobre sus espaldas. Y todo para poder conseguir jabón, café, aceite, pan...
El primer pueblo al que accedemos se llama Petisquiera, donde tomamos unas birras. Pintoresco bar. Hermoso paisaje. Amable paisanaje. Y por si fuera poco, estas dos birras...
...costaron 1'40 €
Seguimos por tierras lusas, no sé a ciencia cierta por dónde estuvimos, al carecer de mapas, pero estuvimos en Rio de Onor seguro, y pasamos por varios pueblos y pistas.
Durante una parada técnica, para tensar la cadena, que ya le iba haciendo falta.
Se nos fue pasando el tiempo rápidamente entre tanto "caleyear", y cuando me doy cuenta estoy en medio de no sé dónde, sin apenas gasolina. Caray, debería haber sido más previsor... así que media vuelta, y de camino a nuestro hogar temporal en lo alto de la sierra.
Raudos nos dirigimos al restaurante para acallar a los chacales y lobos que aúllan desde nuestros estómagos. Cena, chupito, copichuela nocturna en la terraza, y a sobar.
Mañana será otro día.
ZZZZZZZZZzzzzzzzzzzzzz...............
Domingo 30
Del domingo poco os voy a contar.
Tras levantarnos, desmontar y recoger, tomamos rumbo al norte.
Y ya teníamos decidido ayer el ir por ruta más rápida que la ida. Así que tras despedirnos de la Sierra de la Culebra, prometiéndole volver, nos dirigimos a Villardeciervos para coger allí cerca la autopista que nos acercará a Benavente.
Tras otra vez apurar la gasolina hasta límites insospechados, repostamos en Camarzana de Tera, para seguir camino del tirón, por autopista, hasta Onzonilla, donde abandonamos la autovía en parte huyendo de la monotonía, y en parte huyendo también de los peajes, jur jur.
Paramos a picar algo en La Venta de la tuerta, a la salida de León, en el Alto del Rabizo, y por La Robla, etc en dirección Asturias.
En Villamanín, el frio nos recordaba que nos vamos acercando a casa, por lo que hay que parar a cambiar la indumentaria.
Las nubes negras nos dan la bienvenida, junto al orbayu y la niebla.
Decir que, en este primer viaje con maletas, noté que la peor aerodinámica, junto con el mayor peso, condiciona bastante las prestaciones de mi moto, y la hace un poco más torpe a la hora de afrontar las curvas entrelazadas. Sin embargo, noto un mejor aplomo a la hora de viajar rápido por buenas carreteras, y no he notado en exceso flaneo en la rueda delantera (menos mal!). Pero son una pasada en lo tocante a la comodidad y capacidad. Estéticamente me tiene un look totalmente carreteril, pero es cierto también que
en principio estas las pondré en viajes largos por asfalto...
Cuando nos damos cuenta, nos despertamos en un cruel domingo, víspera del gris lunes que nos devolverá a lo que algunos gustan llamar rutina...
Saludos a todos.
Chus y Eva.
